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-¿Quiénes son ustedes? - Mencioné mirando directamente al de Blanco.
-Eres muy peculiar -dijo mirándome-, yo estaba muy desconcertada por la razón por la que me llamaba peculiar-. Nosotros no somos de este planeta, nosotros venimos de un planeta llamado Berilik.
-Así que son alienígenas -respondió Alec. Él trataba de ocultar esa sonrisa. Aquella que me intuía que él estaba disfrutando de esto.
-Así nos dirían ustedes.
-¿La persona de la que hablan, es tan mala?-preguntó Norman. Él estaba observando con cautela el lugar y a los de capa.
-De dónde venimos, causó algo grave. La traición que hizo causó que nuestro planeta estuviera en el colapso, y muy pocos de los nuestros escaparon. Nosotros tres agarramos las gemas que pudimos, desde ese momento buscamos al que nos traicionó. Hace algunos meses supimos que estaba aquí y por alguna razón aún no se ha ido, así que pensamos que planea lo mismo con su planeta. Por esa razón los hemos elegido para que puedan ayudar a vencerlo, evitar su plan a toda costa y traer la paz.
No me iba a atrapar tan fácilmente ese cuento. Aunque había algo que me decía que todo era de verdad. Sé que es complicado caer en una buena elección cuando realmente se trata de algo que jamás habíamos pensado que pasaría. ¿Magia? Era algo que en ni en un millón de años habría creído que me pasaría. Intentaba esconder mi nerviosismo y ansiedad. Quería irme ya de ahí. Prefería suponer que nada había pasado y volver.
-Si es así, ¿por qué nosotros?-pregunté directamente.
-Ustedes tienen algo especial, dentro de todos aquellos a quienes hemos observado, ustedes son diferentes, tienen algo especial y realmente magníficos. Si es que aceptan, tomarán un entrenamiento para que las habilidades estén en su mejor esplendor. Pero, ¿qué opinan? ¿Quieren saber cuál gema portarán?
Me dio un poco de miedo cuando escuché que nos habían estado observando de cerca. No era correcto que no solo nos hayan estado viendo a nosotros, sino también a más gente.
-En primer lugar, hablan como si supieran que fuéramos a aceptar. Segunda, ¿nos han estado acosando? Eso es escalofriante - miré a mis amigos esperando a que me reforzaran, miré a Alec, pero tenía la mirada perdida. Miró a Norman y de inmediato apartó la mirada. Después de rato, sabía que ellos no me apoyarían.
-Todo parece ser raro, pero si mi familia y amigos están en peligro y yo puedo hacer algo, ayudaré -dijo Alec avanzando hacia los de capa. Él realmente tenía el instinto y personalidad de héroe.
-También yo, es mejor que quedarte sentado y ver cómo podrían destruir tu mundo -dijo Norman, encogió los hombros cuando me miró y se acercó también. Ahora estaba sola. Viendo cómo ellos me miraban fijamente, esperando mi decisión...
No entendía lo que pasaba. Me sentía diferente, abandonada.
-Solo falta la joven -respondió el de la capa blanca mirándome.
-Yo no soy alguien especial como para quienes me elijan. No soy alguien perfectamente bien y tampoco soy una heroína que se lanzara al vacío solo porque el mundo se salva. Pienso que deberían de escoger a alguien más -respondí. Quería lavarme las manos y sacarme de este asunto. Sí, suena muy increíble, poder salvar el mundo y obtener poderes (es la única parte que me emociona, quien no quiere volar o controlar algo), yo no era esa persona. Y mucho menos alguien que realmente intentaría arriesgar su pellejo por otros sin motivo alguno. ¿Y si me equivocaba?
-Te dejaremos pensar y volveremos a preguntar -camino hacia sus compañeros-. - Vuelva mañana por la tarde y sabremos bien sus respuestas en concreto.
No se iban a rendir. Pero me alegro de que nos dieran más tiempo.
Los tres nos volteamos y nos dirigimos a la salida. Volvimos a llegar a la puerta plateada, y salimos de nuevo al bosque. Iba muy adelantada, tanto que ello tuvieron que apresurar el paso para alcanzarme. Intentaban hablar, notaba cómo abrían sus labios, pero se tragaban las palabras y el silencio volvía a reinar entre nosotros. Yo fui la primera en salir. En cuanto todos ya estábamos fuera, la puerta empezó a desvanecerse de arriba hacia abajo hasta que desapareciera completamente.
-¿Segura que no quieres hacerlo?-me preguntó Alec. Aquí vamos con la tanda de preguntas.
-Estoy muy segura, yo no soy ese alguien que necesiten, ustedes, por el contrario, son geniales para ser héroes -respondí mirándolos. Me detuve y ellos pararon de golpe.
-Darya tú eres una gran persona, ¿no te gustaría salvar al mundo y proteger a tu familia y amigos?-preguntó Norman.
-Chicos, yo no tengo una familia tan unida, tal vez quisiera proteger a varias personas, pero yo no tengo madera para ser héroe. Aparte de que el "querer salvar al mundo" no es una razón lo suficientemente buena, para mí.
-Creo que, el simple hecho de que sientas la necesidad de proteger a alguien es suficiente, manda al mundo al caño y solo sálvalos a ellos. -Alec me tomó de los hombros, lo miré. Esos ojos me volvían loca.
-Aun así, no tengo madera...
-¡Si la tienes! -me sorprendí cuando lo dijeron los dos al unísono. Alec me soltó y regresó unos pasos atrás.
-Agradezco que piensen así, pero yo no lo creo y no podría jamás -mi voz se cortaba y miraba a otros lados para distraerme.
-Si te damos tres razones por las cuales sí debes de ser un héroe, ¿tomarás la decisión de aceptar y vencer el mal con nosotros?-dijo Alec. Él enseñó sus deseos mostrando el número tres.
No podía creer que sonara como si me quisieran persuadir. Pero me alegraba por ello. Ahora debería prepararme para escuchar sus argumentos seriamente, claro que sería un poco imposible aguantarme la risa. Realmente me había encontrado unos muy buenos amigos y eso me gustaba. Les sonreí.
Yo estaba firmemente convencida de que no lo iban a lograr. Así que simplemente me iba a dejar llevar con sus palabras y ver cuáles eran sus razones que supuestamente me harían cambiar de opinión.