Parte Única
Me había encerrado en mi habitación.
-Oye por muy tierna que me parece tu curiosidad no significa que puedes meterte donde quiera, menos en la pieza de Emi, ¿entendido?
Miraba seriamente Akari, aún tenía marcada la cacheta de Emi en mi cara.
-Lo lamente estaba aburrida mientras ustedes conversaban, bueno, cuando vi lo que era me puse nerviosa, y de alguna manera cuando lo toqué mi mano se volvió palpable.
-De todos los lugares que tenías que tocar justo tenías que darle al botón de encendido.
Ella se rasco la cabeza mientras sacaba la lengua.
-Desde que recuerdo tienes esa mañana, es tan adorable que hace que se me quite el enojo.
-¿Cuál maña?
-¿No te has dado cuentas?, cuando te pones nerviosa sueles sacar la lengua cuando te disculpas.
Ella se tapó la boca nerviosa.
-No lo sabía... pero si saco mi lengua dejaras de estar molesto por lo que hice.
-Mmm, déjame pensar, no.
No seas malo, realmente fue un accidente, ella quiso apegarse a mí, pero paso lo de siempre.
-Disculpa, aun me cuesta asimilar que... es que cuando estoy contigo Hikaru haces que se me olvide mi problema.
-Nuestro.
Ella me miro sin entender lo que quería decirlo.
-Que es nuestro problema Akari.
-Como logras decir cosas tan empalagosas sin avergonzarte-dijo sorprendida y de una manera infantil.
Me apene un poco con lo que me dijo.
-Si prefieres puedo no decirte cosas así.
-No, no, no me mal entiendas me gusta, es adorable, pero yo cuando quiero decirte algo bonito... me da mucha vergüenza, es como si no pudiera ser honesta.
-Cuando estoy a solas contigo no me da vergüenza decir lo que siento, es diferente a cuando estamos con gente, ahí si tendría problemas para hacerlo Akari.
-Me gustaría poder hacerlo como tú.
-Hazlo, al igual que te enseñe a gritar para insultar personas.
-No lo he vuelto hacer desde esa vez.
-Akari debes soltarte un poco más, perdóname si digo algo hiriente, pero creo que tu problema de confianza ni siquiera viene por Akimoto, es por tus padres ¿cierto?
Ella evito tener contacto visual conmigo, se hecho sobre mi cama quedándose en silencio un rato.
-Te molesta si cambiamos de tema.
Me levanté del piso, me puse sobre Akari en la cama.
-Está bien, pero prométeme que cuando tengas la suficiente confianza en mí me lo vas a contar.
Ella estaba roja, balbuceaba un poco, estábamos a escasos centímetros de que nuestras bocas pudieran tocarse, aunque realmente no podría suceder ya que Akari era un fantasma.
-Tonto... si confió... en ti... solo es que... no me gusta... hablar de mis... padres.
Ella se levantó pasando atreves de mi cuerpo.
Se estremecía cada vez que se movía.
Yo también me puse rojo al darme cuenta de lo que había hecho, ambos parecíamos niños de 10 años teniendo nuestro primer contacto amoroso, al menos para mi si era mi primer contacto amoroso.
Me senté en la cama.
-Akari me gustaría que me lo contaras cuando quieras hacerlo, somos novios, aparte de las cosas bonitas creo que también es parte de contarnos las malas, ósea ya conociste lo disfuncional que es mi familia, y eso que aún no conoces a mis otros 2 hermanastros... también hay otras cosas que me gustaría contarte, pero esta vez lo hare cuando tú me cuentes las tuyas.
Ella se sentó a mi lado.
-Si, mi falta de confianza proviene de la crianza que me dio mis padres... lo que me hizo Akimoto termino por sepultar la poca confianza que me quedaba, pero no seas tonto, si no confiara en ti ni siquiera seriamos novios, lo que sucede es que no estoy lista para contar lo que sucedió con mis padres, Hikaru.
Mi novia se acercó a mí, se despejo el pelo que tenía en la cara con su mano lo que sorprendentemente funciono, ella me beso en la frente, se quedó unos segundos ahí.
-¿Pudiste sentir el beso?
-No pude sentirlo en mi frente...
-Me esforcé en poder tocarte, pero por lo visto sigue sin funcionar- dijo desanimada.
-Pero si lo sentí dentro de mí.
-Ah, no digas cosas tan empalagosas, no sé qué responderte.
Ella enterró su cabeza en la almohada.
-Dulzura, cariño, amor, mi cielo, mi diosa, mi waifu...
-Ya detente me vas a dar diabetes.
Akari ahora se estremecía con cada dulce palabra que le decía, yo no pude evitarlo, pero me era hipnótico ver su trasero moverse de un lado a otro, hasta que se detuvo quedando en una posición sugerente.
-Debo pedirte una disculpa Hikaru.
-Si es por lo de Emi no te preocupes nos arreglaremos pronto, hemos tenido peores mal entendido que ese. Una vez la vi en... sabes que olvídalo.
-Yo active su consolador intencionalmente.
-Espera que dijiste.
-Me dio celos como estaban muy cercanos los dos, sé que es una estupidez porque son hermanos, pero verlos hablar de ir a vivir juntos, de cómo se llevaban, no pude evitar sentirme...
-Eres una idiota, un mega idiota, Akari escúchame bien porque no quiero repetirlo, Emi es lo más importante para mí, tú no sabes todo lo que ella ha hecho por mí, incluso es gracias a ella que estemos juntos, así que por favor no vuelvas a hacer una estupidez así.
-Comprendo si quieres puedo irme.
Ella estaba conteniendo sus lágrimas.
-No seas idiota, estoy enojado contigo, pero eso no quita que te quiera, pero no vuelvas a hacer algo así, menos si se trata de Emi, si te sientes con celos por ella o por alguien más, podemos conversarlo, tonta.
Alguien abrió mi puerta.
Ahora quien carajo viene a molestarme.
-Escucha Hikaru...
¿Y tú qué quieres? -dije casi gritando.
Me quede mirando a la persona que acababa de gritar, ella me miro devuelta fusilándome con la mirada.
-Así que tienes las pelotas de gritarle a tu dulce hermana, he cobrón.
No Emi, pensé que era otra persona, me pillaste en un mal momento.
Ella se acercó con un aura asesina dispuesta a golpearme, cuando ya estaba frente a mi cerré los ojos esperando el golpe, pero solo recibí un leve golpecito.
-Disculpa por la cachetada, la culpa fue mía por no ser más cuidadosa con mis cosas, ya me conoces como soy.
Ella me acariciaba la cabeza mientras hablaba.
-No tienes que pedir disculpa no eres la culpable, yo fui el que no tuvo que acercarse al cajón.
-¿Entonces todo bien?
Me sentía incomodo Emi estaba pegada a mi mientras me acariciaba, el problema era que por tamaño quedaba como siempre frente a su pecho, y ese no era le menor problema, si no que los pezones de Emi se marcaban en su polera.
-Si, todo bien.
-¿Y ese nerviosismo a que viene?
-Es que... como te lo digo, Emi se te marcan... ya sabes.
Le indique ocupando mi cuerpo de ejemplo el percance.
-A, es eso, bueno al fin al cabo ya me conoces desnuda, aparte sigo llevando rompa.
Mierda...no digas eso ahora Akari si va a estar molesta.
Lentamente gire mi cuello hacia donde estaba Akari, me miraba con la expresión más severa que le había visto nunca.
-Hacia donde miras, estoy acá, o caso estas sintiendo sentimientos impuros hacia tu atractiva hermana.
Por favor detente.
-No digas eso pervertida.
-Jejeje, lo siento quería ver tu reacción, bueno como sea, limpie tu habitación por cierto las cosas que no sabía dónde guardar las deje en el cajón de tu escritorio.
-No tenías que molestarte.
Nunca en mi vida había deseado que Emi se fuera lo más rápido posible de mi habitación.
-Dejaste un cochinero cuando tiraste el ramen al suelo, además esperaba encontrarme alguna reviste porno con la que te masturbas, pero para mí desilusión no encontré nada.
Era necesario el gesto de la paja, deja de avergonzarme te lo imploro.
-¿Por qué piensas que hago esas cosas?
-Es normal estas en la edad, me sorprendería más si no lo hicieras.
-Bueno ya me retiro, buenas noches... a una cosa más.
Emi se detuve justo en el linde de la puerta.
-En la mañana derrame barniz de uña sobre tu almohada, además ayer cuando dormimos juntos deje pasado tu cama con mi perfume así que te cambie las sábanas y lave tu almohada.
Akari ahora si me mata.
Akari me miraba con asco.
-Adiós que sueñes conmigo, Hikaru.
Emi se retiró de mi pieza, habiendo dejado prácticamente una bomba atómica con patas a punto de estallarme en la cara.
-Akari no es lo que...
-Así que hablar de los celos, Nishimura.
-Créeme puedo explicar todo... casi todo.
Ella estaba furiosa, me mandaba cachetadas constantemente, creo que esta es la única vez que agradezco que Akari sea un fantasma.
-Quiero golpearte, y no puedo, estúpido.
Ayer cuando llegué a la casa me encerré a mi habitación, estaba muy mal, de hecho, pensaba que me había vuelto loco cuando te vi a ti, junto con tú cadáver, el momento en que tu dijiste mi nombre mientras se te iba la vida, se repetía una y otra vez en mi cabeza, entonces Emi me ayudo a superarlo se quedó conmigo hasta poder animarme, de alguna forma que no comprendo lo logro, lo suficiente para que no cayera en la locura...
Aprete mi pecho con la mano.
-Incluso la hice cantar una vieja canción de cuna que Katrina mi madre biológica me cantaba para calmarme cuando era niño, Emi odia con todo su corazón a nuestra madre, no ambos la odiamos, pero ella la canto para mi hasta que me quedara dormido... por eso ella durmió aquí anoche.
Akari se había calmado, de hecho, ahora lo que le había contado, la había puesto triste.
-Comprendo, disculpa, pero debes admitir que como dijo las cosas tu hermana se pueden mal interpretar.
-Si es muy propio de ella, aunque me gusta eso de ella.
Ahora te falta explicar lo de haberla visto desnuda.
-Eso paso antes de ayer, me quede dormido el día que me declare a ti, apurado me metí al baño desnudo, y Emi estaba adentro sin ropa, solo fue eso.
-Te creo... Desearía tener una hermana como la tuya.
-Cuando te vuelva a la normalidad, ella será tu hermana también.
-¿No crees que vaya a odiarme?
-Te aseguro que eso no va a pasar.
Ella asintió feliz.