—¿Jugando juegos conmigo, eh? ¡Eres realmente malo, Shen Jinghe! ¡Tienes que comer conmigo! —dijo ella.
—Está bien, te haré caso —De hecho, Shen Jinghe ni siquiera podía recordar claramente lo que acababa de decir, porque estaba un poco desconcertado.
Pero al mirar a la animada Wenyan frente a él, sus pensamientos confusos se desvanecieron gradualmente.
Mientras Wenyan estaba ordenando los pasteles en la mesa, tomó una bufanda de la bolsa de papel a sus pies y se la anudó alrededor del cuello de Wenyan.
Wenyan se sobresaltó —¡Mi moño! Tocaste mi moño, y todavía necesito tomar fotos.
—… —Shen Jinghe se quedó sin palabras—. ¿No deberías centrarte en esta bufanda que te estoy dando? Es un diseño especial de una marca de lujo que me dieron en un evento, una edición limitada.
—¿Me estás dando algo tan bonito? Eso es mucha presión para mí.
Shen Jinghe frunció el ceño —¿Qué presión tienes?
—No sé qué darte a cambio, no es como los pasteles, que están fácilmente disponibles.
