El día era perfecto, el sol de aquel planeta le resultaba tibio y el sonido de las olas al llegar a la playa era relajante al punto de que el pequeño Travis Gelly cerraba sus ojos y se perdía en sus pensamientos antes de dormir. El planeta elegido por la Alianza Interplanetaria era perfecto en todos los sentidos de la palabra. Los bosques solo poseían comida rica en nutrientes y vida animal domesticable que difícilmente podría considerársela una amenaza.
Los insectos apenas si existían y no eran una molestia sino algo bello y digno de ver, solo comparable con las mariposas. El clima era primaveral y los veranos junto a los inviernos eran muy confortables. El planeta perfecto en todos los sentidos de la palabra, tan perfecto que era imposible que fuese real... y quizás ese era el caso.
Aquella mañana idílica dentro de poco se convertiría en una pesadilla cuando unas oscuras nubes de tormenta se vislumbraban a lo lejos. Nubes negras que rara vez aparecían en ese planeta, siendo acompañadas por varios rayos que parecían emular una especie de corriente electrica. Aquello si llamó la atención de los bañistas y tambien la atención de Travis debido a que era la primera vez desde que llegaron a ese planeta bautizado como:"Eden" que veían algo semejante.
Sin embargo la sorpresa mutaría a horror cuando vieran como desde el interior del oceano salían criaturas con cuerpo humano y rostro de pez cuyo cuerpo negro no dejaba lugar a dudas de que se trataba de una especie nueva y de comportamiento hostil. Siendo hombres de ciencia y sin prejuicios de ningún tipo, los colonos no se habrían aterrado al verlos sino que se habrían maravillado de contemplar una nueva especie extraterrestre provenir del interior de aquel calmo mar. No, lo que los asustó al punto de huir y dar la alarma general era que los mismos Hombres Pez se encontraban armados con espadas hechas de coral o algo parecido al mismo y arcos y flechas dispuestos a ser disparados ante los indefensos ciudadanos. No importaba si era un malentendido o no, ellos estaban armados y eran peligrosos, por eso la mejor ida era correr. Travis corrió al verlos, corrió y no recordó a su madre ni a sus abuelos a los que dejó atras sino hasta que volvió a su casa mientras los Hombres Pez iniciaban el ataque.