La travesía está comenzando con nuestros amigos caminando a su destino; después de la historia contada por Dante, se dirigen a continuar con su camino y en el camino logran ver una gran ciudad tipo incaica. Ahora, que les esperara.
Nuestros amigos, después de ver esta inmensa ciudad, se esconden rápidamente para discutir lo que harán.
DANTE HERALDI: Ahora, ¿Qué es lo que haremos? ¿Cómo saber si todo este pueblo está en nuestra contra? ¿Qué sugieren hacer, amigos?
QUETZALCÓATL: Umm, saben que vaya MALEKIN a investigar; él es un demonio y esos seres no creo que lo quieran atacar.
MALEKIN: No me opongo a la idea; después de todo, si pasa algo, los llamaré.
REX: Ten cuidado, MALEKIN.
ELENA: Ve con cuidado; nosotros te ayudaremos si pasa algo.
QUETZALCÓATL: Te apoyaremos si es necesario.
Nuestro amigo MALEKIN va a investigar y vemos como en la puerta lo detienen y hablan con él. Después de un tiempo, nuestro amigo MALEKIN regresa y les dice a los chicos que pueden entrar ya que el pueblo es independiente, no sigue a ningún dios. Sin más, nuestros amigos se dirigen al pueblo y vemos cómo son recibidos por un ser con cuerpo humanoide con cabeza de iguana y se presenta.
SEMIHUMANO: Hola, soy el alcalde de este pueblo, me llamo EVY. ¿A qué se debe su visita en este pueblo?
DANTE HERALDI: Hola, EVY, me llamo Dante y estos son mis amigos. Nos dirigimos a ver al dios de la muerte y…
EVY: Espera, quieren ir con él, no sé cuál sea su intención, pero él no les dará el descanso eterno.
MALEKIN: Hola, soy MALEKIN. ¿A qué te refieres? Él da la paz a todos, ¿no?
DANTE HERALDI: Umm, dinos lo que sabes, por favor.
EVY: Miren a su alrededor.
Nuestros amigos dan un vistazo más intensivo al pueblo y ven criaturas de distintas especies como animales, demonios, humanos y semi-humanos que están en esta ciudad; se sorprenden de la variedad de personajes que en esta ciudad se encuentran.
DANTE HERALDI: Esto es increíble, no me había dado cuenta de que esta ciudad es tan variada, pero ¿Qué pasó ? Cuéntame más, por favor.
VOZ MISTERIOSA: Yo les contaré qué pasó en realidad.
De la nada, un humano con un sombrero cono de paja entra en escena, vistiendo un yukata. Lo más curioso es que su cara estaba vendada, solo dejando ver un ojo y portando una katana.
DANTE HERALDI: ¿Y tú eres?
HOMBRE MISTERIOSO: Me llamo ISAMU (勇) y he estado en este lugar por más de 50 mil años. Déjame decirte que no es lo que cuentan; ese supuesto dios no solo no te da el descanso eterno, sino que devora tu alma para él. Déjame contarle mi historia, pero vamos a un lugar mejor. ¿Estás de acuerdo con eso? ¿verdad, EVY?
EVY: Por mí no hay problema, acompáñenos al palacio.
Nuestros amigos se miran las caras y luego asienten con la cabeza y se dirigen al palacio de la ciudad. En el camino se percatan de que todo tiene casas de piedra y hay negocios y las monedas que llevan ellos son comerciables en este lugar. Luego de un rato llegan a un hermoso palacio hecho de rocas y se dirigen a una sala grande donde toman asiento y hablan del tema.
ISAMU: Bien, señores, la verdad, como los veo, no creo que quieran ir al huesudo ese solo por paz. ¿Cuál es su verdadero propósito?
DANTE HERALDI: Eres bastante intuitivo; sí, la verdad es que queremos derrotarlo y escapar de este lugar.
ISAMU: (sorprendido) ¿Eso es posible? Hace tiempo hubiera querido irme de este lugar, pero ya tengo una vida establecida en este lugar; los podría ayudar un poco.
DANTE HERALDI: Nos vendría muy bien tu ayuda. No sabemos qué tan poderoso es él. Es verdad, nos ibas a contar tu historia; podrías decirnos todo, nos vendría muy bien tener más información.
ISAMU: Claro, como se habrán dado cuenta, yo no soy de este lugar.
MALEKIN: Tus ropas no las había visto nunca.
REX: Hola, me llamo REX, y yo sí las vi en unas revistas mientras estaba vivo.
ELENA: Hola, yo me llamo ELENA. Esas son vestiduras japonesas; ¿eres japonés?
ISAMU: Sí, conoces mi país. Qué bien. Lo bueno es que en este lugar conocí a un hombre que me enseñó su idioma, aunque me costó aprender el idioma demoníaco; son símbolos raros, pero sí, soy de Japón. Umm, ¿y quién es él?
Todos miran a Quetzalcóatl, que se había transformado en hombre, y antes de que hablen, el dios interrumpe.
QUETZALCÓATL: A jeje, me llamo HUTE, soy amigo de ellos; también viajo para ver al dios de la muerte.
Dante le susurra al oído de Quetzalcóatl.
DANTE HERALDI: ¿Qué pasó? ¿Por qué te ves así de nuevo?
QUETZALCÓATL: (susurro) Ellos tienen problemas con los dioses, así que mejor dejémoslo así.
DANTE HERALDI: (susurro) Ah, entiendo; bueno, amigo ISUMU, cuéntanos la historia.
ISAMU: Bien verán, como dijo su amiga, yo vengo de Japón, precisamente de la época feudal. Era un samurái y morí en batalla contra los mongoles; habrá sido por el 1200, creo, no me acuerdo bien, era el periodo de KAMAKURA. Lo importante fue que desperté en este lugar de tortura, con unos compañeros atados y torturados por muchos milenios. Irónicamente, usaban nuestras katanas para torturarnos, y un día cualquiera logramos liberarnos. Parece que esos demonios no son tan listos, sin ofender, claro (mirando a Malekin). Luego de eso nos fuimos sin rumbo, escapando de todas las criaturas que nos querían comer. Habrán pasado incontables años a mi parecer y descubrimos una entrada que decía El Mictlán; aquí descubrimos que no era nuestra cultura. Sin más, solo seguimos con el tiempo; nos fuimos fortaleciendo en este mundo; ya no éramos débiles y logramos superar todas las pruebas. Reunimos muchos aliados en el camino para llegar al rey de todos los muertos; sin embargo, grande fue nuestra sorpresa al poder llegar al final. El monstruo, ese conocido como dios, en vez de darnos un sermón para descansar en paz por fin, nos dijo la verdad; él dijo que íbamos a servir como comida para fortalecerlo y poder ascender.
Todos en la sala quedan impactados.
QUETZALCÓATL: ¿¡Qué?! Pero eso es imposible, él tiene que darle paz a los muertos. ¿A qué se refiere con ascender?
DANTE HERALDI: Cálmate, QUETZ… digo HUTE, es verdad, las leyendas dicen que él da descanso a los muertos, ¿Qué es todo esto?
ISAMU: Tienes razón, escuché eso de muchas personas a las cuales nos encontramos y ayudamos a avanzar, pero nada más alejado de la verdad. Después de llegar al final, peleamos contra él para tratar de buscar otra opción. Después de pasar muchas pruebas, estábamos completamente decepcionados. Mientras peleábamos, no paraba de repetir "ascensión" y al final solo nos quedó retroceder. Mientras huíamos, varios de mis camaradas murieron siendo devorados por el dios, volviéndose más fuertes. Al final, lanzó una especie de fuego negro que me quemó el rostro; por eso estoy vendado. La sanación de este reino que me da cada día no puede curar en su totalidad esta herida; ya pasó mucho tiempo y solo se ha curado poco. Sus ataques de ese monstruo son especiales.
MALEKIN: Esto es impresionante, qué desperdicio para ustedes descubrir todo esto al final de su viaje.
ISAMU: Sí, fue un gran golpe, logré escapar a duras penas y me establecí en este lugar. En ese tiempo el lugar no era tan grande y maté al guardián de este lugar, que era un guerrero jaguar, pero cada día aparecía un guerrero nuevo y la rutina empezó. Con ellos alcancé un nivel de poder más grande del que tenía y un día el terreno donde me encontraba se hizo inmensamente grande como hoy en día y apareció del cielo un dios. Lo recuerdo bien: las nubes rojas se abrieron y bajó un dios proclamándome la guerra por todos los jaguares que maté. Luché contra ese dios y logré alejarlo de este lugar. No tengo idea de cuánto tiempo peleé con él y sus lacayos, pero del hambre me comí a los jaguares, obteniendo más poder en el proceso. Luego el dios se alejó de mí y otro día me encontré con un humano que venía a hacer lo mismo que yo en el pasado: buscar la paz, pero lo detuve y difícilmente le expliqué lo sucedido con dibujos, marcándolos en la tierra con un palo, por la barrera del idioma. Luego se me ocurrió que si armara una ciudad para cuidar a los futuros muertos que vengan, los podría detener para no darle más poder y algún día vengarme de él, pero como no sabía nada de construcción, ya que solo era un peleador, le expliqué mi idea al otro humano e inspirado por mi idea, decidió ayudarme. Nos llevó tiempo, pero ambos aprendimos nuestro idioma y podíamos comunicarnos mejor. Resulta que él era un constructor inca y por eso la ciudad se ve así; a mí no me gustaba, pero me daba igual. Luego, como verán, fueron viniendo muchas personas y animales y miles de seres, y los fuimos instalando en este lugar; luego aprendimos diferentes idiomas y nos fuimos comunicando mejor. Con el tiempo, mi amigo murió; fue asesinado por uno de los jaguares que venían de vez en cuando. Logramos armar la ciudad gracias a un comerciante misterioso.
DANTE HERALDI: Oye, MALEKIN, a propósito tú, porque sabes mi idioma.
MALEKIN: Recuerda, soy mitad demonio y tengo la capacidad de entender todos los idiomas.
DANTE HERALDI: HAAAA.
ISAMU: Con el tiempo descubrimos que teníamos varias especies de poderes y fue más fácil aprender los idiomas, y verán que el resto es historia; ese dios que bajó del cielo no ha aparecido en mucho tiempo por este lugar.
QUETZALCÓATL: Y ese sujeto que dices, ¿Cómo era?
ISAMU: Umm, a ver, déjame acordarme, hace mucho tiempo que no vine. Así, él tenía vestimentas como las tuyas, y tenía una pierda hecha de piedra.
QUETZALCÓATL: Sin lugar a duda, ese es el TEZCATLIPOCA.
ISAMU: ¿Quién es él?
DANTE HERALDI: un dios.
QUETZALCÓATL: Al igual que yo.
ISAMU: (sorprendido y molesto) ¿Qué dijiste?
Rápidamente, ISUMU salta de su asiento y desenvaina su katana, alistándose para pelear.
DANTE HERALDI: Espera, él no es malo, es un dios que nos ayudó a venir hasta aquí y también quiere derrotar al dios de la muerte.
QUETZALCÓATL: Lo que dice DANTE es verdad, mi intención es derrotar y saber la verdad de algunas cosas. Parece que, a pesar de ser un dios, desconozco algunas cosas y quiero averiguarlo.
REX: Confía en ella, es buena.
ELENA: Señor ISUMU, ella es buena.
ISAMU: (guarda su katana) ¿A qué te refieres? Ella, si es hombre.
QUETZALCÓATL: Déjame presentarme correctamente, mi nombre es Quetzalcóatl (se transforma en mujer) y soy un dios.
ISAMU: Es increíble que una mujer sea un dios; veo que no tienes tanto poder.
QUETZALCÓATL: La verdad, en esta forma soy más fuerte, pero si te incomoda, puedo volver a ser hombre.
ISUMU: No es necesario; en mi tiempo las mujeres también pelaban, así que confiaré en ti. Ustedes las mujeres son muy importantes en el ciclo de la vida. Disculpa si te ofendí.
QUETZALCÓATL: Ju, no hay problema, todo lo que has dicho me parece interesante. No sé qué busca mi hermano con todo esto, pero tenemos que detenerlo.
ISAMU: Tu hermano, jaja, en toda historia siempre hay una traición, y lo peor de la traición es que no viene de un enemigo. Me parece bien, les ayudaré con esto. Hay que prepararse. ¿Les parece que en unos días salgamos? Tengo que gestionar la ciudad con el alcalde, ya que yo soy el protector de esta ciudad; no puedo irme así nomás.
DANTE HERALDI: Me parece muy bien.
Nuestros amigos se despiden y van a buscar una posada. En el camino ven que hay tiendas y logran encontrar posadas. Luego encuentran un gremio del lugar y pueden hacer misiones, las cuales son de caza de animales raros y matar ciertas criaturas sobrenaturales del bosque, y así van acumulando oro.
Ya han pasado varias semanas y REX y DANTE están paseando por las calles y, en una de sus caminatas por la ciudad, casi a la salida, encuentran una tienda llamativa y muy peculiar y dentro de ella encuentran a MORS y se acercan a preguntar.
DANTE HERALDI: Que rayos… ¿Cómo es que estás aquí?
MORS: Hola, pequeños mortales, ¿Cómo están el día de hoy? jajaja, hoy les traigo algo novedoso; ¿quieren ver mis productos?
REX: Hola, MORS.
DANTE HERALDI: Oye, no evadas mi pregunta. ¿Cómo llegaste aquí?
MORS: No seas aguafiestas; yo vengo cuando huelo oro, y tú, amigo mío, creo que tienes mucho actualmente.
DANTE HERALDI: Me estás espiando; ¿Cómo sabes que conseguí mucho oro?
MORS: Tengo mejores cosas que hacer para espiarte; yo soy omnipresente, lo olvidas, yo estoy en todos lados, por algo soy la muerte.
Por azares del destino hace aparición ISUMU.
ISAMU: Hola, señor DANTE, veo que conoce a nuestro comerciante más capas.
DANTE HERALDI: ISUMU, ¿conoces a este tipo?
ISAMU: Claro, lo conozco, no les dije en mi historia hace muchos años; él nos ayudó a construir esta ciudad.
DANTE HERALDI: Aaa, a eso te referías con comerciante misterioso, umm, (mira raro a Mors) No eres la muerte que haces salvando gente.
MORS: Oye, todos tienen un pasatiempo; ¿crees que no me aburro de recoger almas? También tengo vida; puff… jajaja, qué ironía.
REX: Qué gracioso se ha vuelto, señor Mors.
DANTE HERALDI: Sí, muy gracioso; amigo ISUMU, pues no sé si te lo dijo, pero él es la mismísima muerte en persona.
ISAMU: Esto es verdad. MORS, creí que me dijiste todo cuando nos conocimos.
MORS: Vamos, no le des tantas vueltas; después de todo te ayudé con esta ciudad.
ISAMU: Bueno, en eso tiene razón.
DANTE HERALDI: (suspiro) Bien, ¿Qué te trae por aquí, ISUMU?
ISAMU: Es verdad, los preparativos ya están listos. He oído que has logrado grandes cosas en el gremio y queremos empezar ya con la misión de acabar con el dios de la muerte. Acércate al palacio cuando puedas. Nos vemos.
DANTE HERALDI: Okey, bien, MORS, ahora qué es lo que traes.
MORS: Bien, traje más pociones de salvavidas y de maná, 1 de cada 1 para ser más exactos.
REX: Eso nomás esta vez sí está algo vago, amigo.
DANTE HERALDI: El perro tiene razón, vamos, no creo que solo por eso te hayas aparecido; dame algo bueno.
MORS: Tranquilo, a eso voy, mira esto.
Mors saca de su bolsillo una bola muy brillante de color rojizo con algunas líneas negras.
MORS: Contempla "la piedra del alma"; con esta cosa podrías extraer el arma que te oculta el bastardo que tienes dentro. Funciona liberando las cosas atadas a tu ser que estén ocultas y me imaginaba que él ocultó un arma dentro de ti, ¿no es verdad?
Dante hace memoria y se acuerda un poco de la pelea que tuvo con MAMMON cuando el ser malvado sacó la "espada abizal".
DANTE HERALDI: Es verdad, esa espada... ¿Con esto podría liberarla? Umm (entrecierra los ojos). Ahora, ¿Cuánto cuesta eso, MORS?
MORS: Mil monedas de oro, jeje, barato para ti, amigo mío.
DANTE HERALDI: (suspira) No crees que te pasasteis un poquito.
MORS: Vamos, es una espada legendaria, por favor, ¿mil de oro no vale la pena gastar?
DANTE HERALDI: Bien, solo porque no quiero discutir. Toma, dame esa cosa. Por si acaso, ¿puedes mejorar mi espada?
MORS: Lo siento, pero esta vez solo tengo esto; no creas que fue fácil conseguirla, ese anciano no quería soltarla así nada más.
REX: ¿Qué anciano?
MORS: Un antiguo amigo mío, Fausto, creo que se llama.
DANTE HERALDI: ¡El anciano!
REX: ¡El anciano!
MORS: Lo conocían, umm, ahora que lo pienso, en cuanto le dije que era para un chico muy capas, sonrió y me dejó ir con esa bola.
DANTE HERALDI: Le debo otra a ese anciano; ojalá lo vuelva a ver algún día.
MORS: Saben, él es prácticamente un verdadero dios.
DANTE HERALDI: ¿A qué te refieres con verdadero dios?
MORS: Ya hablé mucho; más adelante, si los vuelvo a encontrar, se los diré. Ya tiene casi el poder necesario para tener este conocimiento; esa cosa solo te la tragas cuando estés listo y la espada aparecerá. Concéntrate en su nombre y forma si puedes. Ahora, lárguense.
Mors les entrega las cosas y proceden a retirarse; caminando rápido se dirigen al palacio y, en el camino, Dante se pone a pensar en lo que dijo Mors de los verdaderos dioses. Ya no dándole más vueltas al asunto, decide olvidarlo por el momento. Unos metros más tarde llegan al palacio y se encuentran con MALEKIN, QUETZALCÓATL, ELENA y van al salón de reuniones juntándose con ISUMU, EVY y unos cuantos guerreros de diferentes especies.
EVY: Bien, muchachos, ya hemos hecho trabajo de campo, averiguando dónde está el castillo de TEZCATLIPOCA; está hacia el sur a unos kilómetros de este lugar y nos informan que unos metros más atrás del castillo está la salida que ustedes están buscando, señor DANTE.
DANTE HERALDI: Gracias por averiguar todo eso; ahora, ¿Cuál es el plan a seguir?
ISAMU: Es simple invadir y matar a ese dios maldito.
QUETZALCÓATL: Suena fácil, pero no se equivoquen con él, ese dios es muy fuerte y yo actualmente no estoy con todo mi poder; ese maldito me ha sellado algunos de mis poderes, no estoy en completa forma.
MALEKIN: Descuida, te apoyaremos. Hemos estado entrenando en estas semanas que hemos estado aquí, ¿verdad, ELENA?
ELENA: Claro, no te preocupes.
QUETZALCÓATL: Gracias, chicos.
EVY: Bueno, sin más, solo nos toca ir de frente. No creo que tengan muchos guerreros jaguares para pelear con nosotros y además…
De un momento a otro entra un soldado.
SOLDADO: Mi señor, disculpe las molestias, pero tengo noticias urgentes.
EVY: Habla rápido.
SOLDADO: Nos informan que al sur de este lugar aproximadamente un millón de soldados jaguares están a unos metros de aquí y calculamos que nos atacarán en una hora.
Todos en la sala quedan sorprendidos. Rápidamente, DANTE salta por la ventana y usa su habilidad de "levitación", que actualmente le permite volar por una hora, y sale con todo a las puertas de la ciudad y se posa en la parte más alta de la puerta y logra ver a lo lejos una inmensa alfombra de hombres jaguares y a lo lejos un gran hombre con una pierna de piedra y vestiduras propias de un dios maya comandando las tropas. Vemos cómo DANTE sostiene con fuerza "la piedra del alma" en su mano derecha, apretándola, sabiendo que la tendrá que usar más temprano de lo que esperaba .
Ahora que la guerra está cerca, ¿Qué les pasará a nuestros amigos? ¿Cómo se desarrollará esta gran guerra? Muy pronto lo sabremos; una pelea a gran escala está a punto de comenzar.
próximo capitulo el 19 de enero.