Lana negó con la cabeza cuando todos en la oficina la saludaban sonrientes al llegar con Liam al edificio de Sy. Su esposo, supuso ella, probablemente ya había anunciado su relación con él, viendo cómo todos parecían ya saber todo.
Lana les devolvió el saludo cálida. Liam agarró su mano firmemente mientras caminaban hacia su ascensor privado. Últimamente le gustaba tanto cuando él estaba cerca, la hacía tan feliz, pero también se irritaba fácilmente si Liam no estaba y quería mimos.
Quizás Liam tenía razón, su bebé o más bien su embarazo la estaba haciendo más dependiente y de humor cambiante, y eso era muy fuera de su carácter. Pero se estaba acostumbrando y también, en cierto modo, le encantaba, toda la atención y el cuidado.
—¿Extrañaste mi oficina? —susurró Liam en su oído.
Lana asintió y dijo —Tengo muchas experiencias memorables en tu oficina y la más inolvidable fue tu pared de cristal de un solo sentido.
Liam rió y alzó su mano a su boca para plantarle un beso.