.Príncipe Adrik Corvus, Vástago Real de Hagstafark.
En el balcón de mi habitación, las sombras de la noche se alargaban lentamente, abrazando cada rincón del castillo de Hagstafark. Desde aquí, podía contemplar los vastos terrenos que se extendían más allá de las murallas, mientras el eco lejano de la ciudad resonaba en mis oídos.Me llamo Adrik Corvus, Vástago Real de Hagstafark. He sido educado en las artes de la diplomacia y la guerra, he aprendido a ocultar mis emociones detrás de una máscara de indiferencia. Pero esta noche, una presencia ha logrado traspasar mis defensasLa vida en el castillo ha sido una sucesión interminable de deberes y responsabilidades. Aunque no me quejo, pues ha sido y es mi hogar. La tradición que nos rige es antigua y venerada por nuestro pueblo, una tradición que otorga libertad a aquellos que sirven en el palacio durante largos períodos. Como príncipe heredero, estoy destinado a casarme por conveniencia política, a sellar alianzas con sangre y matrimonio. El amor, para mí, es un lujo prohibido, un peligro que no puedo permitirme, pues si llegara a afectarme por tal trivialidad. Mis enemigos aprovecharían esa debilidad, y la explotarían para su propio beneficio. Sé que debo estar siempre alerta.El reloj en la sala de audiencias da la señal del relevo. Es hora de enfrentar otro día en el castillo, de cumplir con mis deberes y responsabilidades como príncipe heredero.Es una tradicion muy popular en el reino, desarrollada de la siguiente manera:cada 10 años los que sirven en el palacio tienen la elección de abandonar su cargo en el mismo, y hacer su vida fuera de ella, esta por ejemplo, el casarse, cuidar a su familia, y librarse de todo cargo de trabajo, sin preucuparse de su economia, ya que cada persona que servia en el palacio, tiende a tener todo lo que necesite siempre y cuando sea importante y necesario; algunos por el contrario, desean quedarse, y eso ya es opcional, como es el caso de Dilberhan, prefirio quedarse, y ser parte de nosotros...