CAZADORES De monstruos
PRIMERA PARTE.
Capítulo
1.
"Ciudad
Salome".
--¡PUDRETE EN EL
INFIERNO CAZADOR ASQUEROSO, MALDITO BASTAR... –Dijo la bruja enfurecida
Aristeo jala el
gatillo y vuela la cabeza de la bruja, creando un charco de sangre a su
alrededor. Partes de su cráneo vuelan lejos, manchando los suelos de aquel
bosque.
--Te has pasado otra
vez, aristeo –Dijo Gahiji.
--Era un trabajo fácil,
además, las brujas no son un problema –Contesta Aristeo mientras recargaba su
arma.
--Tienes razón –Dijo
Gahiji aburrido.
Aristeo camina hacía
Gahiji, mirando si había quedado alguna bruja por eliminar.
--¿Dónde está el
anciano? –Preguntó Aristeo.
--¿A quién llamas
anciano mocoso? –Dijo Fowler acercándose a ellos.
--Ahí estabas. ¿Hay
más brujas en la zona? –Preguntó Aristeo.
--No, vayamos por la
recompensa –Dijo Fowler con una sonrisa victoriosa.
Los tres cazadores
regresan por el bosque, hasta la ciudad King, donde reciben tres bolsas de oro.
Estaban satisfechos por la paga, pero decepcionados por la casería, ya que era
siempre lo mismo; nada nuevo. Horas más tarde, los cazadores llegan a una
taberna y piden cerveza. Dos hombres hablaban muy interesados, de lo que
parecía una nueva casería.
--¿Oye has oído de
la recompensa por esas bestias? –Preguntó uno de ellos.
--Si, es increíble.
Debemos ir de inmediato –Dijo su camarada en voz baja.
El viejo Fowler,
escucha la conversación de dos cazadores y moviendo la cabeza, llama la
atención de Aristeo y Gahiji, quienes asintieron afirmando la seña. El viejo
Fowler era el mayor, tenía una gran barba, cejas gruesas, ojos marrón café, tez
avellana, pelo corto peinado hacía atrás,
una cicatriz en el ojo derecho, era fortachón, llevaba una camisa azul oscuro
con un bolsillo en el pecho, donde guardaba siempre una caja de cigarrillos,
jeans negros sueltos con tirantes, por encima una chaqueta de cuero marrón
gastado, botas color marrón claro, guantes de cuero sin dedos color marrón
oscuro, un cinturón donde guardaba sus grandes balas de escopeta. Fowler se
acerca a los cazadores, los saluda y les pregunta de qué estaban hablando,
mientras bebía lo último que tenía de cerveza. Estos responden que no le dirían
nada y que se largara. Fowler se va, pero les dijo que sacaría información.
Luego de unas horas,
los hombres salen de la taberna, para dirigirse a su próximo destino. Llegan a
sus caballos, cuando Fowler se monta detrás de uno de ellos y apunta su
revolver a la cabeza del cazador.
--¿Qué tal?, ¿Me
recuerdas?, espero que sí. Dime, ¿Dónde está esa gran recompensa? –Dijo Fowler
con tono burlón.
--No te lo diré
--dijo el cazador con seriedad.
El cazador le hace
una seña a su compañero. Este saca su escopeta para matar a Fowler, pero
Aristeo quien estaba detrás de un árbol, sale y vuela el arma con un disparo de
su revolver.
--Bien, sigamos con
nuestra conversación. ¿Dónde está la gran recompensa? –Dijo Fowler, mientras le
apuntaba a la cabeza.
--Deben ir a la
ciudad Salome, allí dicen que hay monstruos nunca antes vistos y que
aterrorizan a la ciudad. Ofrecen mucho oro por sus cabezas, incluso terrenos,
ya que muchos se van de la ciudad –Dijo el cazador nervioso.
--¿Cómo sé que no
estas mintiendo? –Preguntó Fowler.
--Toma esto –Dijo el
cazador.
Fowler miró la imagen
de la presa. Queda sorprendido al ver un monstruo de ese tipo, ya que nunca
había visto algo así, pero decide ir por la recompensa.
"Recompensa por el
monstruo sin cara 30.000 piezas de oro".
--Aristeo, gahiji,
atenlos y que no se suelten. Debemos ir a la Ciudad Salome –Dijo Fowler con
alegría.
--Esta bien --dijo
Aristeo.
--¿Nueva aventura?,
¡genial! –Dijo Gahiji.
Luego de amarrar a
los hombres contra un árbol, los cazadores se dirigen a la Ciudad Salome, donde
recibirían oro e incluso tierras por cazar a los monstruos que aterrorizaban su
ciudad. Tras mucho viajar, llegan a la gran Cuidad Salome, donde muchas
personas de alto nivel se hospedaban. Al entrar a la gran ciudad, los cazadores
notaron mucha seguridad por las calles y a otros grupos de cazadores hablando
con personas, e incluso guardias.
--Creo que
deberíamos hacer lo mismo que ellos, ¿No creen? –dijo Gahiji.
--Si, pero
divídanse. Cuando el sol caiga nos encontraremos fuera de la ciudad –dijo Fowler.
Aristeo ignora a
Fowler y se dirige al bosque, donde decían que vivía la criatura: Aristeo tenía
una espada, una escopeta recortada de dos cañones, un sombrero vaquero gastado
y roto, una máscara en forma de pico con dos círculos de vidrío para mirar. Una
ropa que mezclaba una armadura de metal ligera con un poncho, guantes de cuero
negro y botas de cuero marrón oscuro. Aristeo caminó por la última escena del
crimen. Los árboles estaban rasgados y otros tumbados como si una gran criatura
los hubiese golpeado. Siguió caminando hasta llegar a un pantano donde apestaba
a muerto, ambientando tristeza y terror. Aristeo avanza por el lugar, cuando un
ruido llama su atención. Toma su escopeta con velocidad y avanza hacía el ruido
lentamente. Llega a un arbusto, lo mueve con su mano libre, mientras apuntaba
su escopeta con la otra, pero no había nada. Aristeo miró a su alrededor,
viendo que era un buen lugar para asesinar, secuestrar o cometer actos
terribles, pero al no encontrar nada, decide regresar.
Fowler caminaba por
las calles de la ciudad, cuando llega a un bar y decide entrar. Allí vio a
varias personas de clase alta, algunos cazadores e incluso guardias. Fowler
pasa, se sienta en la mesa y le pide al tabernero un wiski del más fuerte. Tras
recibirlo, le pide información al tabernero, pero este no tenía nada útil.
Fowler estaba pensando en dónde buscar, cuando un hombre que estaba sentado a
su izquierda le dice que el monstruo atacaba a las doce en punto. Fowler gira
la vista hacía el hombre: este tenía un ojo cosido, era bastante viejo, llevaba
ropa vieja y tenía mal olor.
--¿Podrías decirme
más? –Preguntó Fowler girando su cuerpo hacia el hombre.
--El monstruo es de
ataques nocturnos, ágil y solo puedes atraerlo con olor a carne humana, ya que
es ciego –Dijo el hombre en voz baja, mirando hacia los lados con miedo.
--¿Cuántos ataques
hubieron? –Preguntó Fowler con seriedad.
--Los guardias
siempre mienten diciendo que solo hubieron seis, pero han ocurrido veinte
ataques y todos ellos de la manera más sangrienta. El monstruo devora todo el
cuerpo de la víctima. Las pobres civiles no tienen oportunidad y los guardias
de la ciudad…terminan de una manera irreconocible, si sobreviven. En su mayoría
mueren y solo encuentras los lugares donde se desatan las batallas. Árboles
rasgados, tumbados o Suelos manchados de sangre –Dijo el hombre.
--Entonces ataca por
las noches, es ciego y muy peligroso. Lo atraes con el olor de carne humana y
en su mayoría, quienes lo han enfrentado, mueren, ¿Verdad? –Dijo Fowler.
--Así es aventurero,
pero ten cuidado. Hay algo muy oscuro detrás de estas apariciones misteriosas.
Algo esta cambiando en este mundo –Dijo el hombre con tono serio.
--¿Quién eres?,
¿Cómo sabes todo esto?, ¿De dónde has adquirido esta información?.
--Eso no importa
ahora. Estos monstruos no son simples brujas o sectas extrañas que han
capturado todos estos años. Estas criaturas son fuertes y feroces. No tienen raciocinio
alguno y si bajan la guardia…morirán –Dijo el hombre, tomando con fuerza el
hombro de Fowler.
--Tu has tenido un
encuentro con ellos, ¿Verdad? –Contetó Fowler, quitándose la mano de encima con
amabilidad.
--Si. No solo con
uno de ellos, sino también con su líder.
--¿Alguien esta
detrás de todo esto?.
--Si. Se llama…
La conversación es
interrumpida por varios guardias de la ciudad, quienes estaban detrás del
hombre que hablaba con Fowler. El hombre se llamaba Billy y era buscado por la
alcaldía de la ciudad.
--Aquí estas viejo
Billy. Estas bajo arresto por asesinato –Dijo uno de los guardias.
El viejo Billy se
levantó sin hacer movimientos, pero le dijo a Fowler, que los guardias y el
alcalde querían callar a cualquiera que diga información confidencial y que el
seria asesinado por la información que le había dado. Fowler sale del lugar,
pero alguien lo seguía con una pistola en el bolsillo. Fowler se mete en un
callejón, el hombre que lo perseguía también, pero Fowler lo tumba al piso y le
pregunta por qué lo seguía, a lo que este responde que tenía información.
Fowler miró al hombre con duda, pero lo suelta hasta que escucha una voz que
venía de atrás, una voz que reconoció al instante.
--Nos volvemos a ver
Fowler –Dijo el hombre parado en el callejón, con tono serio.
--Pero si eres tu,
el perro traidor –Dijo Fowler mirando con ira.
Gahiji recorre el
centro, ya que era el más joven y era capaz de pasar desapercibido por todas
partes. Gahiji era flaco, de tez pálida, llevaba un saco que llegaba hasta las
rodillas color negro. Tenía el pelo gris azulado, también usaba guantes de
cuero sin dedos, botas negras alargadas. Llevaba dos revolver, que guardaba a
los lados de su cintura. Varios cuchillos en sus botas y cinturón, estos
estaban ocultos tras su gran saco y su pelo largo que llegaba hasta sus
hombros, el cual ataba hacía arriba. Sus ojos eran verde esmeralda y siempre
llevaba un pañuelo negro, atado a su cuello.
Gahiji se detiene en
una esquina. Notaba que un grupo de cazadores se le acercaba. Parecían conflictivos.
Buscaba una calle por donde escapar, cuando siente un arma en su espalda.
--Alto ahí polluelo
–Dijo uno de los cazadores.
--Buenas señores,
¿Necesitan algo? –Dijo Gahiji resignado.
--Si, tu dinero, no
tenemos para beber y tu pareces tener bastante –Dijo el cazador viendo los
bolsillo de Gahiji.
--Está bien, me
atraparon. Tomen –Dijo Gahiji.
Gahiji le da una
bolsa de oro al jefe de los cazadores. Estos se reúnen y al abrir la bolsa, no
ven más que arena. Furioso, el jefe levanta la vista, pero Gahiji había
escapado a toda velocidad.
--¡Busquen a ese
infeliz! –Dijo el jefe de los cazadores enfurecido.
Gahiji mira desde
uno de los pasillos y aliviado por su escape, sigue su camino por las calles,
pero estas eran cada vez más extrañas, ya que no tenían el mismo lujo que las
casas del centro. Gahiji mira a su alrededor, cuando choca con una mujer por
accidente. La mujer miró a Gahiji, que apenado le pide disculpas. Ella sonríe y
le pregunta si estaba perdido. Gahiji dice que si y la mujer se lo lleva hasta
una gran casa blanca, la única casa lujosa del lugar. Gahiji entra y se da
cuenta que era un burdel.
--Oye, eh… Yo, yo no
vengo por esto –dijo Gahiji nervioso.
--Relájate niño, vas
a pasar un buen rato –Dijo la mujer.
--Espera, de verdad
no es a lo que venía. Yo…
La mujer entra con
Gahiji y todas las mujeres que estaban con sus clientes, voltean a mirar al
apuesto joven, pero ninguna pudo acercarse, ya que estaba con ella. Gahiji llega
a un cuarto, que estaba decorado de la manera más seductora posible. El joven
estaba muy nervioso y tembloroso, hasta que la mujer lo tira sobre la cama y
comienza a besar su cuello, tratando de quitar su ropa, entonces Gahiji
aprovecha para sacar información.
--¿No le temes al
monstruo? –Dijo Gahiji conteniendo sus gemidos.
--Claro que no, solo
atacan por las noches. Además, solo es uno que esta por los pantanos –Dijo la
mujer mientras lo besaba.
--¿Por los pantanos?
–Preguntó Gahiji con atención.
--Si, dicen que
salen desde portales y que los invoca alguna especie de mago oscuro.
--¿De verdad?
--Si.
--Vaya, sabes mucho
sobre esto –Dijo Gahiji sorprendido.
La mujer deja de
besarlo y se sienta frente a él. Gahiji se sienta y mira a la mujer con
atención.
--Si, de hecho,
¿Sabías que en luna llena el monstruo grita y es fácil localizarlo? –Dijo la
mujer.
--¿Hace cuánto que
este monstruo habita en esos pantanos? –Preguntó Gahiji.
--Hace unos tres
años, pero los guardias lo capturaron, hasta que una noche mató a más de cien
guardias y huyó a esos pantanos. Ahora es imposible para los guardias, así que
pusieron precio por su cabeza.
--¿Cómo sabes todo
esto?
--Clientes cariño.
Los guardias ebrios son fáciles de manipular.
Gahiji se tumba en
la cama, dejando que la mujer siga besándolo, hasta que toma la botella de
alcohol que había en la mesa y le pregunta a la mujer si quería tomar antes de
hacerlo, a lo que ella responde excitada que sí. Gahiji hizo que la mujer se
embriague, hasta caer dormida y allí aprovecha para salir. Tras volver a la
calle principal se cruza a Aristeo, para reunirse con Fowler en el lugar
acordado. Ambos salen de la ciudad y se dirigen al bosque, donde se supone que
estaría Fowler, pero se encontraron a Fowler golpeado y atado. Ambos corren
hacía él, pero dos hombres intentan dispararles. Gahiji toma un cuchillo y
rápidamente lo clava en uno de ellos, mientras Aristeo esquiva un disparo, toma
su pistola, para atravesar el cráneo del otro de un balazo.
--Si que tienen
habilidad –Dijo alguien a lo lejos.
Un misterioso hombre
aparece detrás de unos árboles: este llevaba un chaleco marrón, por debajo una
camisa blanca y un cinturón donde guardaba su revolver. En su frente tenía una
cicatriz en forma de cruz, tenía un ojo totalmente negro y llevaba una pala en
la espalda, la cual usaría para enterrar a Fowler.
--Has entrenado bien
a tus perros Fowler –Dijo el hombre mirando a Fowler.
--Cierra la boca
imbécil –Dijo Fowler con rabia.
Aristeo desata a Fowler,
pero son rodeados por varios cazadores. Gahiji toma con rapidez sus armas y
apunta decidido a disparar o morir.
--Veo que vas en
serio con esto –Dijo Fowler.
--Claro que voy
enserio –Dijo el hombre.
--Bien, resolvamos
esto con un duelo –Dijo Fowler con seriedad.
--Ya era hora –Dijo
el hombre entre risas.
Fowler toma su gran
escopeta de tambor con tres cañones y la tira al suelo, para tomar un revolver que
guardaba en el cinturón. El hombre tira la pala y toma su revolver, para
iniciar el combate. Ambos dan diez pasos, pero antes de voltear se dirigen a un
árbol y se cubren detrás ellas.
--Sabía qué harías
eso, viejo tramposo –Dijo el hombre con tono burlón.
--¿A quién le dices
viejo?, mírate, estas peor que yo –Contestó Fowler entre risas.
Ambos comienzan a
disparar, cuando una bala hiere a Fowler en la pierna. El contrincante avanza
rápidamente, pero Fowler corre hasta otro árbol y su disparo hiere el brazo del
contrincante. Ambos sangraban, pero Fowler corre hacía su enemigo y lo golpea
tantas veces, que su oponente pierde el arma y cae al suelo. Fowler apunta a su
rostro, con intención de volarle la cabeza.
--Dime, ¿Quieres ser
mi carnada? –Preguntó Fowler.
--Así que andas por
la recompensa, ¿Eh? –Contestó el hombre.
--Claro, si no jamás
pisaría una ciudad llena de ricos –Dijo Fowler asqueado.
--Te diré una
cosa…estas muy desatento.
--¿Qué?
El oponente de
Fowler se levanta con rapidez clava y le clava un cuchillo en el estómago. Luego
lo patea, haciendo que caiga desplomado al suelo. Fowler sin pensarlo, dispara
tres veces al pecho de su oponente. Este cae al suelo mientras escupía sangre, muriendo
poco segundos después. Sus cazadores explotan, dejando una cortina de humo
negro.
--¡Rápido, sáquenme
de aquí o ese monstruo vendrá! –Dijo Fowler adolorido.
Aristeo y Gahiji
toman a Fowler y se lo llevan a la ciudad, donde es atendido por un médico. Al
día siguiente vuelven a reportar un asesinato, los cazadores van a la escena
del crimen junto a varios guardias de la ciudad. Allí ven el cuerpo del
contrincante de Fowler. Estaba abierto, sin nada por dentro. El monstruo se
había comido todos sus órganos.
--Es la primera vez
que pasa esto, normalmente los cuerpos son engullidos enteros –Dijo uno de los
guardias impactado.
--Es por su edad
--dijo Fowler.
--¿Qué? –Preguntó el
guardia confundido.
--Se comió el
interior, porque Wolf es viejo. Imagino que su carne ya no era la misma.
--Eso no tiene
sentido –Dijo el guardia.
--Puede que no, pero
piénsalo, ¿Por qué desperdicia esto?.
--No lo creo, algo
anda mal aquí. Hay que avisarle al alcalde –Dijo el guardia nervioso.
--Fowler, mira esto --Dijo
Aristeo a la distancia.
Los tres cazadores
ven el rastro de sangre que había dejado el monstruo, y deciden seguirlo. Tras
caminar por un rato, llegan al pantano que Aristeo había encontrado, pero esta
vez habían llegado por otro lugar. Se encontraron una cabaña abandonada y en
ruinas.
--Saquen sus armas
--dijo Fowler precavido.
Cubriéndose las
espaldas, los tres cazadores avanzan por los alrededores de la cabaña y al
llegar a la entrada, fowler les dice a Aristeo y Gahiji, que apunten a la
puerta. Fowler abre la puerta de una patada y nadie sale de allí, pero el olor
a muerto se expandía rápidamente, obligándolos a colocarse pañuelos, el olor
era repugnante. Al entrar, todo estaba en ruinas, pero algo impresionó a los
cazadores. En una de las habitaciones, el monstruo había creado un agujero.
Estos bajan y lo que se encontraron fue impresionante… El agujero tenía más de
diez caminos diferentes, por donde este se desplazaba y así nunca ser visto o
encontrado.
--Bien, es hora de
que nos di… --Dijo Fowler, pero es interrumpido.
--Claro que no
–interrumpió Aristeo –Esa cosa nos cazará uno por uno. Estamos en su terreno,
así que nos moveremos juntos viejo.
--Tienes razón –Dijo
Fowler.
Los cazadores
avanzaban por los caminos y veían por dónde salían, mientras se cruzaban
cuerpos desmembrados, huesos de animales y huesos pequeños que parecían de
niños. Tras revisar varios caminos, los cazadores deciden regresar a la casa,
pero no sabían cómo volver.
--¿Cómo diablos
volveremos? –Dijo Fowler.
--¿Así que nos
perdimos?, eso es malo muchachos –Dijo Gahiji manteniendo la calma.
--Sino salimos
pronto, estaremos en problemas –Dijo Aristeo con tranquilidad.
Los cazadores
escuchan un ruido que venía de atrás y al voltear, el monstruo se acercaba
babeando hacía ellos; hambriento. Los cazadores quedan estáticos en el lugar.
El monstruo se detiene y el silencio invade el ambiente. El monstruo era ciego,
tenía un gran cuerno afilado en el medio de la cara, garras afiladas, caminaba
encorvado y una gran fuerza. De pronto una pequeña roca impacta en la armadura
de Aristeo, haciendo que el monstruo corra hacías ellos. Los cazadores se
dividen y salen por los distintos agujeros, separándose por los caminos que aún
no habían explorado. Gahiji sale nuevamente en la cabaña del pantano, fowler en
el bosque, pero no sabía en qué parte de ella. Aristeo sale en una cueva
enorme, donde apenas se distinguía la luz, mientras el monstruo intentaba
cazarlo.
Aristeo corre por la
cueva sin disparar, ya que no quería gastar las balas. Finalmente pudo ver la
luz nocturna y tras salir de la cueva, comienza a dispararle al monstruo, pero
su buen oído hizo que esquive todas las balas. Con gran velocidad se abalanza
sobre Aristeo. Este atraviesa su hombro con la espada. El monstruo intenta
rasguñarlo, pero este lo empuja con sus pies, cae al suelo y al levantarse
escucha las voces de Fowler y Gahiji, quienes habían escuchado los disparos.
Tras reunirse, los cazadores comienzan a disparar, pero ninguno de sus disparos
daba al monstruo, que se acercaba a gran velocidad. Aristeo se queda sin balas
de escopeta, así que toma su revolver y se acerca al monstruo con intención de
volarle el cráneo, pero este salta por encima y cae sobre Aristeo, golpeándolo
contra el suelo. El monstruo intenta clavarle su gran cuerno, pero Gahiji
acierta dos tiros en la espalda del monstruo, haciendo que este grite del dolor
y dando oportunidad a Aristeo para disparar. Aristeo se quita de encima al
monstruo, toma su pistola e intenta dispararle, pero el monstruo golpea a
Aristeo. Este sale volando e impacta contra un árbol. Nuevamente el monstruo
intenta matar a Aristeo, pero Fowler dispara su gran escopeta y le quita un
brazo, luego lo patea y el monstruo cae al suelo, mientras desangraba. Fowler
levanta a su camarada. Al recargar el arma, el monstruo corre hacía Fowler,
pero Gahiji le dispara en la espalda. El monstruo lleva su atención a Gahiji,
quien corre hacía un árbol.
Gahiji se acerca al
árbol con velocidad, se impulsa y hace un giro de trescientos sesenta grados,
mientras el monstruo impacta su cuerno en el árbol. Gahiji cae de pie y tras
apuntar, presiona sus pistolas en la cabeza del monstruo. Gahiji dispara y hace
que las balas le atraviesen el cráneo, pero no fue suficiente. Tras caer al
suelo, el monstro se levanta tambaleando, pero su cuerno se había partido. Se
movía lento, así que Fowler toma su gran escopeta y le vuela la cabeza. Tras la
batalla, aristeo toma su espada, recarga su pistola y escopeta. Fowler y Gahiji
hacen lo mismo. De golpe, el monstruo explota, convirtiéndose en humo negro y
dejando tras su muerte, un cristal negro con franjas blancas que latía como un
corazón humano. Los cazadores no sabían qué hacer con ella, hasta que una voz
les dice que destruyan el cristal o el monstruo reencarnaría. Los cazadores
apuntan a distintas direcciones, pero solo se escuchaba la voz que repite
nuevamente el mensaje. Fowler mira a sus camaradas y estos asienten, así que
Fowler coloca el cristal en el césped y lo destruye con su bota. Del suelo se
levanta el humo negro y se desvanece.
--Bien hecho, acaban
de completar la primera caza. Si logran matar a todos los monstruos, podrán
venir por mi cabeza –Dijo alguien.
--¿Quién eres? –Preguntó
Fowler.
--Soy El.
--¿Qué quieres ganar
con esto El? –Dijo Fowler.
Fowler preguntaba
una y otra vez, qué es lo que quería la voz, pero esta no respondió, así que
los cazadores van a la ciudad para cobrar el oro. Al principio no les creían,
pero luego de unos días de no reportar asesinatos, les dieron su recompensa de
treinta mil piezas de oro. Así, los cazadores tuvieron oro para comer y gastar
en balas, armas y demás, pero claro, no duró mucho. Deciden hablar con otros
cazadores acerca de monstruos, pero nadie sabía nada de monstruos por la zona u
otras ciudades, hasta que Billy el mismo anciano del bar se les acerca en la
entrada de la ciudad Salome, y les dice que en la ciudad Millerán, se hablaba
de avistamientos de un monstruo con tres caras enmascaradas, seis brazos
humanos, patas de cabra y patas de araña en la espalda, que usaba para
atravesar a sus presas. Los tres cazadores quedaron sin palabras al escuchar lo
que el anciano había dicho.
--Estas loco, no
existe un monstruo así --dijo Fowler.
--¿No me crees?
–Dijo Billy.
--No, además, ¿Tu no
estabas arrestado?.
--Míralo por ti
mismo –Dijo Billy.
El anciano estira el
papel, con la recompensa del monstruo. Al verlo, los tres quedaron
impresionados por lo que veían y tras preguntar nuevamente el nombre de la
ciudad, los cazadores se dirigen por una nueva casería. Billy los ve alejarse y
comienza a reír como loco. De pronto, explota convirtiéndose en humo negro.