—¿P-pero no es eso lo que soy? —pregunté.
—Digamos que no eres un esclavo, sino que eres 'el' esclavo.
—¿Qué...? ¿Cómo es eso diferente?
—Hay una gran diferencia y preferiría que no descubras cuán diferente es.
—... ¿Por qué es así? ¿No puede simplemente decir algo de manera que yo pueda entender? —dijo.
—Digamos que porque eres 'el' esclavo te estoy dando esto. —Extendió la mano hacia su bolsillo y sacó algo. Luego, ambas manos fueron detrás de mi cuello.
Al principio estaba un poco confundido hasta que una cadena cayó frente a mi cuello.
—¡Esto! —Tomé el pequeño anillo que colgaba alrededor de mi pecho y lo miré fijamente. Un hermoso anillito de plata con el grabado, 'Mi Tesoro', —¿Cómo?!! —Estaba completamente asombrado.
—Lo querías.
—¡Sí! ¡Lo hice! —Creo que mis ojos brillaron.
—¿Es esto tan importante?
—¡Muchísimo! —exclamé y apreté el anillo en mis manos—. Nunca quiero perder esto de nuevo. Gracias, Maestro.