Cuando desperté no pensé que hoy se convertiría en un día tan grandioso. Realmente, fue más que eso, más que grandioso, fue algo mucho más de lo que puedo describir porque conseguí esa una cosa que pensé que nunca tendría.
Una oportunidad para hablar con mi hermana. Mi única hermana, mi único pariente vivo.
Aunque es un poco triste que nunca podré decirle que compartimos la misma sangre, aún así estoy feliz. Estoy feliz de haberla podido conocer, estoy feliz de haber podido hablar con ella, estoy muy satisfecho de saber que tiene una madre estupenda como Zara y puedo decir que creció bien. Siempre tuve la sensación de que ella estaba viviendo bien pero hoy lo confirmé. Cada vez que la miraba desde el otro lado de la calle y la veía charlar alegremente con sus amigos, sabía que estaba bien, pero aún así tenía algunas dudas.