Se mantuvo frente por un segundo antes de respirar profundamente y sumergirse en el agua. El frío del agua golpeó su piel, enviando escalofríos por su columna. Nadó por un momento antes de salir a la superficie del agua. Se limpió las gotas de agua de la cara con la palma y jadeó pesadamente.
El agua parecía poco profunda desde allí arriba, pero en realidad era muy profunda; casi le llegaba al cuello.
Después de estabilizarse, se sumergió en la piscina de nuevo. Hacía mucho tiempo que no sentía tanto alivio. Ya se estaba acostumbrando a estar en la casa de Nicklaus, al menos. Recordando a Gwen, pensó que debería ir a verla, ya que hacía tiempo que no se veían. Le había contado sobre el trabajo, pero aún necesitaba verla y saber cómo había estado.
Después de nadar un rato, Tiana decidió practicar sus habilidades de retención de la respiración antes de salir del agua. Así que subió a la superficie, tomó una profunda bocanada de aire y luego se sumergió profundamente en el agua, se agachó en el suelo cerrando los ojos.
Después de que Nicklaus regresara del trabajo, fue a la cancha de baloncesto para jugar y aliviar sus pensamientos. En estos días, la había estado evitando como a la peste, aunque eso no detenía sus pensamientos, dejaba poco a su imaginación.
Pensó que si continuaba así por un tiempo más, la sacaría de su mente. Y después de que ella completara el segundo mes, realmente la enviaría lejos y conseguiría un reemplazo. Nunca había sentido algo así por nadie antes. Era solo ella, así que sabía que si la enviaba lejos, todo volvería a la normalidad.
No tenía amigos, tampoco quería jugar con ninguno de sus guardias. Solo necesitaba un tiempo solo; un tiempo para ordenar su cabeza.
Cuando estaba exhausto, se secó el cuerpo con su toalla y salió de la cancha. La entrada a la cancha de baloncesto estaba conectada al área de la piscina. Cuando entró, no vio a nadie en la piscina pero se sorprendió al ver una toalla y algo de ropa cuando salió. Sus ojos se volvieron reflejamente hacia la piscina, y vio a alguien agachado en la piscina. Frunció el ceño mientras se preguntaba qué estaba haciendo esa persona allí. Se volteó para irse pero sus ojos volvieron a parpadear hacia la persona otra vez y la reconoció.
Se sorprendió por un momento, preguntándose qué estaba haciendo ella dentro de la piscina. Quería alejarse pero no sabía qué mantenía sus piernas en el lugar y sus ojos clavados en ella; y justo en ese momento, ella abrió los ojos y miró hacia arriba.
Fue como si no esperara ver a alguien allí, porque sus ojos se abrieron de sorpresa.
Nicklaus, dándose cuenta de lo que estaba haciendo, se dio la vuelta para alejarse. Pero apenas había dado unos pasos cuando escuchó salpicaduras en el agua.
Tiana contuvo la respiración por un minuto y treinta segundos. Eso fue lo máximo que había hecho nunca.
Estaba contenta consigo misma así que abrió los ojos mientras intentaba nadar hacia la superficie del agua. Pero cuando abrió los ojos, vio a alguien parado al lado de la piscina y se sobresaltó. Sus labios se abrieron, y sin querer tragó un bocado de agua que bajó por el conducto equivocado y de inmediato tosió dentro del agua. Pero justo cuando abrió los labios para toser, otro bocado de agua entró, bloqueando la tos y empujando el agua más abajo en su garganta.
Sintió la nariz endurecerse, y comenzó a sofocarse. Había contenido la respiración durante demasiado tiempo y si no inhalaba aire en el próximo segundo, realmente se desmayaría.
Inmediatamente, se dirigió hacia la superficie del agua pero su cerebro se negó a dar fuerza a sus piernas debido a la alarmante obstrucción en su garganta. Tiana se empujó a sí misma, pero ni siquiera podía nadar; sus manos aleteaban a través del agua, tratando de empujar su cuerpo hacia la superficie pero apenas se movía; seguía tragando más agua en su garganta; hasta que su estómago estaba lleno; sus oídos se estrechaban y apenas podía sentir su cuerpo nuevamente.
Sus instintos de supervivencia se activaron y luchó más, pero su fuerza la había abandonado. Lentamente se dejó llevar por la corriente y se deslizó silenciosamente hacia la oscuridad; justo cuando estaba a punto de entumecerse, sintió algo tirar de su cintura y luego todo se volvió negro.
Nicklaus se volteó hacia el agua y frunció el ceño; parecía que ella nadaba hacia la superficie, pero en realidad no se movía en absoluto. Sus manos solo aleteaban en el agua y su cara estaba pálida, parecía que estaba luchando.
Nicklaus dudó por un momento antes de acercarse más a la piscina; al observar más de cerca vio que realmente estaba luchando; su boca se abrió como si quisiera decir algo pero se cerró de nuevo cuando el agua la llenó.
De repente su cuerpo dejó de moverse, y comenzó a flotar hacia la superficie.
Los ojos de Nicklaus se abrieron con miedo y los pelos de su cuerpo se erizaron; sin pensar, se lanzó al agua; nadó tan rápido como pudo hacia ella; cuando la alcanzó, pasó un brazo alrededor de su cintura y la subió a la superficie.
Arrastrando su cuerpo inerte hacia adelante; la empujó hacia la plataforma y saltó rápidamente fuera. No pensaba en nada más; su cara estaba pálida como la muerte mientras se apresuraba hacia ella.
—¡Tiana! ¡Tiana! ¡Tiana, despierta! —gritó.
Sacudió su cuerpo vigorosamente, pero ella no se movió; su cuerpo yacía inerte en el suelo, los ojos cerrados y la cara desangrada.
El corazón de Nicklaus golpeaba contra su pecho; estaba aterrorizado.
¿Estaba muerta?
Sintió escalofríos recorrerlo mientras el pensamiento cruzaba su mente; y le sacudió la cabeza aún más.
—¡Tiana! ¡Despierta! ¡Despierta! —continuó gritando.
Seguía sin moverse.
Él jadeaba aterrorizado mientras la observaba y, sin pensarlo dos veces, tomó aire y se inclinó más cerca, cubriendo sus labios con los suyos, empujando aire hacia sus pulmones.