Su Chenjin levantó la camiseta nuevamente, se deslizó dentro de ella y cubrió su musculosa fisonomía.
La pequeña cabeza de Mianmian finalmente volvió a ver la luz del día; giró la cabeza y miró a su sobrino-nieto con confusión en el rostro —Sobrino-nieto, ¿qué estás haciendo?
Su Chenjin volvió a guardar silencio, mirando fijamente cómo el cabello de Pequeña Tía se dispersaba en el viento, sin saber qué decir.
Cuando todo su cabello se había desprendido por el viento, la cabeza de la Pequeña Tía se había vuelto tan lisa y brillante como nueva, incluso comenzando a reflejar la luz del sol.
Su Pequeña Tía se había convertido completamente en una pequeña bombilla.
Bai Bai, habiéndose encogido nuevamente, también notó la cabeza sin cabello de Mianmian y lanzó un aullido, abrazando la pequeña pierna de Mianmian y llorando lastimeramente.
