—Ruoruo, parece que estás decidida a hacerme sufrir. Si fuera cualquier otro día, definitivamente bebería esto hasta saciarme, pero en este momento, aún no estoy completamente recuperado de mis heridas —no pudo evitar reír Wei Mingting.
—Es cierto, no puedes beber mientras tu herida aún está sanando —estuvo de acuerdo Wei Ruo.
—Entonces, ¿por qué traer un vino tan maravilloso? —preguntó Wei Mingting.
—Si te cuidas bien y descansas adecuadamente, te recuperarás mucho más pronto. Entonces podrías disfrutar de tu bebida. Pero si no descansas, lo que podría haber sanado en dos meses podría tardar tres o cinco, retrasando cuándo puedes beber de nuevo —explicó con calma Wei Ruo.
—Ruoruo, esta manera de persuadirme de no trabajar demasiado es un poco demasiado... —hizo una pausa y luego respondió con una sonrisa irónica Wei Mingting.
—Un poco demasiado única.
—No te estoy persuadiendo de hacer nada, padre. Solo estoy exponiendo un hecho —aclaró Wei Ruo.