Vuelven al combate y Edric al esquivar un ataque un brazo le corta; se retuerce y grita del dolor, más el líder la oportunidad no desaprovecha y una pierna le arrebata. La bestia sobre sus rodillas cae y el guerrero va a por su cabeza; y ya estando muy cerca de su final esta se resiste y con un grito ensordecedor lo hace retroceder.
Los oídos al hombre le sangran, está totalmente aturdido y un gigantesco garrote de espinas hacia el se dirige. Edwin lo detiene con una flecha en su rostro y Gilmar le sige con otra esfera de fuego; dando la oportunidad a que el otro enano a su compañero del peligro logre alejar.
La criatura en cólera entra y envuelta en un aura enrojecida su cuerpo comienza a cambiar; de tamaño aumenta y los brazos de un largo aún mayor se hacen como sus garras por igual, espinas huecas de huesos de los antebrazos le surgen. Las cabezas se dividen en dos y de ahí otro brazo comienza a salir; pero es diferente, a una tenaza de cuatro puntas se asemeja y como si fuera un látigo lo es capaz de mover.
El enemigo ve como alejan a su presa y de forma inesperada su mazo le arroja. Aragon ante la advertencia de sus amigos el peligro ve y al último instante a un lado se arroja. Pero la criatura no espera y al encogerse sobre su única pierna hacia ellos se arroja.
El líder logra hacerse de la espada de su compañero y las garras logra bloquear. Sus brazos a penas resisten y el potente golpe en el pecho lo afecta y un poco de sangre le hace escupir. El enano tanto el aliento como las fuerzas a perdido y un segundo ataque se le aproxima; nuevamente el mago les salva con una columna de piedra que del suelo hace surgir y a la bestia el abdomen le atraviesa. Edwin le apoya con una flecha de su maná bien cargada y justo en el pecho lo alcanza.
El hechicero para otro conjuro se prepara, su bastón hacia el suelo lo dirige y antes de que sus palabras termine varias espinas a su cuerpo lo alcanzan. La sangre como agua por un río por los agujeros de estas se escapa; de lado cae y la luz de sus ojos comienza a perder.
La mente del guerrero se queda totalmente en blanco, no puede creer lo q sus ojos ven; pero no se derrumba y olvidando toda dolencia recupera su espada y antes de que el monstruo pueda lanzar más espinas, carga todo el maná posible en sus piernas para dar un salto y poseído por el deseo venganza otro brazo le mutila. No se detiene y tras caer en la pared repite su estrategia para ir directo a por su cabeza.
Tal parece que el dolor no afecta a la bestia y aún más se enfurece; ve al intrépido hombre que por el aire se le acerca, con su látigo lo rodea y lo comienza a apretar a la vez que la tenaza se transforma en una boca repleta de afilados dientes. El guerrero siente un terrible dolor, sus huesos poca a poco se van rompiendo y la frustración y el temor de su mente se comienzan a adueñar mientras piensa ya casi seguro de su destino:'¡Maldición.. yo no puedo terminar así! .. !Cualquier cosa menos esto!'
Mientras tanto Edwin rápidamente acude a su amigo, le retira las espinas, toma una posición y se la da a la par que le dice muy asustado: "¡Vamos amigo.. no te mueras!.. usa tu magia para curarte y olvídate de todo que los demás nos encargamos."
El joven enano ve a su compañero en apuros y al látigo que lo retiene le comienza a disparar; pero es en vano; no para de moverse y sus flechas no logra acertar; mientras el chico desesperado se dice: '¡Maldita sea .. no se queda quieto.. no logro darle!.. ¡A este paso se lo va a comer¡'