Hablé en voz alta, asegurándome de que los guardias pudieran escucharme, enfatizando la importancia de la estrategia.
Karl: No avancen de manera individual, aconsejo que dos elementos estén delante para inmovilizar, y uno detrás para dar el golpe de gracia.
Grité mientras clavaba la espada en la nuca del segundo monstruo, dejando claro que la estrategia era clave para controlar la situación.
Los guardias se quedaron atónitos al principio, pero pronto entendieron la estratagema y se llenaron de energía y determinación para continuar el combate. Animados por este rumbo, comenzaron a atacar de manera más coordinada, siguiendo el plan que había expuesto.
Con determinación y habilidad, comencé a apoyar a los siguientes grupos más cercanos, compartiendo la misma estrategia con ellos. Les expliqué la importancia de inmovilizar y luego atacar las zonas vulnerables de los monstruos para detener su avance. A medida que avanzaba, instaba y guiaba a los soldados para que siguieran el plan eficazmente.
Observo cómo el grupo de guardias empezaba a dominar a los monstruos, así que decidí cambiar las órdenes un poco. En un tono claro y conciso, les indiqué:
Karl: Empiecen a dirigir a las bestias hacia una zona más abierta, donde sea más fácil rodearlas, necesito que un grupo empiece a reunir a los heridos.
Al escuchar las órdenes, los guardias respondieron con obediencia y comenzaron a ejecutar el nuevo plan, guiando a los monstruos a una área más amplia mientras otro grupo se encargaba de los heridos.
Algunos guardias aún tenían dudas debido a que no me conocían, pero conforme mis estrategias demostraban ser efectivas y ellos veían que conocía la manera más rápida de lidiar con los monstruos, comenzaron a perder sus dudas.
Mis órdenes se transmitieron eficazmente, ganando gradualmente la confianza de los guardias mientras seguían mis indicaciones y aplicaban las nuevas tácticas en el combate.
Con el tiempo, habíamos logrado finalmente dominar completamente el piso actual, por lo que decidimos continuar a la siguiente planta. Los guardias, ahora más expertos gracias a la coordinación y las estrategias implementadas, estaban listos para enfrentar lo que nos esperaba a continuación.
Una vez que los guardias se recuperaron de la reciente batalla, tomé la palabra nuevamente, con autoridad en mi voz.
Karl: Quiero que algunos se queden a apoyar a los heridos,y cuando hayan terminado nos irán a apoyar. Necesito un par de voluntarios que funcionen como exploradores. Los demás descansen 5 minutos y prepárense con sus armas.
Los guardias, obedientes y llenos de determinación, comenzaron a seguir mis instrucciones, un pequeño grupo se ofreció como exploradores y el resto se preparó para el próximo asalto.
En ese momento, me di cuenta de que ya no solo había guardias entre nuestros aliados; algunos de los prisioneros también habían decidido apoyar nuestra causa. Mientras tanto, las melusinas continuaban atendiendo a los heridos, mostrando una determinación y valor impresionante incluso en medio de la situación caótica que rodeaba.
Recibí noticias de los exploradores, quienes me informaban que la situación en los siguientes pisos era similar a la que habíamos enfrentado originalmente, aunque en cada piso había menos gente que en nuestro piso. Muchos guardias se habían retirado a este piso, por lo que solo quedaban un puñado de guardias en cada piso para defender el fuerte.
Con decisión, le indiqué a los guardias:
Karl: Avancemos.
Los guardias, al escuchar la orden, se prepararon y se dispusieron a seguir avanzando hacia los siguientes pisos, listos para enfrentarse a los monstruos que aún pudieran estar esperando en su camino.
Con la nueva estrategia aprendida, los guardias avanzaron piso a piso de manera constante. Poco a poco, iban recuperando el control del fuerte, dominando a los monstruos que encontraban en cada piso inferior y demostrando una creciente habilidad y confianza en su forma de combatir.
Recibí información de los exploradores que estaban en el piso inferior, que Clorinde, Wriothesley y Aether estaban luchando con algunos monstruos de mayor tamaño, y que algunos de los guardias que estaban con ellos ya mostraban señales de fatiga notable.
Ordené a los guardias que descansaran 5 minutos más antes de bajar y terminar con los últimos monstruos que quedaban en el piso inferior. Sin embargo, antes de proceder, decidí cambiar ligeramente nuestra estrategia para abordar la situación de manera más efectiva.
La nueva información acerca de los monstruos que faltaban revelaba que tenían sus extremidades acorazadas, lo cual podría dificultar la tarea de detener sus movimientos. Sin embargo, se descubrió que las partes vulnerables de estos seres seguían siendo las mismas. Al tener una naturaleza naturalmente preparada para atacar de frente, las partes traseras de sus patas no estaban acorazadas, únicamente el frente. Por lo tanto, debíamos rodearlos y atacarlos por allí primero.
Nuestro objetivo debía ser atacar sus extremidades delanteras por detrás, de manera que sus movimientos se volvieran torpes y rígidos. El número de estos monstruos era de tres en total y necesitábamos ser muy precisos con nuestros mosquetes para alcanzar estas partes vulnerables.
Clorinde, Wriothesley y Aether estaban enfréntado a cada uno a un monstruo de gran tamaño, claramente los líderes de la manada de bestias que estaban tratando de dominar. Estos rivales eran más peligrosos que los anteriores y parecían ser un reto considerable para nuestros aliados, que estaban luchando con todo su poder contra ellos.
En condiciones normales, nuestros aliados no tendrían problemas en enfrentarse a uno de estos monstruos cada uno, pero el cansancio y agotamiento estaban empezando a tener un impacto en ellos, lo que hacía que sus batallas se prolongaran y se tornaran más extenuantes.
Los ataques imbuidos con cryo de Wriothesley parecían sólo estar ralentizando el avance de su oponente, careciendo de la fuerza suficiente para infringir daño crítico en la coraza del monstruo. Por otro lado, Clorinde, gracias a su visión y poder, tenía la potencia necesaria para superar la coraza, pero no el suficiente daño para terminar la batalla de inmediato. Los golpes y poder hidro de Aether, por desgracia, no demostraban ser efectivas contra su adversario.
Los guardias entraron en escena como apoyo y comenzaron a rodear a las bestias, sin atacar de inmediato. Las bestias, conscientes de la distracción de sus oponentes, aprovecharon la oportunidad y embistieron hacia Clorinde, Wriothesley y Aether, atacándolos mientras estaban ligeramente desprevenidos.
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