No puedo creer que nunca antes había probado este pedazo de cielo. Mis pensamientos se derretían justo como el queso de la pizza en mi boca. Supongo que a esto le llaman amor a primera vista, porque estoy completamente encantado.
A mitad de comer, una pequeña figura apareció detrás del sofá en el que estaba sentado.
—Estás realmente perdido.
Me sobresalté con la voz.
—¿Verano? ¿Cuándo llegaste?
—Justo ahora. Pero estabas tan perdido que no me notaste.
—Lexus no me dijo que vendrías.
—Vine aquí en secreto. Falté a la escuela.
—Oh.
—¿No me vas a decir que está mal faltar a la escuela?
—¿Lo está? Yo casi nunca fui a la escuela.
—¿De verdad? Qué suerte tienes. —Saltó al sofá—. ¿Puedo tomar un poco? —Señaló la pizza y yo asentí. Me senté de nuevo a su lado—. Por cierto. ¿Por qué hay un sartén quemado en la basura?
—Creo que Lexus intentó cocinar.
Verano estalló en risas. —Eso lo explica. Es muy malo para eso.
—¿Lo ha hecho antes?