Se encuentran en la sima de una montaña, dentro de lo que se asemeja a un gran coliseo. Picos altos de piedra forman una gran barricada por el alrededor y un suelo manchado en sangre cuenta la historia de mil desgracias.
El enemigo es gigantesco, a un alto pino se asemeja, los cadáveres de sus víctimas con su carne podrida y huesos igual que un tejido a su cuerpo conforman. Cuatro brazos y una cabeza de tres cráneos es lo que resalta, y portando un gran garrote lleno de huesos como espinas que de igual que su cuerpo está elaborado causa una intimidante impresión.
La horrenda criatura pretende aniquilar al ya agotado y herido joven con su maso de muerte pero sin antes el mago usar un hechizo de viento que pronuncia: "¡Tifón!" que lo hace retroceder.
Logran llegar hasta su compañero y haciendo una formación como si fuera un muro le protegen.
Edwin muy aliviado a su salvador le agradece: "Muchas gracias Gilmar.. te debo una y grande.. de no ser por tí ahora fuera parte de su colección.."
"No hay nada que agradecer .. tu eres nuestro compañero y por ende evitar que te maten es parte del trabajo de todos." Se queda pensativo un segundo y apuñalandole con una mirada molesta continúa: "A pesar de que nos hayan dado deseos de dejarte a tu suerte no podíamos hacerlo."
Aragon les interrumpe con un fuerza: "Oigan.. hablen después... ahora Edric toma a mi hermano y largemonos de aquí.."
Antes de que el guerrero lo pueda cargar el joven este les informa angustiado: "No se puede... el portal se ha cerrado.. Hasta que no logremos vencer a esa cosa no podemos salir de aquí... o porque creen que yo no lo había hecho."
Todos quedan atónitos, ven a su formadable enemigo, temor pueden sentir pero a este le hacen frente y empuñando sus armas a pelear se disponen.
Entonces el líder comenta armado por su coraje: "Esto va a ser duro chicos. Estén listos para una pelea bien larga."
Edric y el herrero toman la delantera y mediante su control de maná a sus piernas llenan de poder. Rápidos como rayo a las del mostruo se dirigen; más no es tarea sencilla; el garrote y tres brazos los quieren aplastar y a sus objetivos no les deja acercarse.
"¡Hay que hacer algo con esos brazos.. Si seguimos así no lo vamos a lograr!" Grita el líder a su compañero.
"Yo me encargo del garrote; tú ve a por alguno de sus brazos." Sugiere el guerrero.
Simulando otro ataque a las piernas aprovechan y dirigen sus armas a los nuevos objetivos. Ambos con agilidad a los lados se desplazan y tras esquivar el ataque esos brazos pretenden cortar. Pues para su fatal suerte duros como roca estos son y a penas daño le pueden hacer.
La criatura como látigo sus extremidades sacude y a ambos por los aires envía. Pero con sus armas se logran escudar y poco castigo pueden sufrir.
"¡Mierda.. ¿ y ahora que hacemos? ¿¡Esa cosa no tiene puntos débiles o qué!?" Comenta frustrado el guerrero que ya el cansancio comienza a sentir.
"Tengo una idea." Comenta el mago y se dispone a elaborar un nuevo hechizo.
Su bastón lleva al frente y grita con fervor: "¡Impulso igneo!" Crea una gran bola de fuego que envía contra el enemigo; el que inmediatamente se cubre con sus brazos pero no puede evitar recibir algo de daño en estos.
"¡Lo sabía¡" Se pronuncia satisfecho el hechicero. "Los no muertos son débiles ante el fuego y esa cosa no es la excepción."
Entonces Gilmar lleva su arma en alto y nuevamente alzando su voz vuelve a conjurar: "¡Fuego sagrado que elimina la más cruenta oscuridad; danos tu poder y has que el hierro sea tu aliado para acabar con nuestros enemigos!"
Inmediatamente y al unísono a las armas de sus compañeros en un feroz fuego sus hojas se envuelve, causándoles a ellos un gran asombro.
Edric lleno de poder y blandiendo su espalda al frente menciona muy dispuesto: "Ahora si que es diferente... ¡Prepárate engendro.. ya se te acabó tu suerte!"