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Chapter 4 - Los gemelos

UN AÑO DESPUES

IMPERIO DE TEZCOCO

Pueblo de Acolman

Año 1419

"Yao"

-"Shhhhh, no hagas ningún ruido y no te muevas Jani."

Ella se quedó quieta con lágrimas en los ojos, mientras todo su cuerpo se erizaba y se le ponían los pelos de punta, al momento que sentía como una serpiente se arrastraba enmedio de sus pies.

En completo silencio y de forma muy hábil, tomé una flecha de mi espalda y la coloque en mi arco, el cual jale con mucha fuerza y apunte directamente a la cabeza del animal.

-Shhhh- un ligero sonido como cortando el viento salió desde mi arco al soltar la flecha, y una ligera luz de color verde fué emitida desde la punta todo el camino, hasta que se enterró en la tierra después de atravesar la cabeza de la serpiente.

Jani después de ver qué la serpiente había sido atravesada dió un gran salto, mientras el cuerpo de este animal se retorcía, se enredaba y desenredaba alrededor de la flecha, para después sacudirse violentamente hacia todas direcciones por varios minutos sin descanso.

Al ver los pies de Jani temblar como un pequeño ciervo, comencé a reír sin poder contenerme.

-"Jani, es solo una serpiente, no hay razón para tenerle miedo a una pequeña serpiente."

Reía con gran fuerza, a la vez que tomaba mi estómago con las manos para calmarme un poco.

Jani como siempre, no soportó y soltó lágrimas de verguenza y coraje, dándome unos golpecitos en la espalda para que dejara de reírme de ella.

-"Cállate... Idiota..."

Cuando finalmente nos calmamos, ella decidió hablar con una voz muy tímida y evitando mirarme a la cara.

-"Sabes que me aterran esas cosas."

-"Si lo se, pero mírala bien, es de color gris, esas no son venenosas, además solo comen ratones y otros animales pequeños."

Al escuchar eso, ella solo me ignoro y me dió la espalda, así que fui a recuperar la flecha que había usado y la removí de la cabeza de la víbora.

Ella al ver que movía bruscamente la flecha para retirarla del animal, se asustó aún más y callo sentada en el suelo despues de dar unos pasos hacia atrás.

-"¿Que, que... Vas a hacer con esa cosa?"

Preguntó ella con miedo en su voz.

Ladeé mi cabeza por un segundo para verla y pude notar que estaba aterrada de nuevo. 

-"No voy a hacer nada."

Dije calmado. Ya eran muchos sustos por un día, así que después de retirar la flecha, levanté la serpiente usando la punta de la misma flecha en mi mano, y la arrojé lejos. Ella al notar que la serpiente sin vida cayó lejos de su vista, suspiro y se relajo.

Comenzamos a caminar alejándonos del lugar, y aproveché para hablar tratando de alegrar el amargo y silencioso ambiente.

-"Oye Jani... sería un desperdicio dejar la carne de un animal de esa forma, al final sigue siendo comida."

-"Eeewww que asco, ni siquiera lo pienses."

Dijo ella, demostrando cuanto odiaba a esos animales.

Bueno... Que puedo decir, al menos lo intente ¿no?

El nombre de esta niña, es Inda Jani (que en Zapoteco significa el agua que nace).

Ella es linda, muy llorona, delgada, con ojos y cabello negro, su piel es de un tono bronceado pero muy claro, tiene pecas en su pequeña carita ovalada, y su mirada es la de una niña inocente y gentil; debo decir que también es mi hermana gemela y como se podrán dar cuenta, somos idénticos, a excepción de que mi rostro tiene rasgos masculinos, y la voz de mi hermana suena con un tono dulce muy característico que solo las mujeres poseen.

Mi nombre es Yao (que significa río en zapoteco), soy el gemelo mayor y ahora mismo tenemos 10 años.

Justo ahora estamos cazando algo para llevar a casa, este es nuestro pasatiempo, trabajo y forma de vivir, desde hace un poco más de un año.

La historia que nuestros padres nos han contado desde que éramos bebés, es que ellos son originarios de un pueblo zapoteca al sur desde aqui, pero por razones de una mala temporada que llevo consigo una gran sequía años atrás, una parte de la población emigró buscando un mejor lugar para vivir, y entre ellos iban nuestros padres, quienes viajaron hasta que llegaron a este pueblo, donde echaron raíces y formaron nuestra familia.

Nuestros padres al no ser de estas tierras, fueron educados y criados con una lengua diferente "el zapoteco," Y en cuanto al "náhuatl," que es la lengua que se habla es este lugar, mamá no la comprende muy bien, por lo que para evitar algún incidente, preferimos que se quede en casa y cuide del hogar.

Actualmente vivimos solos con mamá, ella hace tareas domésticas y entre todos cuidamos un pequeño jardin detrás de la casa. 

Nosotros también juntamos leña, buscamos plantas comestibles en el bosque, llevamos agua desde el río y también cazamos animales como principal fuente de alimento.

Supongo que no tengo que mencionar porque papá no esta con nosotros ahora mismo, pues es muy obvio saber que el nunca regreso de la guerra en la ciudad de tezcoco en contra del ejército de Azcapotzalco, pues por desgracia, al final nuestro padre murió, el imperio de tezcoco cayó ante Azcapotzalco, y como consecuencia de eso, el imperio tepaneca se adueño por completo de todo el valle.

Apesar de que nuestro padre era un cazador profesional, el mejor que haya pisado este pueblo, debo reconocer que al final el seguía siendo un cazador y no un guerrero, sin embargo estoy seguro de que nuestro padre luchó con todas sus fuerzas hasta el final. 

-"Yao, mira... ¡Conejos!"

La voz de mi hermana me hizo voltear en dirección donde se encontraban dos conejos de gran tamaño, parecían ser una pareja y no sé alejaban mucho de su madriguera, la cuál estaba justo enfrente de ellos.

-"¿Lista Jani?"

"Si."

Tomamos nuestros arcos, los preparamos apuntando directamente a los conejos, y despues de esperar unos segundos, soltamos nuestras flechas como si estuviéramos sincronizados.

Las flechas emitieron un ligero destello de color verde en la punta, y después de un instante atravesaron a los dos animales al mismo tiempo, sin darles tiempo de correr o si quiera pensar en lo que estaba sucediendo a su alrededor.

Debo decir que la conexión que tenemos mi hermana y yo es única, de alguna forma nuestra postura es la misma, pensamos igual, incluso usamos el arco de la misma forma.

Ahora mismo no cruzamos palabra alguna antes de lanzar nuestras flechas, todo fue en silencio, pero la conexión que tenemos es lo que hace posible este tipo de cosas.

Ella corrio hasta donde calleron los dos animales y los levanto usando sus enormes orejas. Ella se veía realmente feliz, con una enorme sonrisa.

-"Mira Yao, son enormes."

La vida no es fácil para nosotros ahora mismo, pero sin duda alguna, jamás la cambiaría, nunca abandonaria a mi hermana y a mi madre por nada del mundo.

-"Muy bien, es hora de ir a casa."

Dije sonriendo.

Jani me regresó la sonrisa como respuesta mientras caminaba hacía mi, con sus dos enormes conejos en las manos.

-"Mamá va a estar muy feliz."

Dijo ella.

Caminamos cerca de 40 minutos al norte y allí a lo lejos, se puede observar nuestro hogar, una de las últimas casas a las afueras y también una de las más pequeñas, tan alejada del resto que pareciera como si ya no perteneciera a este lugar, conocido como el pueblo de Acolman.

Pero no es la única casa de esta forma, hay más alrededor de nosotros; por ejemplo, al lado derecho hay una familia zapoteca, viejos amigos que conocian a mis padres desde su infancia, con los que llegaron a este lugar, y otras 2 familias mixtecas que pasaron por algo parecido.

De alguna manera somos extranjeros migrantes aquí, pero debemos reconocer que la gente del pueblo es muy amable, ya que nos han recibió de buena manera.

-"Hola niños ¿Como les fue hoy?"

Ella es una de las vecinas del pueblo y es realmente amable, su familia a pertenecido a este lugar de generación en generación. Ella también es la madre del joven guerrero que rescató a mi hermana y a mi madre del caníbal, la noche que se desató la gran batalla de guerreros acolhua contra los tepanecas.

Lamentablemente su hijo, el joven guerrero también perdió la vida en la batalla decisiva que se libró en el palacio de tezcoco, al igual que muchos otros guerreros y el mismísimo Tlatoani.

Según lo que hablan los pochtecas del pueblo, la guerra se terminó una vez que el tlatoani de tezcoco Ixtlixóchitl murió, aunque aún siguen buscando al príncipe Nezahualcoyotl, quien logró escapar después de ver morir a su padre, y ahora se desconoce su paradero.

-"Tomen, mi esposo compro demasiadas, nosotros no podremos con todo."

Ella nos entrego una gran cantidad de papas blancas, las cuales al parecer su esposo compro en el mercado del pueblo.

-"Muchas gracias señora."

Agradecimos y agachamos la cabeza para seguir nuestro camino, ella nos sonrió y nos dejó partir.

Al llegar a casa pudimos ver qué afuera estaba mamá cosechando sus jitomates, ella estaba muy feliz de que hubieran crecido tanto, comparados con la vez anterior, pues eran muy pequeños, de un tamaño mucho menos que la mitad de ahora.

Ella al vernos comenzó a hablarnos en su idioma nativo; el Zapoteco, nosotros respondimos de la misma manera ya que nos educaron desde bebés a ser bilingues.

-"Niños hoy vienen muy felices, supongo que les fue bien."

Ella lo dijo con una voz muy alegre como siempre.

-"Si mamá, mira trajimos conejos hoy, y la señora de al lado nos regaló papas." 

Respondió alegremente mi hermana.

Mamá nos sonrió y levanto en sus manos sus enormes jitomates, como si ella también estuviera feliz de aportar algo para la cena.

-"Que bien, ¿Agradecieron por las papas de la manera correcta niños?"

-"Si mamá."

Después de eso entramos a la casa.

Tan pronto como mamá tomo un cuchillo para retirar la piel y preparar la carne para la cena, Jani como siempre, se puso frente a ella, muy atenta de todo lo que hace mamá.

La labor de toda mujer es aprender todas las labores domésticas y principalmente de cocina, pero esa no es la razón por la que mi hermana quiere aprender sobre eso.

La razón de que mi hermana este tan interesada, es porque mamá es su más grande ejemplo, de la misma manera como papá lo fue para mí alguna vez, así que cualquier cosa que nuestra madre haga, Jani quiere aprender a hacerlo exactamente de la misma forma. 

Mamá y Jani limpiaron muy bien los animales y después cortaron todos los vegetales e hicieron un platillo con papas y jitomate.

La carne de conejo es un poco dura, así que tardará en estar lista, por lo que tengo un rato libre.

Estos animales no tienen huesos muy grandes, pero los pocos que lograron conseguir mi hermana y mi madre, los usaré tal como me enseñó mi padre, los voy a limpiar muy bien, después los tengo que afilar y finalmente los unire a varas de madera que ya tengo listas en casa, para hacer las flechas que usamos a diario.

Aun hay luz de sol así que iré al río, voy a lavar las pieles, para después ponerlos a secar al sol, ya que al final serán parte del tributo que entregamos cada 60 días al cacique del pueblo.

-"Oye Jani, iré a tomar un baño al río ¿quieres venir?"

-"Si vamos."

Respondió ella con una sonrisa.

Al terminar de lavar las pieles en el rio, y también después de tomar un refrescante baño, finalmente podemos regresar a casa, una vez dentro, podemos ver que mamá ya tiene todo listo. Entregué las pieles completamente limpias en sus manos, para después cenar como familia.

Apesar de que somos muy pobres y de que papá ya no está con nosotros, aún así somos realmente felices, pues tenemos todo lo que necesitamos, un techo sobre nosotros, y un plato sobre nuestra mesa, por lo que puedo decir que los dioses no nos han abandonado.

-"Estuvo delicioso mamá."

-"Verdad que sí, debes agradecerle a tu hermana, ella hizo la mayor parte."

Dijo mamá mirando a mi hermana.

-"Jani, tu habilidad en la cocina está mejorando muy rápido, estuvo delicioso y gracias."

Dije eso con una sonrisa enorme, mientras mi hermana se sonrojaba por el cumplido, ella dudo un poco sobre como reaccionar, pero después nos regaló una gran sonrisa tanto a mi madre como a mi.

La noche llegó y al no haber más luz tenemos que ir a descansar.

Nos preparamos colocando cada quien un petate en el centro de la casa, y sobre ellos usamos pieles para poder dormir más cómodos.

Mamá como cada noche, se sienta frente a nosotros y nos cuenta historias sobre papá y los días de su juventud.

La historia de hoy es sobre como papá lucho contra un jaguar, venciendolo solo con la ayuda de su arco y una daga, es una historia que mamá nos a contado en varias ocasiones, pero apesar de ya conocerla de principio a fin, escuchamos muy atentamente, ya que gracias a la forma en como ella lo relata y por el sentimiento que le pone, de alguna forma nos alegra el corazón, hasta el punto de poder sentirlo cerca de nosotros al igual como antes de su partida, como si estuviera presente al lado de nosotros, abrazándonos y dándonos un beso en la frente como solía hacerlo antes de dormir.

Después de terminar la historia, mamá con los ojos rojos y casi a punto de quebrarse en llanto apaga el fuego de la hoguera que está en la cocina, y despues la antorcha en el centro de la casa. Nos da un enorme abrazo y un beso de buenas noches.

Con eso nos vamos a dormir todos, o al menos fingimos hacerlo, ya que al estar en completa oscuridad y no poder ver nada, si podemos escuchar llorar a mamá muy en silencio, como cada noche... Desde el día en que papá se marchó.

Estoy creciendo muy rápido, y pronto mamá ya no tendrá que preocuparse por nuestra seguridad, pues seré tan grande, valeroso y fuerte como papá alguna vez lo fué, y yo la protegeré a ella y a Jani contra todos y ante todo, aunque el mundo se convierta en nuestro enemigo. Desgraciadamente aunque sea alguien fuerte y grande, eso no traerá a papá de regreso, por lo que es mejor ahorrar mis palabras.

...

Al despertar por la mañana, se pueden observar a mamá y a Jani en la cocina, ellas están preparando el desayuno, huevos con un poco de carne ahumada, y las compañamos con tamales y tortillas de maíz que mamá siempre tiene listas en casa.

A la vez que desayunamos, hago la pregunta de todas las mañanas.

-"¿Mamá, que deberíamos traer hoy para comer?"

-"Hijo... yo creo que pescado es lo mejor para hoy, no hemos comido pescado en toda la semana."

Dijo ella.

-"Si pescado."

Grito Jani, y mamá se alegró mostrando una gran sonrisa al notar que Jani compartiera su mismo antojo de hoy por comer pescado.

Asi que la decisión ya estaba tomada, hoy será pescado.

Después de terminar de desayunar, prepare lo necesario; tomé un puñado de maíz y lo comenzé a quebrar hasta hacer trozos muy pequeños, casi como polvo, después le agregué trigo y un puñado de semillas de anís, un poco de carne seca de liebre y listo, ahora ya estaba la carnada para los pescados, así que después tomé las lanzas desde detras de la casa, las cuales también fueron hechas por manos de mi padre.

Jani salió caminando con mamá para encontrarse conmigo y partir.

Mamá nos da su bendición y se despide, nosotros también nos despedimos y agradecemos por todo antes de salir, además de prometer regresar antes de la puesta del sol.

Hoy comenzamos a caminar en dirección al lago de texcoco. En esta ocasión debemos ir al norte, que es en dirección contraria al bosque, donde fuimos ayer.

Tenemos que atravesar todo el pueblo, desde un extremo hasta el otro.

Después de andar por unos 15 minutos, entramos al mercado del pueblo, aqui se pueden encontrar muchos pochtecas diferentes, desde mercaderes vendiendo baratijas, 2 puestos de frutas y verduras, un famoso vendedor y entrenador de Xoloitzcuintles el cual es visitado diariamente por multitudes de personas de todos los pueblos del valle, mi puesto favorito que es el de armas, otro de artesanías hechas de cerámica, una posada para viajeros, donde ofrecen comida diferente cada día, y también les dan un techo para que puedan descansar antes de seguir su viaje, y por último, hay un anciano comerciante de joyas, dueño del puesto favorito de Jani.

Caminamos con mucho cuidado, observando todo sin acercarnos demasiado, ya que podrian acusarnos de ladrones.

Jani como cada vez que pasamos por aquí observa detenidamente la joyería, ya que le encantan, en especial las que llevan jade color verde muy encendido, pero solo acercase y tocarlas ya es un lujo demasiado caro que no podemos darnos, así que se conforma con ver de lejos y despues de apreciarlas por unos minutos seguimos nuestro camino.

Después de pasar por la zona de comerciantes, llegamos al centro del pueblo, que es la zona donde están las casas de los nobles, aunque en realidad las casas más grandes sólo son un puñado, 8 o tal vez 10 de ellas.

De esas casas, se que una es la propiedad de un escriba, otra más es de un sacerdote instructor de un telpochcalli, otra casa es de un guerrero militar que trabaja en el palacio del tlatoani, y la más grande de todas es del cacique del pueblo, un anciano de gran edad que vive solo con una de sus hijas, pues todos sus hijos eran guerreros y por desgracia todos perdieron la vida, cuando defendieron este pueblo durante la guerra contra Azcapotzalco, al igual que muchos otros de este pueblo y de los pueblos de los alrededores.

Apesar de que este pueblo ha pasado por muchas dificultades en los últimos dos años, ahora mismo es muy tranquilo, y la razón de porque éste pueblo es tan pacífico, es gracias al guerrero que vive a un lado del cacique. Nunca lo hemos visto en persona, ya que siempre está en su trabajo dentro del palacio en la ciudad de tezcoco, pero lo que hemos escuchado de el, es que es un hombre realmente peligroso.

Su nombre es Ako, y según lo que hablan los pochtecas del pueblo, el es un general de las fuerzas guerreras elite jaguar de Tenochtitlan. También dicen que ese hombre es uno de los hombres más poderosos de ese lugar, junto con un guerrero águila el cual nunca deja la ciudad por ser un noble de alto grado.

Mucha gente del pueblo se pregunta, que hace un general jaguar de la ciudad de Tenochtitlan, viviendo en un pequeño pueblo como este, y trabajando dentro del palacio en la ciudad de tezcoco, pues al parecer eso es un misterio hasta para los pochtecas del pueblo. En fin, es mejor continuar.

Seguimos caminando por el pueblo, pero lo único que había frente a nosotros, eran pequeñas casas, así que eventualmente salimos sin nada interesante. Una vez fuera de la ciudad caminamos por unos 20 minutos más hasta llegar al enorme lago, conocido como el lago de texcoco.

Frente a nosotros a la distancia se puede observar la poderosa ciudad de Tenochtitlan, tan imponente y grandiosa en el centro del lago, y a un lado de ella, está la segunda ciudad azteca "Tlatelolco," ambas de ellas son tan sublimes, que parecen sacadas de un cuento mágico. 

Por las tardes durante y después de la puesta del sol, se pueden apreciar siendo aún más hermosas, ya que prenden hogueras por todas las calles hasta la media noche, haciendo que se perciba desde mucho más lejos de este lugar.

No importa cuántas veces vengamos aqui, mi hermana siempre se ve igual de sorprendida. Puedo ver admiración en sus ojos, como deseando poder vivir dentro de ese majestuoso lugar, pero al igual que poseer un hermoso colgante con jades, esa ciudad también está fuera de nuestro alcance, y solo podemos conformarnos con verla desde la distancia.

-"Espero que salga uno grande hoy. "

Dijo mi hermana sonriendo alegremente y dejando al descubierto todos sus dientes.

-"Si, trataré de atrapar una enorme carpa."

Dije sonriendo de la misma manera que ella.

-"Yo trataré de capturar una tilapia grande para mamá."

Ella lo dijo por mama, pero la verdad es que mi hermana adora las tilapias incluso más que mi madre.

-"Muy bien ¿lista?"

Pregunté mirando a mi hermana.

-"Nooo espera, perdi mi lanza."

-"¿Que...?"

-"Hooo ya la encontré, perdon me distraje viendo las ciudades."

Bueno, no puedo culparla, esa ciudad tiene un encanto que hace sumergirte en tus pensamientos.

-"Ahora sí, estoy lista."

-"Muy bien entonces prepárate."

-"Si."

Nos retiramos nuestros huaraches para no perderlos, los dejamos en la orilla del lago y caminamos unos cuantos metros adentrándonos en el agua, exactamente hasta nuestro lugar secreto favorito, donde usualmente sacamos grandes peces.

Tomé un poco del cebo que había preparado por la mañana, lo lanze no muy lejos de nosotros y esperamos por un momento con las lanzas listas, para cuando se acercaran los peces a nuestro alrededor.

Pero nada realmente bueno se acercó, y se terminaron el cebo los peces pequeños que nadaban a gran velocidad y peleaban entre ellos.

-"Bueno una vez más aquí vamos."

Dije en voz baja.

-"Si"

Respondió mi hermana.

Arrojé una vez más otro puñado de cebo y en ese momento se acercó una tilapia, no muy grande pero si era de un buen tamaño, tal vez de unos 18cm, así que muy despacio, tomé la posición correcta para tomarlo desde arriba, y pum... lanze mi arma de golpe, traspasando al pez y ahuyentando al resto de ellos.

Lo saqué y note que era un poco más grande de lo que se veía bajo el agua.

Mi hermana estaba feliz, pues ya teníamos el primero, lo retire de mi lanza y lo coloque en el morral que llevaba sujeto a mi cintura.

Volví a lanzar otro puñado de cebo, Pero ahora lo hice alrededor de mi hermana, para dejarla que ella tomara al siguiente. Lo que ahora se acercó fue otra tilapia más grande que la primera, Jani se preparó y con gran habilidad atravesó a ese gran pez volviendo a ahuyentar al resto.

-"Si... ¿Viste eso yao?"

-"Si, te has vuelto muy diestra con la lanza."

Seguimos de esa forma hasta que se terminó la carnada. 

Al final del día, habíamos conseguido 12 peces de gran tamaño, todos ellos tilapias, asi que me quedé con ganas de llevarme a casa la carpa que deseaba. Bueno... No importa, tal vez en otra ocasión logré llevarme una.

-"Nos vamos?"

Le pregunté a mi hermana.

-"Si pero, ¿Podemos pasar por el mercado de nuevo? quiero ver las joyas con jade."

Dijo mi pequeña y dulce hermanita, mientras suplicaba con la mirada como si fuera un pequeño cachorro.

-"Está bien, yo también quiero ver un poco más las armas de obsidiana."

Ella sonrío feliz, al saber que yo también tenía deseos de ir. 

Creo que en cierta forma yo me siento igual, tener una lanza o un macuahuitl de obsidiana es mi sueño, pero al igual que ella, me tengo que conformar con una lanza hecha de huesos de venado.

-"Entonces vámonos."

Después de decir eso comenzamos a caminar en dirección al pueblo.

Pasamos por todas las casas de la entrada, para después llegar al centro donde estan las mansiones de los ricos.

En la casa del guerrero jaguar, en esta ocasión habian dos niños en el jardin de enfrente, una niña de tal vez unos 7 o 8 años de edad y un niño de una edad parecida a la nuestra, que estaba golpeando el aire con un macuahuitl de un tamaño pequeño. Por la forma redondas de las obsidianas, pude notar que no tenían filo, asi que esa arma parecía estar hecha especialmente para entrenar.

Me le quede mirando a su arma y pude ver que era casi exactamente como había soñado. 

-"Oye Jani, a esos dos niños nunca los había visto."

Dije aún manteniendo la mirada en los dos niños y en el macuahuitl.

-"Si, yo tampoco los había visto."

Respondió Jani."

-"¿Serán hijos del guerrero? o ¿solo vendrán de visita?"

Pregunté.

El niño al vernos caminando frente a la casa, detuvo su entrenamiento y se nos quedó mirando de una forma muy rara.

Mi hermana al sentir su mirada, se puso un poco nerviosa.

-"Vámonos Yao, mamá dijo que nunca debíamos ocasionarles problemas a los nobles."

-"Si, está bien Jani."

Después de decir eso, solo seguimos caminando en dirección a la plaza, asi que eventualmente llegamos donde estaban todos los negocios una vez más.

Si piensan que la gente nos veía raro, por venir con peces en nuestras lanzas caminando por enmedio del lugar, déjenme decirles que están muy equivocados.

Según lo que mamá nos ha dicho, muchas de estas personas que caminan en la plaza del pueblo, pagan haciendo trueques con otros vendedores, por ejemplo si quieren comprar 2 codornices, pueden pagar con un pato, o si quieren comprar una docena de papas, pueden pagar con una calabaza de gran tamaño.

Asi que es normal ver personas con guajolotes, conejos, o peces como nosotros. Pero es muy mal visto hacer negocios con niños, por lo que si nos acercamos a algún mercader, lo único que vamos a provocar, es que nos corran del lugar, o que llamen a los guerreros tepanecas o acolhuas.

-"Vamos de este lado."

Dijo mi hermana, así que la seguí hasta llegar al puesto de joyería, donde ella nuevamente se quedó de pie, mirando a unos metros de distancia el puesto del anciano que vende joyas de las más finas, hechas de oro, plata, y otros minerales como jade, ópalo, turquesa, piedra lunar y cuarzo.

El anciano al notar que regresamos a observar la joyería por segunda vez en el día, se acercó a nosotros y comenzó a gritar.

-"Si no tienen con que pagar, largo de aquí o llamaré a los guerreros."

Es más que obvio notar que no tenemos forma de pagar por una joya, los peces en nuestras lanzas y nuestras ropas, lo dicen sin usar palabras, así que lo mejor es simplemente disculparnos, agachar la mirada y salir del lugar.

-"Lo sentimos, no queríamos molestar."

Dije en voz baja.

-"¡¿NO ESCUCHARON?! ¡LARGO DE AQUI, niños andrajosos!"

Gritó el anciano nuevamente, pero ahora se veía aún más molesto.

-"Vámos Jani."

Dije con una sonrisa falsa, tratando de levantar los ánimos de mi hermana despues del regaño del anciano. En cuanto a ella, no dijo nada pero al ver su rostro pude notar que estaba deprimida, tratando de fingir que no le importaba.

Seguimos caminando rumbo a casa, y al cabo de unos minutos, ella se recuperó y comenzó a actuar con su amable sonrisa que muestra todos los días, y gracias a eso también a mi me levantó los ánimos.

La vida no es fácil aqui, si te rindes con facilidad, todos te pisarán sin dudarlo. Nosotros lo sabemos muy bien, así que tenemos que ser fuertes y seguir adelante.

Justo antes de llegar a casa, volvimos a ver a la misma señora del día anterior, pero en esta ocasión nosotros le ofrecimos unos pescados para su familia. Ella muy alegre los recibió, le dimos 4 en total, ya que ella y su esposo nos ofrecen cosas de vez en cuando, así que sería ingrato no regresar el favor cuando se puede ¿no?

Después de tomar los peces, la señora entró con una gran sonrisa a su casa, y nosotros seguimos nuestro camino.

Al llegar a casa, en esta ocasión no encontramos a mamá en el jardín, sino más bien dentro de nuestro hogar.

-"Hola niños"

Dijo ella en cuanto nos vio.

-"Hola mamá."

Nosotros colocamos los pescados sobre la mesa, y una vez que mi madre y mi hermana comenzaron a limpiarlos, yo salí a lavar las lanzas, ya que el agua del lago es agua salada y eso podría arruinarlas, por lo que debo darles mantenimiento y limpiarlas bien usando agua dulce.

La comida ya se estaba preparando para el momento en que termine de lavar y guardar las lanzas, además de revisar y dar el cuidado necesario al resto de armas que tenemos guardadas. Por el olor que viene desde la casa, parece que este día comeremos caldo de pescado.

Al entrar nuevamente dentro de la casa, mi hermana ya me estaba esperando, ella me pidio que la acompañará al río a tomar un baño en lo que la comida se terminaba de cocinar en el fuego, así que fuimos y tomamos un baño para después regresar y cenar como familia.

El sol se comenzó a ocultar, por lo que otro día mas estaba terminado sin siquiera notarlo. Pero doy gracias a los dioses por que son dias muy pacificos.