En una tarde del Viejo Oeste en las épocas de los vaqueros, dónde todo se arreglaba a balazos, robar, extorsión y muchas cosas más, vive William la peor persona que te puedas imaginar.
William es un Vaquero güero, guapo, delgado, alto, con barba de candado y que le gusta el dinero, mejor dicho ama el dinero y no le importa lastimar o mentir para obtenerlo, desde los 13 años empezó su mala vida, empezando a robar para consumir alcohol, luego empezó haciendo secuestros y pedir dinero, ¿En qué se lo gastaba?, en alcohol obviamente, hacia fraudes, asaltos, e igual era un casa recompensas, pero su cabeza igual tenía precio.
Un día como cualquier otro William estaba por asaltar un banco, necesitaba dinero para tomar, sin saber que ya varios casa recompensas estaban esperándolo.
William comenzó su atraco, entro al banco, echo balazos al techo y pidió que nadie se moviera, su plan iba de maravilla, asta que se escuchó otro balazo en lo que el guardaba su dinero, William volteo y vio a 3 vaqueros casa recompensas que venían por el, la cantidad que William robaba en ese banco no era ni el 20% del dinero que dan por su cabeza.
William ya había enfrentado asta a 5 vaqueros juntos por lo que no se espanto, de echo asta comenzó a reír, los mando ala fregada, todos se molestaron, los vaqueros sacaron sus armas y como si de un super humano se tratase William los esquivo, se colocó en una madera para cubrirse, saco su arma, una pequeña pistola de 10 balas, riendo dijo que solo gastaria 3 balas,una para cada quien.
William salto de su escondite, solto 3 balazos y les dió justo en el pecho a los 3 vaqueros, rio y salió del banco, al salir, un montón de balas le dieron en su pecho, William solo sentía como su cuerpo se derrumbaba, como la sangre de su cara y pecho solo recorría su cuerpo, solo escuchaba como la gente se alegraba y echaba balazos al cielo, festejando que William había muerto.
William despertó en un lugar blanco, no se miraba nada.
—Se ve aburrido el cielo —dijo William
–No es el cielo- dijo alguien
William volteo y vio un sujeto todo de blanco, literal nosabía si estaba desnudo, casi no se le miraban sus ojos,por lo que William pregunto..
—¿Y tu eres?—
–¡Soy el dios de la nada!– respondió el dios
—jajaja ¿Un dios?, pues no pareces uno e, no imaginé que dios fuera tan ridículo— dijo William
–soy el dios de la nada, se ignifica que aquellos que no merecen un cielo yo los envío ala nada, un lugar aburrido donde solo tus pensamientos te irán alocando, y eso solo es el principio luego vas a sentir desesperación–repondio el dios con motivo de burla
—¡espera estás diciendo que este es el descanso eterno que esperamos en la muerte!— grito William
–Solo para escorias como tu, las personas buenas van al cielo o a su verdadero descanso– respnoel dios
—¡No! No... Es imposible, se que fui malo pero, enserio tanto para no tener un cielo— dijo William
–obvio– Respondió el dios burlándose
—¿no debe haber algo que pueda hacer?—Dijo William desesperado.
El dios lo observo y pensó, por lo que le respondió.
–tendras una segunda oportunidad, pero no en tu mundo, hay un mundo donde alguien como tú está complicando las cosas, si quieres un cielo entonces este es el trato–
—Si, si hago lo que quieras dime— respondió William alegremente
–Vas a reencarnar en un chico, haré lo posible para que tú nombre sea el mismo, siento que si te queda, en ese mundo las espadas, los arcos y la magia son las armas, nada de que hay ahy lo has visto– dijo el dios
—bien, ¿y a quien voy a matar?— pregunto William
–con el paso del tiempo lo vas a descubrir, y para que veas que soy generoso, puedes llevarte algo de tu anterior vida y yo haré lo posible para que te llegue en tu nueva vida– Dijo el dios
—Eso es fácil de elegir, mi pistola es la que elijo— respondió rápido William
–en este mundo no hay pistolas por lo que recuerda solo tienes 10 balas, bueno eso es todo William suerte–dijo el dios con una sonrisa en su cara
William de la nada cintio que no veía, sintió un pequeño toque y cerró sus ojos, cuando los abrió, lo primero que miro fue a una bella mujer, güerita, con pelo largo y amarillo, la mujer estaba llorando con una sonrisa.
William movió su mano y la míro, era una manita de bebé, de la nada escucho como la mujer dijo
—Hola mi pequeño bebe—.....