—Amelia no dijo nada —cortó un trozo de pastel y se lo pasó a Lucas—. Hermano, come pastel.
—Lucas giró su rostro —no, frunció los labios y estaba muy reacio. Por culpa de Emma, Lucas menospreciaba a todas las hermanitas. ¡Si le regalaba una sonrisa a Amelia hoy, comería diez grandes bollos haciendo el pino!
—Amelia solo pudo recuperar el pastel —está bien... En este momento, Elmer todavía seguía refunfuñando en el oído de Amelia—. Mia, hoy es tu cumpleaños. Para celebrar tu cumpleaños, te enseñaré una pequeña habilidad, ¿está bien?
—Amelia frunció los labios y se mostró molesta —no quiero. ¡Aléjate de mí! —a la izquierda de Amelia estaba una niña con un vestido azul. Tenía unos seis años y su nombre era Evelyn. Hasta ahora, había estado tratando de agradar a Amelia, elogiando su vestido y su apariencia. Pensó que ya que se había acercado a Amelia, sería la primera a la que Amelia le daría pastel. Inesperadamente, Amelia le dijo que se perdiera.