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Así que ahora estoy sola en el bosque, de noche, pero no era momento de asustarme, puede que alguien esté en peligro y no estaría bien que alguno de nosotros supiera esto y no haya querido ayudar. Así que me arme de valor y seguí recto. Casi no se podía distinguir mucho porque estaba muy oscuro ya, la noción del tiempo también se había perdido. Por más que buscaba no encontraba nada y seguía avanzando por si podía encontrar algo más, pero así mismo mientras más avanzaba más me encontraba perdida.
Mi corazón latía fuertemente, había esperanza de encontrar a alguien, o de perderme y no poder volver. Cualquiera de las dos opciones eran muy posibles.
Eso no era nada, sentía que algo o alguien me miraba, esa sensación de que la mirada estaba fija en mí, no solo mirándome, me observaba y analizaba para cualquier lado. Eso erizaba mi piel y esa no eran una sensación que me gustara. La sensación se hacía más y más grande. Los vellos de la nuca y de los brazos se me erizaban. Me hacían estremecer y me causaba un conflicto.
En un momento se escuchaba una respiración agitada, gruñidos, acaparaban mis oídos. Por más que volteara no encontraba el origen de aquellos rugidos provenientes de un animal. Me giré para ver y apareció de entre las sombras un lobo de color negro con ojos azules que resplandecían, era como si fuera hecho por la misma sombra. Su silueta se perdía. La luz de la luna salió, dejando ver una cabellera gaseosa que ondeaba con el sutil aire del viento. El lobo comenzó a caminar directamente hacia mí, lentamente, mientras que yo al mismo tiempo daba pequeños pasos hacia atrás cada vez más y más rápido.
Hasta que el animal abrió el hocico mostrando sus dientes filosos y puntiagudos. El animal babeaba hambriento, y en ese momento no lo pensé más, me volteé y corrí derecho. Mientras corría entre los árboles parecía que no bastaba mi velocidad, eso no importada, el lobo corría más rápido cada vez, mientras más corría me sentía más cansada, sentía que mi respiración se acababa, quería descansar y tomar aire, pero mis piernas seguían corriendo porque obviamente mi subconsciente sentía que si paraba el lobo me iba a atacar.
Tomaba bocanadas grandes, el corazón lo podía oír en mis oídos, incluso sentía que se me iba a salir.
Era tan descuidada de por dónde pisaba que mientras corría me tropecé con una rama de algún árbol, caí al suelo las hojas crujieron e intente levantarme lo más rápido que pude y seguí corriendo, mire hacia atrás y aún podía ver al lobo que casi me estaba pisando los talones. Sentía mucho dolor en las palmas de mi mano y en mu rodilla.
Mire de nuevo al frente y llegue a un árbol que era muy grande, pareciera como si hubiéramos llegado al centro del bosque. Alrededor del árbol había espacio como si un círculo fuera un área limitada y en el centro estuviera un gran árbol. Miré rápidamente a mi alrededor, pero no sabía a donde correr y me di la vuelta. El lobo ya estaba frente a mí, caminaba más y más y yo daba pasos hacia atrás, hasta que topé con el árbol. Mire alrededor rezando por una salida, hasta que pude notar como del lado izquierdo un lobo salió, mire a la derecha y había otro más.
Pude notar después que Norman y Alec estaban en las mismas condiciones que yo. ¿Qué era todo esto? Los tres estábamos siendo perseguidos por animales gaseosos. Que parecían sacados de una historia de fantasía.
Estábamos acorralados, sentíamos que este iba a ser nuestro fin, pero de entre las sombras un resplandor se mostró. Una puerta plateada con cristales estaba del lado derecho de nosotros. Esta puerta resplandecía como si hubiéramos mirado el sol directamente. Obligándonos a entre cerrar los ojos.
La puerta se abrió y de ella salieron tres personas cubiertas por una capa, cada uno tenía una capa de diferente color: el primero tenía una capa de color azul con pequeños diseños de espiral color verde, el segundo tenía una capa negra con diseños florales de color dorado, el tercero tenía la capa blanca con diseño de constelaciones de color azul oscuro. No se les podían ver la cara y el cuerpo tampoco, ya que la capa los cubría por completo. Ahora no sabía si agradecer a estas personas por aparecer mágicamente o sentirme más angustiada.
—Tranquilos, estos animales no les harán nada a ustedes —dijo el de la capa negra. ¡Cómo confiar en eso! Esos animales habían estado persiguiéndonos por mayor parte del bosque.
—Estos animales solo los guiaron a nosotros y parte su deber es protegerlos de la niebla —prosiguió. Claro. Esta gente estaba loca, ¿o no?
—¿Estos animales nos deben proteger? Si nos deben proteger entonces, ¿por qué nos intimidaron y nos persiguieron por todo el bosque? —dijo Norman caminando firmemente con la mirada en alto y el ceño fruncido. Estaba enojado. Siguió hasta donde estaban los hombres con capa, pero el lobo lo detuvo a mitad del camino. Le gruño mostrando sus dientes.
—Los animales no hablan y esa era la única forma de que vinieran aquí es por eso que los persiguieron —el hombre de capa azul se acercó y sacó una esfera de cristal, la levanto y los animales se convirtieron en formas gaseosas que se dirigieron a la esfera de cristal, que ahora al verla tenía tres colores azul, rojo y verde. Después la guardo y volvió hacia atrás.
Era claro que todos estábamos molestos, independientemente del susto y el correr más que en una clase de gimnasia. Intentaba recuperar el aliento, pero mi corazón tardaba en calmarse, tal vez era la combinación de nervios y miedo.
—Respira... —la voz de Alec resonó tras de mí. Lo miré y él asintió. Le sonreí en respuesta e intenté calmarme. No quería asustar a nadie. No más preocupaciones. Mire a los de capa con extrañeza.