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El corazón de Anthony Charlie se encogió repentinamente, y escuchó un sonido extremadamente tenue —¡Crack!—.
Rápidamente levantó su pie y vio que el anillo había sido aplastado por él.
La piedra roja del anillo se había caído, separada de la banda del anillo, y el pequeño y delicado circuito en su interior estaba roto, con la banda del anillo también torcida...
Su corazón se llenó de un repentino sentimiento de tristeza y dolor, como si algo hubiera sido arrancado a la fuerza de su cuerpo, y se agachó, mirando fijamente el anillo destrozado, completamente inmóvil.
El anillo estaba roto.
Era como si sus seis años de anhelo se hubieran quebrado junto con ese tenue sonido, como si el pasado lo hubiera alcanzado.
También parecía un recordatorio de la traición de aquella pequeña corneja de hace seis años.
Lentamente bajó la mirada, sus pupilas girando con emociones complejas.
Después de un momento, cuidadosamente recogió las piezas del anillo roto.
