Diciembre era frío pero como casi era Navidad, Lexus iba a estar libre después de arreglar algunas cosas. Verano también pasaba su tiempo aquí, no es que me moleste, pero de alguna manera, está mal.
Me di cuenta de que Verano ni siquiera intentaba llevarse bien con su madrastra.
Hoy es 24 y debería estar con sus padres. Supongo que, por muy inteligente que sea, sigue siendo una niña.
Su madrastra, Raina, había venido a recogerla y estaba esperando abajo mientras yo subía a buscarla. Eli una vez dijo que Raina era buena persona y pensándolo bien, ella trae y lleva a Verano bastante seguido, así que supongo que simplemente les falta comunicación.
—Verano —la llamé mientras ella jugaba en la última habitación boca abajo—. Tu mamá está aquí para recogerte.
—Madrastra —ella dijo y se levantó. Suspiré y caminé hacia ella. Me agaché un poco para hablarle.
—Verano. ¿También le hablas así?
—No, le llamo por su nombre.
Suspiré de nuevo, —Eso está mal, Verano. Deberías llamarla mamá.