"¿Se van tan pronto?" —Pregunta Sophie, tomando mi mano mientras voy a despedirme de ella. Asiento con la cabeza.
"Estoy realmente cansado. Han sido unos días muy pesados”, afirmo.
Ella me mira pensativa, pero comprende. Ella me da un gran abrazo y dice.
"No te preocupes. Vete a casa y descansa un poco. ¿Nos vemos mañana para almorzar?
"Por supuesto." Le doy un beso en cada mejilla a modo de despedida y empiezo a caminar hacia la entrada, dejándola acompañada de algunos amigos.
Apenas han pasado unas horas; No son ni las doce de la noche, pero siento que no puedo soportar ni un segundo más aquí.
Rose se da cuenta de que me voy tan pronto como me acerco a la puerta. Ella viene corriendo hacia mí y se arroja a mis brazos.
"Pensé que estarías feliz con la fiesta que te organicé, pero puedo ver que no te gustó", comenta con un puchero.
“No es eso”, afirmo sonriendo. “Estoy exhausto, eso es todo. Necesito unos días de calma para recuperarme de todo lo que ha pasado”.