En el Edificio Sy.
Luo sentía lástima por Lana al ver lo estricta que era la seguridad a su alrededor.
—Qué aburrido es tener la misma rutina todos los días —comentó burlonamente.
—Mejor prevenir que lamentar… Como diría mi esposo —murmuró Lana con la nariz arrugada.
—Hmm, solo dime qué quieres hacer y lo haré por ti, en tu nombre… —Luo la vaciló.
Lana torció la boca y dijo:
—Me gusta jugar a esa máquina de los juegos arcade donde puedo elegir un juguete de peluche.
—Oh, me encantaría hacer eso. Iré más tarde y lo haré por ti antes de volver a casa. No te preocupes, me aseguraré de conseguir muchos de esos juguetes de peluche para ti, mi querida amiga —Luo la vaciló aún más.
Lana negó con la cabeza y murmuró:
—Qué amiga tan cariñosa y burlona eres, eh. ¿Qué tal si haces una transmisión en vivo mientras juegas? Me pondré más celosa…
Los ojos de Luo se abrieron de par en par mientras exclamaba:
—¡Esa es una buena idea! ¡Definitivamente lo haré!
