Lu You entró de nuevo en la oficina.
Llevaba una sonrisa confiada en su rostro y caminó hacia el escritorio —Después de todo, estoy aquí para discutir negocios. ¿No me vas a ofrecer un asiento, Presidente Su?
Su Chenjin levantó una ceja —Para un trato tan pequeño, puedes estar de pie y hablarme.
Todo lo que quería era comprar un parque de atracciones propiedad de la Familia Lu por el bien de la Pequeña Tía en casa, para tener un lugar donde ella pudiera jugar.
Y por un asunto tan trivial, Lu You insistió en organizar una reunión y discutirlo cara a cara.
No estaba claro en qué se basaba Lu You para llevar a la Familia Lu a tales alturas. Después de todo, hacer tanto alboroto por una pequeña cuestión solo podía significar una cosa: Lu You estaba tramando algo.
«El Presidente Su es realmente demasiado desalmado», pensaba Lu You, sintiendo que su cara había sido completamente pisoteada. La Familia Su en verdad le estaba dando una bofetada tras otra.
