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Chapter 51 - El lugar de placer

Era de noche, gracias a mi problema de la mandíbula, Willfest me libro de mis rondas nocturnas por ahora, Lay me hico ponerme una extraña capa que me mantenía cubierto de pies a cabezas, ella también llevaba una igual, me hizo seguirla por un buen rato, cada vez que le preguntaba donde íbamos, ella respondía que era una sorpresa.

Después de caminar por mucho rato, llegamos a la zona más pobre de Dublín, lo que hacia preocuparme por donde nos estábamos metiéndonos, además cada vez que nos acercábamos a los guardias ella nos metía algún callejón para evitarlos, sin duda no quería que nos vieran, o tal vez no quería que la vieran junto a mi, pero el real problema es que cada vez que me tiraba para ocultarme, me dolía demasiado, tenia actualmente el vientre todo morado por los golpes que me dio Wilffest, según él, esto era para generar más resistencia a los golpes, pero si seguía con eso me va a terminar matando.

-A todo esto Gran, se que puede ser una pregunta incomoda, pero ¿Cuánta experiencias tienes?

-¿Experiencia?, no te entiendo Lay, ¿podrías ser más especifica? - Dije un poco cansado por la caminata.

Ella se quedo unos segundos en silencio, como si lo que lo que quería decir le incomodaba.

-Con las mujeres, me refiero en el sexo, ¿Cuánta experiencia tienes en ello?

La pregunta de Lay no me la esperaba, incluso casi no supe que decirle, sin duda me pillo desprevenido.

-Ehh... que extraña pregunta... haber, supongo que no mucha, solo lo hice un par de veces, ya te conté que tuve una novia, tuve la oportunidad de hacerlo con un par de compañeras de universidad también, pero te aseguro que no soy ningún experto, diría que hasta debo ser torpe... pero ¿a que viene esa pregunta Lay?

-Curiosidad, llana y simple curiosidad, pero supongo que no importa, sabrán atendiéndote.

Ahora ya me estaba empezando a preocupar de lo que me decía Lay.

-Al fin llegamos Gran.

Lay me apunto con su mano una casona grande que estaba a unos metros de nosotros, el letrero de la entrada decía "La casa de los placeres".

Incluso desde aca escuchaba uno que otro gemido debil.

-¿Un momento Lay porque me traes acá?

-Porque creo que necesitas desestresarte, llevas mucho tiempo tenso, y se que a los hombres le encanta venir a estos sitios, además vi como mirabas ayer a roja cuando dormía.

-Te recuerdo que no era el único viendo Lay, pero no, me niego no es necesario esto... espera me dijiste que trajiste a tu hermano a un lugar como este en su cumpleaños, pero si el tiene 16 años.

Lay soltó una carcajada no muy propia de ella.

-El no tuvo quejas, llego muy feliz a la casa de hecho.

-Lay sin ofenderte, pero creo que estas muy mal de la cabeza.

-Ya ven, no quiero que me vena aquí afuera.

Me agarro de la mano y me arrastro hacia el prostíbulo, intente resistirme, pero entre mi dolor de vientre, que apenas me permitía moverme, y la fuerza con la que me agarro Lay no pude zafarme.

Estábamos ya adentro de la casona, debía admitir que era mejor de lo que me esperaba, pensaba que entraría a un lugar sucio y bastante hediendo, pero no, por dentro era muy distinto a su fachada algo precaria, la entrada casi parecía un bar, con alfombras rojas, cortinas traslucidas de color rosa, mesas incluso finas si podríamos llamarlo así, el ambiente estaba algo animado, mientras una mujer en una pequeña tarima bailaba solo con un pedazo de tela tapándole la vagina, porque el resto estaba completamente desnuda, haciendo movimiento extremadamente sensuales, si no es que casi sexuales con un palo de madera que cargaba en sus manos, casi todo el publico estaba absorto en ella.

-Lay escúchame no quiero...

Al fondo yendo a un pasillo vi a Helen caminando sola, hacia el lugar donde provenían los gemidos.

Entonces es verdad que es prostituta... ¿por que me siento una sensación de malestar en el pecho?

-¿Lay sueles venir a menudo a estos lugares?

Ella me devolvió una mirada fría.

-No es la segunda vez que visito un lugar como este, la primera vez cuando lleve a Roy, y la segunda ahora contigo, además conozco un poco a la dueña, curiosamente es la misma mujer que era la encargaba al prostíbulo que lleve a Roy, me entere que abrió su propio local aquí en Dublin.

Me sentía bastante incomodo, quería irme.

-Mira es ella, espérame aquí.

Un momento... no, no, no, no, que es esto... ella casi idéntica ah...

-No pude evitar desobedecer a Lay y me acerque un poco a ellas, mi estrés en este momento estaba por las nubes.

-Señora quiero pagar por una noche, idealmente alguien joven de mi edad o parecida.

-Lay querida tanto tiempo, no te veía desde que me ayudaste contra esos bandidos, ¿Cómo esta el pequeño Roy?

-Se encuentra bien, pero vengo por una chica, no quiero que la gente sepa quien soy.

La mujer que debía tener sus 30 o por ahí hablaba muy cálidamente, incluso acaricio la mejilla de Lay, y ella lo acepto sin problemas.

Mierda hasta habla igual que ella, si no fuera por los lunares en su cuello y mejilla diría que es ella.

-Querida así que quieres pasar tiempo con una de mis chicas, haber veamos podría...

-No me mal interprete señora, no es para mi, si no para él.

A Lay le extraño un poco que me había acercado, de cierta manera a la señora le impresiono verme de alguna manera.

Este chico se parece a Al.

La señora se acerco a mi, me agarro de la barbilla, y me miro detenidamente, incluso después de examinarme me acaricio la cabeza.

No hay duda, casi hasta me pongo a llorar, pero esa señora se parecía mucho a mi difunta madre.

-Eres un joven buenmozo, tienes buenos músculos, su trasero no esta mal.

No podía evitar sentirme más incomodo incluso cuando esta señora me miraba de manera lujurioso.

-Deja presentarme soy Madam Felia, la dueña de los placeres como me conocen por aquí, y estoy segura que debes ser el joven escudero de Willfest me imagino, ¿te llamas Gran, no?

Conteste un poco tembloroso.

-En efecto soy yo Madam Felia.

-¿Gran estas bien?, te encuentras pálido.

-Lay esto no es buena idea quiero irme, es enserio, te agradezco la intención, pero tuviste que haberme preguntado primero.

-Gran no pense que te fueras a molesta, no era mi intención

-Si lo sé Lay, descuida, pero...

-Tonterías, tengo la chica ideal para Gran

Felia me agarro del brazo y me empezó a conducir por un pasillo, por alguna razón no podía negarme a ella, y aunque quisiera tampoco tengo la fuerza para hacerlo.

-Le dejo el dinero en la mesa Madam Felia.

-Mi niña descuida, hoy invita la casa, tómala como pago por haberme salvado de los bandidos, y por traerme un lindo recuerdo.

-Entendido, Gran disfruta, te esperare en casa.

Lay se marcho, sin decir una palabra más.

-Madam Felia enserio preferiría no hacer esto, hablo enserio.

Ella no me tomo en cuenta, tarareaba una melodía mientras me llevaba por un pasillo, los gemidos tanto de mujeres como de hombres se hacían muy intensos entre más nos adentrábamos por los pasillos, estábamos llegando a una parte que parecía incluso más cuidada que las demás.

Ella se detuvo y me puso contra la pared, poniendo ambos brazos para que no me escapa.

-Te gustaria pasar la noche conmigo Gran - me dijo Felia mientras me susurraba al oído.

-Señora disculpe no podría, es enserio no quiero esto. - dije titubeando.

-Gran te podría hacer sentir muy bien.

Ella puso su mano en mi vientre, lo que me produjo dolor, pero lentamente comenzó a bajar su mano a mi entrepierna.

La empuje un poco.

-Felia detente, usted se parece mucho a mi madre, le pido que no me haga esto.

Ella me miro anonadado, luego se río.

-Gran solo bromeaba, yo soy la encargada del lugar, no soy una de mis queridas chicas.

Ella me golpeo con su dedo en mi nariz.

-Vamos entra en esa puerta diviértete.

Al ver que no me movía, ella misma la abrió y me empujo dentro.

La habitación que estaba muy adornada con cojines, cortinas, una cama circular grande en medio, también estaba muy perfumada a incensio, un olor algo dulce.

Sobre la cama había una jovencita con poco ropa mas menos de mi edad, su pelo era de color negro, su rostro era casi felino, y sus ojos color ámbar eran encantadores.

Ella me examino con una sonrisa en la boca, incluso se relamio el labio como si estuviera mirando un aperitivo al que quiere disfrutar mucho, con su mano me hizo un señal algo provocadora.

Cuando trague la saliva paso muy lentamente por mi garganta, al ver que no respondía a su señal, ella se paro sobre sus rodillas sobre la cama muy sensual, tenia puesto una especie de tela fina parecida a una falda un poco traslucida, lo suficiente para saber con que te ibas a encontrar, pero manteniendo un poco el misterio, sus pechos estaban cubiertos con una tela como si fuera una venda a medio apretar que me imaginaba que debería ser muy agradable al tacto.

Camino sobre sus rodillas sobre la cama, y se bajo de la cama camino directamente hacia a mi.

-¿Que pasa el gatito te comió la lengua?, porque se que yo aun no lo he hecho.

-Sin duda era muy hermosa, su voz era incluso más dulce que la de Felia, incluso embriagadora, apenas verla hizo que tuviera una ereccion, pero en todo esto había un problema el mismo que siempre tuve con mis parejas, ella no era Hero.

-Disculpa, pero no creo que esto funcione... ¿tú nombre?

-Mmm, ya lo veremos, ella me agarro y me lanzo hacia la cama, cosa que me dolió por los moretones en mi estomago.

-Dices que no crees que funcione, pero a tu pene le agrada verme.

-Si, no siempre estamos de acuerdo.

Ella soltó una risita coqueta, sin duda sabia muy bien lo que hacia.

-Estas enamorado de alguien Gran, no es así, alguien me conto de ti y luces tal cual te imagine.

-Acertaste en las dos.

Ella se sento sobre mi entrepierna mientras frotaba la suya sobre mi erecto compañero.

-¿Como se llama la chica?, me dijo mientras se iba soltando la tela de que cubria sus senos, hasta dejarlos descubierto, incluso me sentí tentado en tocarlos, pero se que luego de un rato, perdería toda la emoción.

-Hero.

-¿Hero?, que extraño nombre, ven levanto la cabeza un poco, mientras sus frotes comenzaron a ser mucho más agresivos.

Le hice caso, ella comenzó a vendarme los ojos con la misma tela que cubría sus pechos, era seda.

Lentamente sentí como me besaba el cuello, iba subiendo cada vez mientras me besaba, también sentía su mano metiéndola debajo de mis pantalones, ella había comenzado a frotarme, luego me lamio el cuello, se acerco a mi oído.

-Entonces por esta noche puedes llamarme Hero. - me dijo de una manera muy sensual.

De cierta manera ella había logrado prender algo en mi.