A la mañana siguiente, Lana se sintió un poco triste ya que parecía que no había progreso. Liam se había recuperado completamente, pero solo desayunó, le dio el frío trato habitual y luego se fue al trabajo.
Se suponía que ella también debía ir al trabajo, pero no fue y en su lugar esperó a que llegaran May y su esposo.
May y Riley llegaron pronto.
—Oh, ¿ya no se están quedando en la mansión de Sy? —comentó May mientras Lana la guiaba a la sala estar para tomar un café.
—Liam se está quedando aquí, así que tengo que seguirlo. ¿Cómo estás, Riley? —Lana respondió y tuvo una buena charla con la pareja.
—¿Dónde está la puerta? —preguntó Riley después de terminar su café. Lana se sintió un poco avergonzada, pero May solo se rió y la molestó, —¿Por qué estás toda roja ahora? Ya le expliqué todo a Riley, que estás planeando invadir la privacidad de tu exesposo...
—¡Él no es mi exesposo! ¿Por qué sigues refiriéndote a Liam de esa manera? —Lana se quejó con los labios apretados.
