Chapter 6 - 5

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Gimió cuando la persona que estaba chupando las cerezas rosadas de sus pechos mordió fuerte como un animal salvaje.

Un grito salió de sus labios y ella gemía necesitada. Su estómago estaba anudado y su coño tan lleno de semen, necesitando desesperadamente un alivio.

Sus globos estaban cubiertos en marcas de mordidas rojas, azules, moretones, mostrando claramente la tortura que había soportado.

Placer desconocido llenaba su cuerpo al ver esas marcas. De repente cayó en la cuenta de cuánta hambre poseían esos lobos salvajes solo por tener una noche llena de placer sexual con sólo ella.

—Cómelos —las palabras salieron de su boca sin miedo pero la excitación llenaba cada último bit de ellas,

—Me duelen tanto. Mis pezones están anhelando tu lengua —suplicó.

En cuanto las palabras salieron de su boca, el hombre la atacó.

Sus caninos salieron. Rodeó con sus labios su rosa y dulce pezón, chupándolo fuerte para hacerlo rojo y erecto.

Las puntas afiladas de esos caninos se hundieron en el borde de su pezón, haciendo que saliera sangre pero en lugar de dolor, Ava se retorcía en el placer incontrolable.

—¡Aghhh... D.. Dios! —jadeó cuando la succión en su pezón rosa y puntiagudo se volvió más fuerte y más dura.

Empujó su pecho hacia adelante, rogando literalmente a los hombres dentro de la habitación que le dieran lo que estaba deseando. Suplicándoles que chuparan sus pechos saltarines y los mordieran y chuparan hasta que estuvieran cubiertos de marcas de mordidas y moretones.

Pero el hombre que estaba chupando sus cimas orgullosas estaba moldeando y apretando y asaltando solo un pecho. Toda su atención se centró en explotar y arruinar su inocente teta. La otra estaba sola, desatendida y seca.

Gimió y miró alrededor de la habitación a los hombres que la observaban como animales viendo a su presa antes de atacarla.

—Por favor chupa mi otro pecho —suplicó a los alfas que la miraban en un tono lloroso, queriendo y llorando por atención,

—Te juro que es muy d.. dulce... ¡aghhh! —gritó cuando el hombre que chupaba su pecho mordió fuerte en él.

—Chúpalo por favor —gritó mientras una lágrima salía de su ojo por el dolor mezclado con el placer supremo.

—Por favor come mi pe.. pezón delicioso. Echará un chorro de dulce, dulce le... ahhh.. leche ahhahhh .

Los alfas presentes en la habitación observaron a la chica que de otra manera lucía inocente y pura siendo devastada salvajemente.

Sus hermosos, blancos y perfectamente redondos pechos rebotaban en el aire con cada arco de su cuerpo cuando ella gritaba por más y gemía de placer.

Cada Alfa en la habitación estaba escondiendo su emoción como un bastardo inafectado mientras en realidad no querían nada más que jugar de manera viciosa con el juguete de placer colgando de las grilletes frente a ellos.

Pero cada uno de ellos estaba esperando. Por el momento adecuado y su propio turno.

—¡A la mierda! —uno de ellos finalmente estalló y dio pasos apresurados hacia Ava, como un tigre corriendo hacia un cervatillo.

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