Por la noche, Azalea, Huang-fei, Mateo, Ayaan y yo nos sentamos en mi habitación para discutir el caso.
—¿Así que dices que Riri era el objetivo porque era nueva? —preguntó Mateo—. Bueno, tiene sentido ya que nadie la conocía. Debió haber sido bastante fácil sacarla afuera.
—¿Y quieres que me pasee por la destilería para llamar la atención del asesino? —habló Azalea.
Asentí —Tarde o temprano él volverá al lugar y al ver a otra persona que no es de aquí, podría tomar una segunda oportunidad.
—¿Y si le pasa algo a ella? —Mateo parecía un poco preocupado.
—Ella estará bien. Está suficientemente entrenada para esto —lo aseguré.
—No. Me refiero a que ella tiene miedo de lugares como la destilería por la noche.
—Ah… —El asunto se me había escapado de la mente. Suspiré cuando Ayaan golpeó la mesa para llamar la atención de todos.
—Yo iré con ella —escribió en su bloc de notas.
Reflexioné sobre la idea.