Los ojos de Eve Thompson aún estaban un poco rojos, y al oír de nuevo la voz infantil, sintió que su corazón se derretía.
Por un momento, se atragantó con la emoción y contuvo lo que quería decir.
Flynn Darcy notó su estado emocional y miró a su alrededor, sin saber qué había pasado.
Eve finalmente logró hablar, suprimiendo sus emociones:
—Pestoso mocoso, ¿quién te echa de menos? Si no hubieras venido, tu padre y yo hubiéramos estado viviendo felices en nuestro propio mundito.
La voz de Carlos Charlie sonó un poco agravada:
—Woooo, ¿cómo puedes ser así? Te he echado de menos en vano...
Eve rodó los ojos y resistió la sensación agria en su corazón:
—Tan pronto como cierres los ojos y los abras, es ahora, ¿cuánto tiempo puedes echarme de menos?
Carlos no tenía pensamientos después de dormirse.