—Madre dijo que incluso cuando un hermano todavía está en la cáscara del huevo, no ha nacido todavía. Y si no ha nacido, madre puede invocarlo a su lado en cualquier momento —Manman comió la deliciosa Fruta Espíritu, aún con su cabeza calva sin ningún pelo esponjoso.
—Siguiéndola al Palacio del Emperador de las Bestias estaba Ming Linyuan con un pañuelo, ayudándola a limpiar su pequeña boca con cuidado —Come más despacio.
—Zi Qi se apoyó en la silla imperial, su expresión indescriptiblemente sombría.
—La última vez que perdió a su hijo, se volvió loco de ansiedad.
—Esta vez, no solo había perdido a su hijo, sino que su hija había desaparecido con él... Aunque sabía quién los había llevado, aún se sentía algo desanimado.
—¡Simplemente la he consentido demasiado en el pasado! —Mantuvo sus palabras durante mucho tiempo antes de soltar una frase que no tenía mucho sentido.
—Ming Linyuan respondió —¡Maldita Guerra Santa, si yo estuviera a cargo, quemaría su guarida seguro!.
