Kyle exhaló un largo suspiro mientras miraba la carta de renuncia sobre su mesa. Eventualmente dejaría a Lana pero no quería irse aún, no hasta asegurarse de que todas las malas hierbas que rodeaban a Lana hubieran sido arrancadas completamente.
Esbozó una sonrisa cínica al recordar cómo terminó haciendo lo contrario de su objetivo. Su teléfono móvil sonó y su rostro se oscureció al contestarlo.
—Escuché que has vuelto. ¿Cómo es que nunca me ves? ¿Todavía estás enojado porque ella me eligió a mí? —comentó el hombre en la otra línea.
—¿Por qué debería estarlo? Al contrario... Me salvaste, así que en realidad estoy agradecido de que ella te haya elegido a ti... —comentó Kyle con sarcasmo.
—Voy a estar en el evento benéfico. Estoy considerando presentarte como mi hijo perdido hace mucho tiempo... —dijo el hombre.