En un cuarto de hotel dos chicas tenían sexo intenso, una encima de la otra, armada de un arnés con un dildo le hacía una constante penetración por atrás sin una pizca de compasión, la pasiva mientras está siendo embestida trata de ordenar sus pensamientos tratando de recordar cómo llegó a esa situación pero la intensidad del sexo no la deja concentrarse, además sin saberlo está dopada y todas sus sensaciones corporales amplificadas y acompañadas de una intensa ola de placer.
- Es... espe.. ra, siento... mareo... Ye... rai... spe... ra... a... aaaAAHH
- ¡Ama Yerai!, ¡no se te olvide so atrevida! - Yerai saca el juguete del cuerpo de la chica, sólo para castigarla con nalgadas fuertes en repetidas veces, a continuación toma firmemente su herramienta y sin ninguna consideración le abre las nalgas y la mete de golpe entera dentro de la chica sin dar tiempo a que dilate, el dolor estremece a Indigo, quien aprieta fuertemente la almohada que tiene bajo su cabeza, pero a continuación una ola de placer producto de la sensibilidad la sacude, toda clase de fluídos brotan de su cuerpo mientras su respiración se agita y no para de jadear, sudor, lágrimas...
- ¡AAAAHHH!... Ama... Yerai...
¿Qué quieres?, no tienes que pensar en nada más que gozar, y no me voy a detener ahora, la perra no tiene derecho a hablar, ¡TOMA!
- G... gaaaAAAH!!! ¡¡¡DAME MÁS... ah... RRRREVIÉNTAMEEEH!!!
- ¡Así es, grita perra... admite que te gusta! - Yerai mete sus manos en el plano pecho de Indigo y pellizca sus pezones mientras continúa su faena sin parar
- AAAAYYY... YYIAAAAAHHH!!!- Yerai se abalanza sobre la espalda de la chica y lame su nuca y cuello
- Así es perrita, no tienes que decir nada, sólo te autorizo a gemir, tu única obligación acá es darme placer y gozar
- Ngghhyyy... aahhhh... ahhhh... hhh...
- Oooohhh... mmm... ¡Rico!, ¡regálame tus gemidos y espasmos que me prendes!, así es, no pienses en nada, sólo goza - Yerai continúa besando y lamiendo el cuello de la chica desde la espalda, dándole pequeños mordiscos en la oreja, ella finalmente se rinde, hunde su cara en la almohada y deja su cuerpo a disposición de Yerai, quien continúa sin misericordia y con la impetuosidad de una vigoroso macho...
- Ufff... ufff... ahh... ahh... iiaaahhh... !!
- Gimes como una gatita mimosa, ¡y eso me provoca aún más, en premio te voy a dar más duro! - Yerai aumenta el ritmo y folla como endemoniada.
- ¡¡¡aaaAAAAAHHHHH!!!
Cuatro horas después ambas están en la cama, está anocheciendo, Yerai duerme acostada de espalda, sudorosa y sonriente, con la chica a su lado, acostada de vientre y sobándose su enrojecida nalga, aún con el corazón acelerado y jadeando, sudorosa y mojada pero pensativa, los fluídos de ambas se mezclan en sus cuerpos y las sábanas, aún mareada y tratando de sobreponerse a la conmoción y de ordenar sus recuerdos.
- Ayyyy, mi cabeza, siento un mareo terrible, además… mi cuerpo se siente raro… q… quien… está junto ami… ¿Yerai? ¿Cómo llegué a esto... perdí la noción del tiempo... está obscuro… aaaayyy... qué hora será... cómo llegué a este lugar...? mi culo... ah ya veo, a pesar de todo no duele mucho... Tengo que recordar...
La chica trata de ordenar sus confusos recuerdos de manera infructuosa, aún está acostada y hace un intento de levantarse, pero está todavía mareada, además no tiene fuerza en las piernas y se desploma al suelo, al menos, alfombrado, por lo que tiene que volver arrastrándose a la cama y quedarse un rato más acostada
- N… no puedo… no… puedo… recordar… tal vez, tomé algo… no sé… jamás he tomado… ni alcohol…
Finalmente, la chica está acostada de espalda, su mirada mirando al techo, empapada de sudor y sus partes íntimas cubiertas sólo por una punta de la sábana, tiene un bello y fino rostro, pero su cuerpo es igual de fino, pálido y lampiño, casi no tiene pechos, en un momento por la humedad de su cuerpo le entró frío y se cubrió, a lo que exclama.
Ha pasado un largo tiempo y ya está sentada en la cama, su compañera aún duerme a su lado pero todavía tiene miedo de moverse y levantarse, más aún de dejar a la otra sola en ese lugar, pero su compañera aún duerme con una sonrisa de satisfacción.
- ¿Acaso no piensa despertar?, ya es tarde, si no me apuro no alcanzaré a llegar a casa... ¿Qué hago?... Tengo varios problemas ahora mismo, no tengo más ropa que esa... ¿Qué explicación daré en casa si me ven así?, Yerai que no despierta y lo otro, este mareo aún no se pasa del todo... qué se le va a hacer, tengo que reponerme pronto para volver a casa...
La chica con dificultad logra ponerse de pie y comienza a recolectar su ropa repartida por la habitación, el esfuerzo la deja cansada por lo que con su ropa en la mano vuelve a sentarse en la cama, la habitación está en completa oscuridad, sólo entra la luz de afuera junto con el ruido del tráfico.
- Aún tengo mareo... trataré de no volverme a acostar... cómo llego a mi casa... no sé si llamarle a esto diversión... esta... Yerai... debió darme algo...
Como pudo se vistió y a tambaleos pudo entrar al baño, ahí bebió bastante agua y salió de la habitación apoyándose en las paredes, en el pasillo se detuvo un minuto;
- Al menos puedo caminar... el mareo ya ha pasado un poco... menos mal que llevo zapatos taco bajo – De pronto se detiene frente a un espejo y se mira – Pucha… es lo único que tengo para ponerme… es tan poca ropa, pero tampoco puedo salir a la calle en pelotas, no queda de otra…, total, nadie se dará cuenta… - Se acomoda su cabello y sale.
Así la chica sale del hotel y se va caminando por las calles, lenta y torpemente, ya de noche pero aún hay movimiento, principalmente de la gente que vuelve a sus hogares después de la jornada laboral, se ve que es una chica delgada y baja, no tiene mucho físico que ofrecer, los efectos del dopaje aún no se han disipado por completo, de pronto algún silbido, piropo o toque de bocina de los automóviles que transitan a su lado lo sobresaltan de su letargo, los ruidos bombardean su cabeza y presiona su frente con su mano, también varios tipos atrevidos le preguntan cuánto cobra la hora, pero prefiere ignorar a los impertinentes, es de noche y el miedo la embarga.
- Es increíble... ¿Cómo pueden ser así los hombres?... incluso a mi, sólo por llevar falda...
De pronto un automóvil desconocido se detiene a su costado
- Oye, chica, ¿Quieres que te lleve?, ven, sube
La chica lo ignora completamente y acelera un poco la marcha, pero el mareo hace que se tambalee, el automóvil va siguiéndola a velocidad humana
- Hey, vamos, sube, no seas tímida, te conviene que te lleve
Pero la chica no detiene su marcha esforzándose en huir caminando rápido a pesar de su estado cuando de pronto ve un almacén abierto, al cual se mete para refugiarse, el automóvil se queda un minuto esperando y emprende la marcha, luego ella mira a su alrededor y ve la máquina de las bebidas, coge una botella de bebida isotónica y la compra.
Al salir del almacén bebe y eso la reconforta pero se da cuenta que hace frío y lleva poca ropa.
- ¡Se me olvidó la mochila y mi chaqueta!, ¡qué explicación daré en casa si me ven llegar así!... preferiría morirme…
Gracias a la bebida recupera mejor sus sentidos y continúa su camino, ya casi llega al lugar en que vive, que es un departamento dentro de un condominio, pero antes de llegar a su hogar un automóvil que cree reconocer y le provoca escalofríos está esperando afuera,
- ¡No puede ser, el acosador de antes!
Pero luego se baja una chica
- ¡Indigo, tu ropa!
Le lanza una mochila y una chaqueta que caen a los pies de nuestra protagonista, pero rápidamente vuelve al auto y se marchan, la chica se queda perpleja y recoge las cosas, luego busca un rincón fuera de vista y se esconde ahí.
- ¡No... puedo creerlo... estoy desnudo en la calle! - rápidamente se saca la ropa que traía y se revela un chico pequeño de aspecto frágil, el que era su largo pelo resultó ser una peluca lo que completaba su travestismo. Casi desesperado saca la ropa del interior de la mochila y se viste sin perder de vista lo que ocurre alrededor, de vez en cuando las impertinentes luces de algún vehículo lo sobresalta, pero en un par de minutos está casi listo.
- Está bien, sólo los zapatos... eso... y esta otra ropa, ¿qué hago? hmmm... no puedo dejarla tirada acá, ¡qué diablos! - El chico termina empacando en su mochila el traje de chica que traía puesto, los zapatos y la peluca, finalmente se abriga con la chaqueta, trata de ordenarse un poco el cabello y corre hacia la entrada del condominio.
- Parece que ya me voy sintiendo mejor – Indigo siente el ruido de una notificación en su celular, escarba dentro de la mochila hasta que lo encuentra, es un mensaje de Yerai, la otra chica;
- ¡Cómo puedes ser así, Indigo!, no me despertaste y te fuiste solo, ya, lo de la plata no importa pero al menos tenías que haberme despertado si querías irte, tuve que correr a vestirme, pagar la habitación y llamar un auto por la aplicación, luego te vimos en la calle pero te escondiste así que te esperé en tu casa.
- ¿Eh?, pero el que debería reclamar soy yo, tuve muchos problemas para llegar
- Me lo imaginé, pero fuiste un imprudente, mañana hablamos.
- Después que me pasaste la ropa, tuve que vestirme en la calle, me moría de vergüenza
- Hubiera sido épico ver eso
Indigo ya acostado luego de tomar la once y completamente recuperado piensa en todo lo que pasó hasta el momento en que llegó a esa habitación de hotel
- Menos mal que pude entrar sin problemas, sólo notaron que olía a perfume de mujer… ¡qué vergüenza!, traté de sacarme el maquillaje, pero no sé, ojalá tampoco lo hayan notado… no sé si sea buena idea seguir con Yerai...