Liam soltó una carcajada al recordar cómo esa mañana Lana se sentó en su regazo, lo abrazó y lo besó justo antes de que se separaran. Esta vez ella no lo acompañó ya que dijo que visitaría a sus amigas durante el día y también podría encontrarse con algunos clientes, así que llamó a Andrew y le pidió que en su lugar lo llevara al trabajo.
—¿Señor? —preguntó Andrew, ya que pensó que su jefe quería darle algunas instrucciones.
—Nada. Sigue manejando con cuidado —comentó Liam con una sonrisa.
—Es demasiado adorable —reflexionó, sonriendo para sí mismo dentro del coche. Tomó su teléfono móvil con entusiasmo y vio el video de Lana cantando y bailando mientras trabajaba en la cocina. Lo mantuvo en silencio para que Andrew no escuchara nada y pasase la información a su familia.
Liam ya empezaba a extrañarla y suspiró, preguntándose qué estaría haciendo Lana en ese momento.