—No sé por qué se aferraba tanto a mí y seguía diciendo que me quería y quería estar conmigo, pero oficial, no soy un hombre voluble que se enamora a primera vista y quiere una esposa dócil y dulce. Así que lo rechacé, pero ella no lo tomó muy bien y fue a patear mi entrepierna sin decir una palabra, y después incluso comenzó a tirar de mi ropa, intentando desnudarme —Tang Ge olfateó, tratando de hacerse ver como una víctima.
—¿Cuándo hice eso? Estoy confundida. ¿Podría haberme confundido con alguien más? —respondió Li Chunhua.
—Esta chica hizo eso. ¿Es ciega? ¡Qué mal gusto tiene para los hombres! —comentó el señor Fang.
—¿Estás seguro? ¿Por qué cree que es absurdo? —preguntó el Oficial.
—Muchacha, tengo un amigo que sabe cómo tratar problemas de la vista. Quizás quieras... ejem... tener una cita con él —sugirió el señor Fang en voz baja.
Los ojos de Li Chunhua mostraron incredulidad.