El rostro de Dylan cambió y su endurecido corazón finalmente se ablandó. Se giró y la levantó y la puso en la cama. Apretó su puño y susurró —Esta mujer, metiéndose en mis nervios.
Como si estuviera exhausta, cerró los ojos y pronto se quedó dormida.
***
A la mañana siguiente, Savannah despertó encontrándose acurrucada en sus cálidos brazos. Abrió los ojos de par en par, atónita por un momento, y luego recordó lo que había hecho la noche anterior.
Dylan estaba acostado a su lado, abrazándola toda la noche.
Estaba tan cansado anoche que ahora no se despertaba. Sus ojos cerrados y la línea dura de su rostro estaba mucho más suave.
Savannah suspiró de alivio largamente. Parecía que su comportamiento la noche anterior había ablandado su corazón al fin.
El primer paso funcionó.
Ella se liberó suavemente de sus brazos pero accidentalmente lo despertó.
Dylan no abrió los ojos. La atrapó fuertemente en sus brazos y murmuró con voz ronca —¿adónde quieres ir?
