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Chapter 41 - Capítulo 40: Viejo amor

Capítulo 40: Viejo amor

Narra Brenda

Sin darme cuenta, pasó una semana después de aquella mágica cita. Fue una semana maravillosa, todo parecía perfecto, como sacado de un cuento de hadas. Pero como en todo cuento, siempre hay brujas.

Era un lunes como cualquier otro después de la escuela. Me dirigí al departamento de Alan y él no tardó en abrir la puerta. Se lanzó sobre mí para darme suaves besos de bienvenida.

- ¿Te gustaría ver televisión conmigo? Necesito relajarme del trabajo - me propuso.

Sonreí y respondí:

- ¿Ver televisión con mi novio? Suena perfecto

Nos acomodamos en el sofá, abrazados, disfrutando de la compañía del otro mientras veíamos la televisión. Me encantaba estar así con él, pero algo en mi interior me decía que había llegado el momento de preguntar algo que había estado pensando durante varios días.

- Alan... - comencé a decir, mientras él pasaba sus manos por mi cabello - Ayer estuve pensando en algo... puede que sea algo tonto, pero quiero decírtelo de todas formas. Tú ya conoces prácticamente a toda mi familia, sabes que tengo una hermana, conoces a mi mamá y a mi papá. Pero yo no sé nada de ti, me refiero a tu familia y a tu vida antes de que nos conociéramos…

Alan suspiró, como si mis palabras hubieran tocado una fibra sensible en él. Tomó mi mano y me miró con ternura en sus ojos.

- No te preocupes, entiendo si no quieres contarme - le dije, tratando de transmitirle comprensión.

- No, no, tienes razón. Es importante que nos conozcamos - él se enderezó y yo hice lo mismo. - ¿Qué quieres saber?

- Bueno... cuéntame sobre ti y tu familia.

- Bueno, no es fácil mantener una comunicación constante con ellos cuando estás en otro país, pero si te parece bien, tengo un álbum de fotos. ¿Te gustaría verlo?

- ¡Claro que sí! - respondí emocionada.

Se levantó y fue hacia el librero, trayendo un álbum forrado aparentemente de piel color marrón.

Lo abrió y pude ver fotos de él cuando era niño. Era tan adorable.

- ¡Qué lindo eras de niño! - exclamé, sonriendo al ver esas imágenes.

- ¿Era? - dijo él, haciéndose el ofendido de manera juguetona.

- Sí - respondí con tono juguetón también. - Porque está claro que ahora eres hermoso.

Ambos nos miramos a los ojos y sonreímos, compartiendo un momento de complicidad y cariño. Era maravilloso descubrir más sobre su vida y ver cómo ha crecido y cambiado a lo largo de los años. Seguíamos construyendo nuestra historia juntos, encontrando nuevas formas de conectarnos y enamorarnos cada día más.

- Nunca te lo dije, pero yo nací aquí, en Londres. Hasta los 10 años viví aquí, y luego nos mudamos a Nueva York debido al nuevo trabajo de mi papá. Siempre me gustó Londres y soñaba con regresar, pero pasé prácticamente toda mi adolescencia en Nueva York. Estudié en la Universidad de Nueva York y luego decidí regresar aquí - me iba explicando mientras avanzábamos por las fotografías - ¡Oh, aquí hay una foto de mi familia!

Me fue presentando a su familia: tenía una hermana y un hermano. Su hermano, Alexander, era dos años menor que él, y su hermana Jessica tenía mi misma edad. También me contó que sus padres se habían divorciado, pero habían decidido darse otra oportunidad y ahora estaban juntos de nuevo.

- Debe ser difícil estar lejos de tu familia - comenté, sintiendo empatía por su situación.

- Bueno, lo sabrías si siguieras con tu plan y tu sueño de ir a estudiar a Boston - respondió Alan, recordando nuestra conversación anterior.

- Alan... Creo que ya había quedado claro. Tomé una decisión y ya no quiero hablar más de eso. No quiero tocar ese tema, ¿está bien? - le pedí, sintiéndome un poco incómoda.

- Está bien - dijo Alan, respetando mi deseo. Siguió recorriendo página por página del álbum, sin mencionar el tema nuevamente.

Continuamos disfrutando de las fotografías y de la historia de su familia. A medida que avanzábamos, me sentía más conectada con él y comprendía mejor su pasado y sus experiencias. Era un momento íntimo y especial, en el que ambos compartíamos nuestras historias y nos habríamos el uno al otro. Seguíamos construyendo nuestra relación, basada en la confianza y el respeto mutuo.

Continuaba contándome historias de su familia, y cuando dio vuelta a la página, pude ver corazones y fotos de él con una chica. Antes de que pudiera verlo mejor, él cerró rápidamente el álbum.

- ¿Qué fue eso? - pregunté sin darle mucha importancia.

- Se acabó el álbum - respondió él, tratando de evadir el tema.

- Ah, y esa parte, ¿quién era? - insistí, curiosa por saber más.

- Nada importante - contestó él, intentando restarle importancia.

- ¿Tu exnovia? - dije con un tono burlón, tratando de hacerlo reír.

- Ya dejemos eso - insistió él, claramente incómodo.

- Pero yo quería seguir viendo el álbum - insistí, sintiendo curiosidad por conocer más sobre su pasado.

- No hay nada importante que ver, pero si tanto quieres saber, ella era Laura - finalmente reveló.

- ¿Ella fue tu novia? - pregunté, sintiendo una punzada en mi estómago.

- Así es - confirmó él.

En ese momento, una mezcla de emociones recorrió mi mente. Era obvio que él había tenido otras relaciones antes que yo. Era atractivo y seguro había tenido muchas chicas interesadas en él. Sin embargo, nunca me había atrevido a preguntar y ahora me encontraba en una situación incómoda.

- Oh, ¿y qué pasó? - pregunté, intrigada por la historia.

- Nada importante, lo de siempre. Ella fue solo un amor de la universidad, eso fue todo. Ni siquiera recordaba que aún tenía esas fotos - respondió Alan, tratando de restarle importancia.

- ¿Amor de la universidad? - pregunté, sintiendo curiosidad por saber más.

- No tienes de qué preocuparte. ¿Acaso estás celosa? - preguntó con tono burlón.

- ¿Celosa? Yo... - reí - ¡Por supuesto que NO!

- Pues yo creo que sí estás celosa - dijo, comenzando a hacerme cosquillas en el estómago. Luego me tomó de los pies y me llevó al sillón mientras yo gritaba y reía como una niña.

Sabía que Alan trataba de distraerme y hacerme olvidar el tema, pero no iba a ser tan fácil sacar esa idea de mi mente.

- Ya me tengo que ir - dije, sintiendo la necesidad de alejarme un poco.

- ¿Te veo mañana? - preguntó, esperando mi respuesta.

- Estoy en tu clase... aunque no quieras, te veré mañana - respondí con una sonrisa.

Él sonrió también.

- Ve con cuidado... te amo - me dijo con ternura.

- Yo también te amo - le respondí, dándole un beso antes de irme.

Mientras conducía hacia mi casa, la idea de esa tal Laura no dejaba de rondar mi mente. ¿Cómo iba a saber qué significaba ser un "amor de la universidad"?

Decidí llamar a Anabela para ver si ella tenía alguna idea al respecto. "Hasta que no vayas a la universidad, no podré decirte qué diablos significa eso", fue su respuesta, como si eso me sirviera de algo.

Finalmente llegué a mi casa después de dar algunas vueltas por la cuadra, tratando de no dejar que me afectara. Sabía que tenía que dejar de preocuparme por el pasado y concentrarme en el presente con Alan. Nuestra relación era lo más importante y no dejaría que nada ni nadie lo afectara.

Papá estaba en la cocina cuando llegué a casa.

- ¿Cómo te fue? - preguntó, notando mi expresión seria.

- Bien - respondí cortante, sumergida en mis pensamientos.

- ¿Por qué estás tan seria? ¿En qué estás pensando? - preguntó, preocupado por mi estado de ánimo.

- Papá, ¿puedo hacerte una pregunta? - le pregunté, buscando su consejo.

- Claro, cariño. ¿Qué pasa? - respondió, dispuesto a escucharme.

- Bueno... Anabela me dijo que ella quiere tener un "amor de la universidad". ¿Tienes idea de qué es eso? - le pregunté, esperando que pudiera aclarar mis dudas.

- Ay, hija, me haces preguntas difíciles de responder - dijo, pensando por un momento. - Para que lo entiendas, digamos que tu mamá fue mi amor de universidad. - Y sin más, se fue, dejándome aún más confundida.

Ya no quería pensar en eso. No podía imaginarme a Alan con otra chica que no fuera yo. Era una tontería preocuparme por eso, ya que Alan era tan atractivo que seguramente había tenido muchas novias antes que yo. Supongo que tenía muchas opciones para elegir.

En cambio, yo solo había estado con Alan y luego con Tito. Aunque después de lo que había pasado, en mi vida solo importaba Alan y solo Alan.

Decidí irme a dormir, pero la duda sobre el lugar que Laura hubiera ocupado en la vida de Alan me atormentaba. Me preguntaba si Alan la había amado más a ella de lo que podría amarme a mí... Era una sensación horrible, pero sabía que tenía que dejar de preocuparme y confiar en nuestra relación. Mañana sería otro día y tendría que enfrentar mis inseguridades de frente.