Llevaba seis horas cabalgando, la entre pierna me dolida un montón por el movimiento del caballo, Willfest me gritaba constantemente para que apurara el paso, pero era algo que no podía, hace solo un mes que logro cabalgar solo sin ayuda, pero seguir el ritmo de cualquiera de estos tres era algo que aunque soñara no podía, y que no creo que por mucho que entrene lo consiga.
Roy se habia sorprendido bastante cuando Willfest les ordeno a sus hijos que partiríamos a detener un ataque Irlandés, y que solo iríamos nosotros sin ayuda, Roy protesto bastante, porque era un pedido ilógico, aun así Willfest no menciono nada de lo mío, y no era algo que me importara que dijera, pero era sin duda el más tenso de todos, mejor dicho era el único que se veía tenso, por mi parte me parecía raro no estar nervioso, de hecho me era hasta incomodo no estarlo.
Lay habia intentado hablar conmigo antes de partir, pero yo... no pude hacerlo, cada vez que se acercaba a mi habia una fuerza mucho más grande que me hace sentir furioso con ella, y se bien que no se merece mi enojo, Willfest tenia razón el verdadero culpable de todo era yo, cosa que ya sabia, pero escucharlo de otro hizo que lo comenzara a asimilar mejor, entonces pienso hablar con ella cuando regrese, sin más escusas.
Roy bajo el ritmo de su caballo para acercarse a mí.
-Dime, que sabes de esto, por qué estoy seguro que cabalgar solos a un ataque no es idea de mi padre, así que escúpelo Gran.
-Un grupo de 12 a 13 Irlandeses van a intentar asaltar la torre donde esconden los impuestos, es todo lo que se Roy.
-Eso no tiene sentido Gran, si es como lo dices mi padre iría directamente a avisarle al pomposo de Lord Irish, así que no me cuadra.
Intente convérselo de mi mentira, que no tenia idea, prefería dejar a Roy al margen, solo le conté la verdad a Willfest, porque necesitaba contar con él, pero el asunto del cofre parecía algo privado de Magnus, así que entre menos personas supieran mejor.
-Sigo pensando que ocultas algo Gran y eso me molesta, cambiando de asunto, muéstrame el protector que te hiciste.
Llevaba el protector oculto sobre un paño amarrado a mi cintura, e incluso le hice caso a Magnus de ponerme la capucha bajo la armadura.
-Sera una sorpresa Roy, ya la veras cuando nos toque combatir.
-Que curioso no eres alguien que espera ir a una pelea, pero muéstramelo, estoy seguro que si Lay te lo pide, lo harías.
Normalmente tenia razón si Lay me lo pidiera se lo mostraría en el acto, pero ahora simplemente sentía resentimiento hacia ella, uno que ya quería dejar de sentir.
-Lay es Lay, y tú eres tú Roy.
Por alguna razón mire a Lay, había algo mal que me llamo la atención, aumente el ritmo para poder alcanzar a Willfest.
-No me dejes así, además no te entendí ni una mierda Gran.
Por más que intentara seguirle el paso a Willfest no lo lograba, hasta que se dio cuenta y bajo la velocidad para poder ir a mi ritmo.
-¿Qué sucede muchacho?
-Creo que hicimos mal en traer a Lay, mírala.
Willfest lo hizo, vio a su hija desconcentrada, incluso estaba un poco encorvada, cosa que cuando ella cabalgaba no hacia.
-Supongo que no arreglaron las cosas antes de partir.
-Te dije que lo hare a la vuelta, además apenas llegamos a tu casa, partimos casi de inmediato... a todo esto estas seguro de dejar a Mirian con Magnus, pese a lo que conté y lo que crees.
-Magnus es un peligro para la corana de eso estoy seguro, siempre lo he sabido, pero tengo un juramento con el y con su padre, así que se que puedo confiar... al menos puedo confiar en que cuide a mi hija, y no haga una pelotudeses mientras la hace.
-A todo esto hay algo que me a molestado de ustedes dos desde hace un tiempo, son los únicas dos personas que han dicho mi apellido bien, ¿Qué me ocultan?
-Nada Gran, desvaríos tuyos, y aquí el que debería preguntar por cosas que oculta alguien soy yo.
-Supongo que desvaríos tuyos Willfest.
-Patán. - Dijo Wilfest un poco a risa.
Roy se acerco a su hermana mientras seguíamos cabalgando, estuvo un buen rato llamándolo pero ella no prestaba atención, hasta que le tuve que gritar.
-Te escucho Roy, estaba distraída.
-Lay me estas comenzando a preocupar, esta actitud no es propia de ti.
-¿Qué quieres?
Lay estaba actuando fría cosa que era algo más propio de ella.
-No notas que Gran y nuestro padre están más cercano, incluso hace que papá se ría.
-No lo habia notado, es algo bueno ¿no?
-Si, pero me siento algo celoso... Lay desde cuando no duermes.
Lay nuevamente estaba media ida.
-No he podido dormir bien en los últimos 3 días Roy.
-Aun no arreglas las cosas con Gran ¿Cierto?
-Lo intente, no quiere escucharme, creo que me odia. - dijo eso ultimo con un dolor que parecía de una chica normal.
A Roy le dolía ver a su hermana así, tal vez incluso prefería ver a la hermana fria de siempre.
-Ya veras que se van arreglar, además Gran siempre a estado ayudándote... creo que hay una parte de mi que lo odia Lay, él a logrado volverte más feliz, incluso ver a papá reír genuinamente y no esa risa forzada que hacia, me molesta que él haya arreglado esas cosas, que yo nunca pude hacer con mi familia, debería estar agradecido, pero no puedo evitar sentirme celoso, aunque lo que es el resto me cae muy bien.
-Tranquilo no eres el unció, hay una parte de mi que esta molesta por haberme aferrado a él, pero esa diminuta parte no se compara con todo lo que a hecho él por mi. - dijo Lay triste.
-Te lo repito, se que harán las paces, y si no yo arrastro al idiota hacia a ti hermana, ahora cuando se arreglen evita hacer cosas como lo de llevarlo a un prostíbulo, mejor pregúntale antes de hacer cosas así.
-Lo tendré en mente.
El viaje fue muy largo y apenas paramos para comer, pero ya habia caído la noche y habíamos llegado, estábamos sobre un pequeño risco que para llegar a la torre que ahora veíamos, deberíamos estar a unos quince minutos a pie. La torre era custodiada por solo 4 guardias de edad avanzada, que era lo que me llamaba la atención, parecía bastante viejos para la época, deberían estar rodeando los 50 años cada uno.
Mire al horizonte y por el bosque que estaba más a la derecha se vieron unas luces, probablemente de antorchas.
-Willfest mira ahí, creo que las visitas están por llegar.
-Tienes razón, muchacho, Roy hijo, pelea libremente.
-¿Papá es enserio?
-Si, ninguno se contenga, regresemos con vida, e intentemos que los guaridas no mueran, fui claro.
"Si Sir" contestamos todos al unisonó.
Me llamo la atención las palabras de Willfest porque Roy para mi luchaba muy bien, de hecho preferiría pelear con Fregan que con él, así que mi pregunta era como podía ser mejor que lo que y conocía.
Me baje del caballo, me di media vuelta para comenzar a bajar a pie, ya que aun no aprendía a combatir en montura, pero cuando lo hice choque con una distraída Lay, lo que vi me dejo mal.
Debo ser el viajero en el tiempo más imbécil que hay.
Lay tenia ojeras sobre las ojeras, no era que estaba distraída por nuestra discusión, era que no ha estado durmiendo, ella habia dejado de tener las pesadillas cuando dormía conmigo, ahora que estos cuatros o cinco días que no e dormido con ella debe haber estado pasando muy mala noche.
Lay me pidió disculpa por haber tropezado conmigo, siguió su camino, pero yo la agarre del brazo.
-Lay arreglemos las cosas cuando volvamos.
Al inicio pense que me pegaría, porque apenas la agarre dio un tirón para zafarse de mi, pero me dijo algo muy contrario a la actitud que habia tenido.
-Me encantaría Gran.
Le devolví la sonrisa, me solté el pañuelo que envolvía el protector y finalmente me lo coloque.
Lay se limito a soltar un suspiro.
-Gran esa cosa es hasta repulsiva. -Dijo Roy algo intimidado.
-Pareces un demonio Gran, no creo que se buena idea...
Interrumpí a Willfest.
-Esa es la idea Will.
Me puse la capucha, y tome el camino hacia la torre.
-Sin duda serias alguien que por lo menos en apariencia no me gustaria toparme Gran. - Dijo Roy que le era incomodo mirarme.
La mascara en base de oni que le pedí a Magnus, parecía un demenio que mostraba los huesos de su cara, con dos largos colmillos que salían de la boca, el protector también me cubría la nariz.
-No se queden ahí, vamos antes que nuestra cita llegue antes que nosotros.
Willfest descendía con su caballo, Roy lo siguió también con su montura, en cambio Lay y yo bajamos a pie.
Lay supongo que el pelo te va a molestar le dije sin mirarla a la cara.
-Si, peor no hay tiempo para una trenza Gran.
-Quédate quieta.
Encontré un pedazo de madera delgado, me acerque al pelo de Lay y le hice un tomate, para que su largo, pelo no le molestar para luchar.
-Bien vamos.