Rong Ruo alguna vez dijo que le daría su vida.
Y cuando la conoció, simplemente pidió un apretón de manos.
Una vez que soltó su mano, la donación de su vida estaba completa.
Sally sintió la garganta bloqueada y un dolor en el pecho.
Le dolía ver a una persona tan cálida y maravillosa, ¡tan desesperada! Tan pesimista.
El mundo es inherentemente injusto y tampoco tan maravilloso. Luchar por vivir no siempre lleva a los resultados esperados. Pero aún así se debe perseverar, por cada huella, cada giro, cada esfuerzo llevado al máximo y cada persona encontrada en el camino... eso eres tú, imperfecto pero todavía absolutamente deslumbrante.
—¿Puedo devolverle su vida? —preguntó Sally a Xiaomei.
—No —respondió Xiaomei.
—¿Cuánto tiempo de vida le queda?
—Dos horas.
—No hace falta, no me gustan los niños —dijo Rong Ruo con una sonrisa, sus profundos ojos azules brillando con fragmentos de estrellas.