HELLEN.
Su cuerpo duro recibe al mio y termino encima de él a solo centímetros de su rostro. Tiene los ojos azules entreabiertos y me observa fijamente.
-Vas...a...dejarme...tú...también? Quédate, por favor- murmura con el dolor impregnado en sus facciones.
Siento que hay algo más detrás de todo eso, pero no pregunto nada, a duras penas puedo respirar. Mi cuerpo se ha quedado congelado. Él es un hombre atractivo. Endemoniadamente sexy diria yo, el hecho de que esté borracho no le hace perder su encanto.
-Te... Te costará, más que una simple bonificación. Mi tiempo vale oro- titubeo queriendo aparentar que su cercanía no me tiene los vellos de punta.
-En ese caso... Quiero...el paquete completo- su mano va a mi cuello acercandome para estampar su boca en la mía. Su lengua se abre paso en mi cavidad jugueteando en mi interior.
Quiero empujarlo, explicarle que no soy una prostituta y que obviamente no ofrezco ese tipo de servicios pero... mi cuerpo protesta ante esa sola idea.
No puedo mantener una relación más que unas cuantas semanas, solo me importa el trabajo y por esa razón llevo muchos meses en completa abstinencia. Es muy sencillo que su toque comience hacer estragos en mi piel, además las pocas copas que compartimos en el bar no ayudan mucho.
-Eres...deliciosa- muerde mi labio inferior bajando la cremallera del vestido que llevo puesto. Sus dedos se arrastran por mi espalda expuesta produciendo un escalofrío y el deseo aumenta rápidamente al darme cuenta de lo que se siente ser tocada por él.
Se da vuelta en la cama y termina encima de mí. Su rostro color carmesí me da entender que sigue muy ebrio. ¿Por qué no estoy haciendo algo para detenerlo?...aunque...¿Esta mal que quiera disfrutar de él aunque sea un momento?
Baja despacio el estraple del vestido encontrándose de frente con mi pechos, a los que no duda ni un segundo en besar y mordisquear a su antojo. Una mano amasa mi pecho izquierdo, mientras su lengua traviesa tortura el otro que esta completamente erguido por la excitación.
Pasa su lengua despacio por mi pezón dándome una mirada de completa perversión que causa calambres en mi entrepierna. ¡Demonios! Llevo mucho tiempo perdiéndome de esto.
Mordisquea mi torso y vientre de manera juguetona mientras baja el vestido al mismo tiempo. Sus dos manos rompen bruscamente la ropa interior que traigo puesta dejandola inservible. Ni siquiera puedo protestar, estoy demasiado excitada para darle importancia a eso.
Su aliento cerca de mi intimidad vuelve a producir un escalofrío. De buena gana enterraría su rostro alli pero esos no parecen ser sus planes, me doy cuenta de ello cuando veo su lengua traviesa darle una leve lamida a mi botón y su boca desplazarse despacio por el borde de mis piernas.
Me besa con devoción en el vientre y los muslos durante una eternidad haciendo que enloquezca por sentir un contacto directo.
- Pídelo Hellen... Pídelo... y voy a dártelo- murmura arrastrando las palabras. Me sorprende que tenga tanta coordinación teniendo en cuenta su estado, pero agradezco que así sea.
-Saboreame a tu antojo- jadeo al fin queriendo que entienda a lo que me refiero.
Levanta su rostro para observarme, esta sonriendo de nuevo... Una sonrisa realmente encantadora.
-Eso...es...lo que voy hacer- sin previo aviso ataca mi intimidad de una manera que no esperaba. Su lengua se mueve demasiado rápido y me pone al límite en unos cuantos segundos.
Jamás había sentido algo así... Es experto en el tema definitivamente.
Mi cuerpo colapsa gracias a él y me arqueo gimiendo sin cesar. Otra oleada de placer me arroya cuando no se detiene produciendo calambres por todo mi cuerpo y haciendome apretar las sábanas debido al placer que es casi insoportable.
Mi pecho sube y baja cuando al fin se incorpora sobre la cama observandome fijamente. Puedo detallar el pequeño rastro de sudor que se extiende por su frente y la manera en que su lengua experta sale a saborear despacio los residuos que han quedado en su boca.
-Tienes un sabor..muy...rico- se levanta de la cama tambaleante hacia una puerta que hay dentro de la habitación. Me doy cuenta que es el baño cuando logro divisar la ducha desde donde estoy.
Me siento en la cama y observo atenta sus torpes movimientos. Comienza a desvestirse frente a mis ojos y es en ese momento que puedo detallar lo glorioso de su cuerpo. La ropa debería estar prohibida para hombres como él, asi podríamos deleitar la vista a diario.
Se mete en la ducha poniendo las manos sobre la pared.
-¡Maldición!- lo escucho decir y después su cuerpo se desploma por la pared hasta azotar en el suelo.
-¡Dios mio!- corro como una loca hasta donde está.
¿Que pasó? Reviso su cuerpo y trato de despertarlo pero no responde. Su respiración empieza a disminuir y entro en pánico. Le doy RCP recordando un poco lo aprendido en un curso breve que hice.
El timbre de la puerta suena cuando estoy a punto de perder la cordura. Agarro el vestido de la cama y me lo pongo peleando un poco con la cremallera. Ignoro el hecho de que mis bragas estan rotas y que debo quedarme sin ropa interior para correr hacia la puerta abriendola de inmediato. Es Tomás, su amigo metiche.
-¡Se esta muriendo!- le grito sin dejarlo siquiera hablar y él abre grademente los ojos.
-¿Que le pasó a Ian?- corro y él me sigue de cerca. Lo llevo hasta el baño en donde se encuentra aún desmayado- ¡Mierda! ¡Ayúdame a ponerlo sobre mi hombro!
Obedezco de inmediato y lo ayudo a subirlo con manos temblorosas. No quiero que le pase nada. La verdad de todas las cosas malas que me han sucedido en el trabajo, está queda en el puesto número uno. Aunque no puedo asegurar que sea mala del todo.
-¡Trae su pantalón! ¿ Por qué carajos está desnudo?- me observa de reojo cuando pasa por mi lado en dirección a la puerta.
-No lo sé... Parece que... Quería tomar una ducha- respondo con vergüenza mientras mi cara enrojece. Tomo mi bolso y el pantalón para aparentar que nada sucede saliendo antes que él del apartamento.
El frío que siento entre las piernas me recuerda el hecho de que no llevo ropa interior porque el musculoso la ha dejado hecha trizas para hacerme explotar de placer en segundos.
No... Definitivamente no pienso mencionar nada de eso. Seguramente y si tengo suerte de que sobreviva no recordará nada mañana.
Quizas eso sea lo mejor....