—Presta atención por dónde vas —Glynn se detuvo en medio de su frase cuando un frío repentino le raspó la nuca, seguido de un miedo que le heló los huesos, justo cuando Nicolai de Luca se giró y la miró.
Él arqueó una ceja hacia ella con un enfermizo divertimento mientras preguntaba:
—¿Me hablabas a mí?
Glynn sentía como si todos sus sentidos ahora estuvieran trabajando de manera hiperventilada. Su cerebro simplemente no podía seguir el ritmo de lo que estaba sucediendo, y sintió que se cortocircuitaba en algún lugar. Dio varios pasos alejándose de Nicolai, sintiendo el latido de su corazón resonando en su pecho.
—¿Qué pasa? ¿Por qué te alejas? No respondiste a mi pregunta —dijo Nicolai mientras miraba a la mujer frente a él. Sus ojos titilaban con un brillo sádico que hizo temblar a Glynn de miedo.