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Chapter 7 - ESCULPIENDO A DIOS POR RUDEUS GREYRATH

Esculpiendo a Dios, por Rudeus Greyrat

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Se dice que existe un escultor que recita una plegaria ritual cada vez que talla la imagen

de un dios. Vamos a seguir su ejemplo ofreciendo una plegaria a dios. Coloquen la piedra

con la cual van a tallar al dios en la misma dirección del sol y adopten la postura que crean

más sincera, expresando la gratitud en sus corazones.

Los dioses no le otorgan todo al hombre. Sin embargo, ellos proporcionan directrices

para nuestras vidas. Su devoción no debe menguar. Una vez que visualicen la forma del dios

y la tallen en sus corazones, imagínenla en piedra.

Todo el trabajo que conlleva es en nombre de los dioses. Llévenlo a cabo devotamente.

[Preparativos]

Tallen las partes del cuerpo del dios a partir de su piedra: cabeza, pecho, estómago,

cintura, parte superior de los brazos, parte inferior de los brazos, manos, muslos, tobillos, y

pies.

Esculpan cuidadosamente cada una de las partes. Pueden crear la forma de un dios al

combinarlas todas.

[Cuerpo, Estómago, Cintura]

Solo los principiantes comienzan con el rostro del dios. Primero esculpan el cuerpo.

Comiencen con su modesto pero encantador pecho, imaginando su sagrada forma en su

mente. Realcen los encantos de su pecho sin evocar un deseo carnal. Verán, siempre se debe

mostrar respeto hacia un dios.

Avanzando, el lunar de dios es un rasgo extremadamente noble y sagrado por el cual

debemos estar agradecidos. Podrá no ser más que un simple lunar, pero asegúrense de

agregarlo diligentemente.

Su estómago debería ser suave y sedoso. Presten atención a su ombligo y la zona a su

alrededor. Es posible reproducir una textura suave, incluso trabajando con materiales como

la piedra, así que asegúrense de esculpir cuidadosamente esta parte.

Nunca revelen sus caderas —ni hablar de sus nalgas y su zona íntima. Exponer las partes

privadas de un dios es un acto que merece castigo divino. Intenten ocultar su figura sagrada.

[Brazos y Piernas]

A continuación, tallen sus brazos y piernas. Los dioses de ninguna manera son seres

carnosos. Asegúrense de que sus extremidades sean esbeltas y mantengan una juventud

preadolescente; traten de impregnar esa verdad fielmente en su arte.

[Uniendo las Piezas]

Cuando terminen cada sección, usen magia para combinarlas. Si en este punto los

pensamientos impuros nublan su mente, puede que sin darse cuenta hayan creado una

escultura que enfatice los encantos del dios estando desnudo, y los no creyentes mirando su

escultura podrían experimentar deseos carnales en vez de devoción.

En este punto, pregúntense: "¿Falta algo?" Consideren qué es necesario para evocar

respeto por sobre lujuria. La respuesta debería llegar a ustedes inmediatamente —elegancia.

Coloquen un brazo cubriendo sus pechos, mientras el otro se estira y agarra una vara

ceremonial. Eso expresará la majestuosidad del dios.

Y así, el cuerpo del dios debería estar completo.

[Túnica]

Solo los infieles mantienen desnudo a un dios. Denle su ropa. En esta etapa, es mejor

crear una túnica que la envuelva en vez de alterar su forma directamente. Una túnica destacará

su naturaleza divina de forma más eficiente.

El brazo ocultando los pechos de la escultura impedirá este proceso; no obstante, pueden

crear una túnica holgada, para que así oculte el brazo. Luego fabriquen otro brazo y fíjenlo

sobre la ropa de la escultura. Mientras un brazo está oculto debajo de su túnica, el otro brazo

está estirado en una posición natural. Además, hagan posible que este brazo pueda sostener

la vara.

Hacer que la túnica sea desmontable permite que el dios posea dos posturas.

[Rostro]

Finalmente, fabriquen el rostro del dios. Reexaminen su cuerpo antes de comenzar. Con

ropa, la escultura blande su vara con la valentía de Atenea, diosa de la guerra. Sin túnica, ella

cubre sus pechos con el sutil erotismo de una sirvienta. Cuando esculpan el rostro de dios, es

mejor considerar ambas actitudes. Denle una expresión que encarne tanto vergüenza como

nobleza.

Si cierran sus ojos, deberían ser capaces de imaginar un sinfín de características

adecuadas para un dios. Después, a través de prueba y error, trabajen hasta que estén

satisfechos de haber llegado a un rostro ideal.

[Finalización]

Fijen la cabeza de la escultura a su cuerpo, y su trabajo finalmente estará terminado.

¡Todos, llegó la hora de tallar a Roxy!