Cuando Beatriz bajó las escaleras después de ducharse vio a Damien en la cocina, sumido en sus pensamientos.
—Damien, ¿qué haces aquí? ¿Te has recuperado lo suficiente para cocinar? —Damien le sonrió y asintió —. Sí, sé que has extrañado mi cocina estos últimos días. Dime, ¿qué quieres para el desayuno? —dijo con una voz juguetona.
Sonrojándose ligeramente, Beatriz respondió :
— No lo sé, tú eres el chef. ¿Me sorprendes?
—De acuerdo, siéntate y observa. Un buen estudiante siempre debe prestar atención —. En un movimiento ágil, la levantó del suelo y la colocó en la encimera.
Beatriz miró con interés mientras Damien se desplazaba por la cocina, abriendo gabinetes y sacando diferentes especias.
—Entonces, ¿qué está preparando hoy el Chef Niarchos? —preguntó Beatriz.
—Por supuesto para su hermosa prometida.
—¿Hermosa prometida, eh? —dijo Damien, con una sonrisa adornando sus labios—. Sí —. Asintió Beatriz.