NOTA 1: Todos los derechos de la serie Neón Génesis Evangelion pertenecen a Gainax/Khara, o a aquellos quienes les sucedan legalmente en el futuro. Esta historia fue escrita sin fines de lucro, solo como medio de esparcimiento. No me demanden.
NOTA 2: Este capítulo contiene escenas de tipo LEMON (descripciones explicitas de contenido sexual) por lo que no es apto para menores de 18 años.
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Asuka estaba recostada boca abajo en su cama, cubriendo su cabeza con una almohada. Estaba furiosa. ¡No! Estaba condenadamente furiosa. Shinji, ese condenado hijo de su madre, la había humillado como nunca antes en su vida. Primero en la escuela, donde el muy desgraciado se metió a los vestidores lanzándose al suelo para poder mirarle entre las piernas; y para rematar, ahora se bajó los pantalones y le mostró su… su… grande, erecto, palpitante y tentador pene.
— ¿¿TENTADOR?? — se preguntó la pelirroja, totalmente pasmada — ¡¡Scheisse!! — gritó con rabia, dando varios puñetazos contra la cama.
¿Cómo podía pensar que ese pedazo de carne podía ser tentador? Era algo totalmente asqueroso… erecto… y grande.
— ¡¡Sheisse!! — gritó otra vez, agarrando nuevamente a puñetazos su cama.
¿Qué demonios le estaba pasando? ¿Cómo podía pensar así respecto a ese maldito degenerado? Está bien pensar eso de Kaji. Él es un hombre hecho y derecho, interesante y atractivo, pero Shinji es… es… ¡¡UN IDIOTA!!
Idiota y todo, el muy desgraciado había logrado impresionarla. En honor a la verdad, nunca imaginó que estuviera tan bien equipado; y para ser honestas, fue ella la que le bajó los pantalones. Tampoco podía negar que fue una vista muy interesante. El ver como ese fláccido pedazo de carne se erguía ante sus ojos fue realmente impresionante, sobre todo al ver el porte que alcanzaba.
Por más que trató, Asuka no pudo sacar de su mente la visión del pene de Shinji creciendo a su máxima expresión frente a sus ojos. La imagen se repetía una y otra vez. Asuka no supo cuándo, pero en algún momento comenzó a preguntarse cómo se sentiría tener ese simiente de carne entre sus piernas, y sentirlo entrar hasta lo más profundo de ella. Sí, sería algo increíble, hasta podía jurar que lo sentía entrando y saliendo de ella, deslizándose con suavidad en su interior por acción se sus fluidos, que manaban de ella producto de su excitación. Era una sensación grandiosa, algo que la hacía alucinar hasta el punto de volverla loca.
— Aaahh, Shinji… tú, pervertido… aaahhh... — decía Asuka, entre jadeos, hasta que repentinamente fue invadida por un potente orgasmo, que la hizo retorcerse sobre la cama, mientras usaba una mano para cubrir su boca y evitar que sus gemidos fueran escuchados por Misato.
Luego de un tiempo, Asuka pudo finalmente recuperar el aliento y calmarse lo suficiente como para asimilar lo que había pasado. No había que ser muy inteligente para darse cuenta de que se había corrido, pero… ¿cómo? Fue entonces que la pelirroja se dio cuenta de un hecho muy importante. Los dedos de su mano derecha aún estaban dentro de ella.
— ¿¿Qué demonios?? — se preguntó la pelirroja, sentándose de golpe en la cama y sacando con horror sus dedos desde dentro de su intimidad.
La pelirroja estaba en estado de shock mirando los dedos de su mano derecha, que estaban untados en sus propios fluidos resultantes de su profunda excitación. ¿En qué momento había pasado esto? ¿Cómo fue que llegó a masturbarse sin darse cuenta? Y lo peor de todo es que se había masturbado pensando en…
— ¿Me masturbé pensando en Shinji? — se preguntó Asuka totalmente consternada, recordando además, que no solo se había masturbado pensando en Shinji, también se había corrido pensando en él — ¡¡NO LO CONSIENTO!!
Una furibunda pelirroja se levantó de un salto de la cama y fue directo al cuarto de Shinji, para matar a patadas a la causa de todos sus males, pero no lo encontró. Frustrada, hizo lo único que le quedaba por hacer; emprenderla contra las inocentes cosas de Shinji, por lo que el cuarto quedó peor que una zona de guerra. Luego de calmar un poco su rabia, Asuka fue al baño para tomar una larga ducha, ya que de alguna forma se sentía manchada y sucia. Esperaba que con ese acto pudiera purificarse, mientras lanzaba todos los epítetos descalificadores que se le ocurrían en contra de Shinji y su grande, gordo y erecto…
— ¡¡Scheisse!! — gritó nuevamente Asuka, dándole un fuerte puñetazo a la pared.
El golpe que dio fue tan fuerte, que la pelirroja casi se rompió la mano y estuvo aullando y saltando de dolor de un lado a otra, hasta que puso su lastimada mano bajo un chorro de agua helada en el lavamanos. Todo eso, mientras seguía maldiciendo a Shinji y su grande, gordo y erecto…
Asuka siguió regañando durante todo el transcurso de su baño. Muy a su pesar, nunca pudo alejar de su mente a Shinji y su grande, gordo y erecto… se entiende.
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Misato, ya más recuperada de su corrida, sintió el portazo en el baño y como luego corría el agua en la ducha. Supuso que era Asuka, después de todo solo estaban ellas dos en casa. Se levantó y terminó de quitarse las bragas y se limpió con ellas los restos de lubricación que quedaban entre sus piernas, antes de lanzarlas a un lado con el resto de la ropa sucia. Se quitó su ropa de trabajo y se puso una polera y unos vaqueros desteñidos y fue a lavarse la cara y las manos al lavaplatos de la cocina.
Ya aseada y sentada ante la mesa con una cerveza en las manos, Misato comenzó a analizar los últimos acontecimientos, donde Asuka casi le vuela el pene a Shinji de un palmetazo y donde ella; aún sin saber cómo, terminó masturbando a Shinji hasta hacerlo acabar. Lo único bueno de todo esto, es que al parecer Asuka no se había enterado de esto último al estar encerrada en su cuarto. En eso la pelirroja salió del baño con cara de no muy buenos amigos.
— Asuka, sobre lo de antes… — intentó decir Misato.
— No quiero hablar de eso — dijo Asuka, cortante — ¡¡Y no es lo que parece!!
— Ya lo sé. Shinji me lo explicó antes de… salir corriendo del departamento — dijo Misato con un leve sonrojo en las mejillas, que pasó totalmente desapercibido para la pelirroja, ya que estaba más centrada en su enojo.
— Por mí que no regrese — dijo finalmente la pelirroja con desprecio, y fue a encerrarse en su cuarto de un fuerte portazo.
Misato suspiró pesadamente y se dejó caer desparramándose sobre la mesa, pensando que Shinji la iba a tener muy difícil para arreglar las cosas con Asuka. De hecho, tan difícil como le sería a ella misma arreglar las cosas con él.
— Shinji… ¿Qué voy a hacer ahora? ¿Cómo voy a poder hablarte después de esto? Pero fue divertido. ¿Me harás tú el favor a mi alguna vez? — se preguntó Misato con una sonrisa soñadora, imaginando los dedos de Shinji trabajando en su entrepierna — ¿¿PERO QUÉ DEMONIOS ESTOY PENSANDO??
Al escuchar ese potente grito, Asuka se asomó a ver que rayos le pasaba ahora a su loca tutora. Encontró a Misato dándose de cabezazos contra la mesa. Rodó los ojos y volvió a meterse a su cuarto.
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Shinji salió del baño luego de tomar una ducha, vistiendo unos pantalones cortos y una polera rosa con estampados de flores. Era algo bastante afeminado para su gusto, pero no tenía más opciones aquí; después de todo, era preferible eso a andar desnudo por la vida.
— Ven Shinji, preparé algo caliente— dijo Maya, sentada en un sillón de la sala ante la mesita de centro con café, un plato con galletas.
Shinji caminó tímidamente hasta sentarse junto a Maya en el sillón. Luego de unos segundos de duda, tomó una taza de café y dio un par de sorbos, mientras que su mente rememoraba los acontecimientos que lo habían arrastrado a esta situación.
// FLASHBACK //
— Entonces… ¿ella me masturbó? — se preguntó Shinji en estado de shock, aún sin poder creérselo.
— Que no daría yo porque "ella" me masturbara — dijo una chica con voz soñadora, sentada en una banca junto a donde estaba parado Shinji, tan ensimismada en sus pensamientos, que ni se dio cuenta de lo que acaba de decir.
— ¿Ella? — preguntó un sorprendido Shinji a nadie en particular, al ser sacado tan repentinamente de su tren de pensamientos.
— Sí, la doctora Akagi.
— ¿Akagi? ¿Ritsuko Akagi? — preguntó Shinji, dando un par de pestañadas de sorpresa.
— Ella misma.
Luego de ese intercambió por inercia, las dos personas se dieron cuenta de lo que había habían dicho y se miraron fijamente a los ojos.
— ¿Shinji?
— ¿Maya?
Ambos se quedaron viendo totalmente sorprendidos y con los ojos desorbitados. Estaban como congelados en su lugar sin atinar a decir una sola palabra. Justo en ese momento comenzó a caer una repentina lluvia que fue empapándolos lentamente, mientras ellos seguían ahí de pie sin moverse. Finalmente fue Shinji el que rompió el prolongado silencio.
— Maya… tú… no sabía que fueras lesbiana — comentó, consternado.
— ¡¡No soy lesbiana!! — rugió Maya, haciendo saltar de susto al Tercer Elegido — Bueno… eso creo — añadió la joven mujer, recuperando su habitual timidez.
— Sí, lo que tú digas — dijo Shinji, visiblemente apenado.
Ambos se quedaron ahí bajo la lluvia por varios segundos más sin atinar a nada, hasta que finalmente Maya decidió salir del punto muerto en el que estaban.
— Bueno, está lloviendo. Creo… creo que mejor me voy a casa — dijo la mujer poniéndose de pie para emprender la retirada, pero se detuvo sabiendo que había algo que hacer primero. Levantó la mirada y contemplo al joven Piloto EVA — Shinji, sobre lo que acabamos de hablamos… ¿podría quedar entre nosotros? — preguntó con nerviosismo.
Shinji se sonrojó al recordar el intercambio que tuvieron sin querer, teniendo muy claro lo complicado que sería para Maya si se supiera lo que descubrió de ella.
— Descuida. No le diré a nadie. Confía en mí. Mis labios están sellados — respondió Shinji con una sonrisa tranquilizadora.
— Gracias — dijo Maya de todo corazón. Conocía a Shinji lo suficiente como para saber que efectivamente sería discreto. Iba a dar la vuelta para retirarse a su casa, pero se percató de que Shinji no hacía el menor amago de moverse — ¿No vas a volver a casa? Está lloviendo, estás mojado y la Mayor Katsuragi se preocupará cuando regrese a casa y no te encuentre ahí.
Shinji se tensó ante esa declaración de la joven mujer. Bajó la cabeza y apretó los labios.
— No puedo volver a casa. No ahora… no después que ella… — intentó decir el joven Piloto EVA pero las palabras murieron en su boca.
Maya contempló a Shinji por unos segundos. Estaba de pie bajo la lluvia totalmente empapado, apenas notando el agua que caía sobre él, visiblemente decaído. Fue entonces recordó sus palabras de hace unos momentos y lo comprendió.
— ¡Fue ella! La Mayor Katsuragi. Ella… ella fue la que te masturbó. ¿Verdad?
Shinji miró a Maya con sorpresa y a la vez con la vergüenza pintada en el rostro. Maya sonrió gentilmente y se acercó al avergonzado joven, pasando un brazo por sobre sus hombros.
— Parece que no soy la única con problemas existenciales por aquí — dijo Maya con una de sus usuales sonrisas — ¿Quieres ir a mi departamento? Te ofrezco una ducha caliente, ropa seca y un hombro donde llorar tus penas… y tal vez luego puedas prestarme tu hombro a mí.
Shinji miró a Maya unos momentos y le devolvió una sonrisa por respuesta. La joven mujer, interpretando el gesto como de aprobación, comenzó a caminar guiando a Shinji a su departamento.
//FIN DEL FLASHBACK//
La pareja estaba sentada uno al lado del otro en el sillón. Llevaban varios minutos ahí sin decir una sola palabra, solo miraban fijamente sus respectivas tazas de café, mientras daban algunos sorbos y comían algunas galletas en forma casi ausente. La verdad es que ambos estaban deseosos por hablar, pero ninguno se atrevía a comenzar, hasta que Maya dio un largo suspiro, dejó su ahora vacía taza de café sobre la mesita de centro y miró fijamente a Shinji.
— Bien. ¿Quién comienza? ¿El masturbado o la aspirante a lesbiana? — preguntó la mujer.
Shinji miró a Maya con los ojos como platos, sonrojado hasta el infinito y la boca a abierta colgando hasta el suelo. Permaneció ahí congelado por unos segundos, hasta que estalló en una sonora carcajada. Maya miró al joven Piloto EVA y se unió a él, riéndose de la idiotez que acabada de decir.
Luego de reírse hasta que finalmente se hubieron calmado, Shinji se sintió relajado por primera vez en mucho tiempo. Desde lo ocurrido la tarde pasada y noche anterior vivía en estrés constante. Por otro lado y por alguna razón, se sentía en confianza en presencia de Maya, así que no encontró ninguna razón para no hablar. Suspiró
— El masturbado hablará primero — dijo finalmente Shinji con un sonrojo en las mejillas, dejando sobre la mesita de centro su también vacía taza de café.
— Te escucho — dijo Maya, mirándolo con interés.
Shinji dio un largo y profundo suspiro antes de comenzar a relatar su alocada y bizarra historia con Misato. No se guardó nada, por más vergonzoso que fuera. Lo contó todo.
Relató cómo Misato lo había sorprendido masturbándose al ingresar de improviso a su cuarto; omitiendo su fantasía por razones obvias. Haciendo una mueca, explicó cómo había atinado en la cara de su tutora con su corrida; cosa que dejó a Maya con la boca abierta. Después le contó que cuando fue a disculparse en mitad de la noche, fue él quien encontró a Misato masturbándose y, lo más bizarro de todo eso; que fue ella la que ahora se había corrido en su cara. Maya estaba a medio camino entre la sorpresa y la risa.
Maya aún no se recuperaba de esa estrambótica confesión, cuando Shinji le contó sobre su accidente con Rei en la escuela, el agarrón accidental a las tetas de la profesora Tendo y el encuentro con Asuka en los vestidores; cosa que hizo a Maya reír hasta las lágrimas. Finalmente terminó le relato con el segundo accidente con Asuka y la masturbación que le dio Misato.
Para estas alturas, Maya estaba tan entretenida con las desventuras de Shinji, que rió a carcajadas por largos minutos, revolcándose en el sillón mientras pataleaba en el aire sin control.
— ¿Terminaste? — preguntó Shinji en forma odiosa, luego de esperar pacientemente a que Maya dejara de reírse de él.
— Perdón. Es que es muy divertido — dijo Maya, limpiándose una lágrima de un ojo.
— Yo no le encuentro la gracia — dijo Shinji haciendo un puchero.
— Bueno, al menos has tenido algo de división entre toda esa locura. Hasta le viste el coño a la Mayor Katsuragi; incluso pudiste saborearla — dijo Maya, arrancando un feroz sonrojo de Shinji.
— N-No llamaría a todo eso "diversión". Asuka casi me lo voló de un palmetazo. De solo recordarlo comienza a dolerme otra vez — dijo el sonrojado y avergonzado Piloto EVA, tratando de apartar los candentes recuerdos de Misato de su mente.
— Pero ese "masaje" que te dio la Mayor Katsuragi seguro alivió tu dolor — comentó Maya con una sonrisa divertida, pero se encontró con el rostro de Shinji repentinamente serio, como si estuviera analizando esas últimas palabras.
Maya estrechó los ojos y al analizar sus palabras, no dejó de sentirse sorprendida. Si bien es conocido por todos el carácter alocado de la Mayor Katsuragi y su gusto desmedido por el alcohol, de ahí a masturbar a Shinji, hay un largo trecho. Arrugó el entrecejo.
— ¿Por qué crees que ella haría eso? Masturbarte, quiero decir — se atrevió a pregunto Maya luego de unos segundos.
— No lo sé — respondió Shinji sonrojado, pero estrechando la mirada.
— Es difícil saber lo que pasaba por la mente de la Mayor Katsuragi en ese momento. Tal vez el que la viste masturbándose la noche anterior tuvo algo que ver — razonó Maya.
— Tal vez — dijo Shinji casi por inercia, aún más sonrojado.
Pasaron unos segundos mientras ambos se perdían en sus pensamientos, hasta que Maya abrió grande los ojos y miró seriamente a Shinjii.
— Se me acaba de ocurrir una idea loca — dijo ella.
— ¿Eh? — dijo Shinji, sacado de sus pensamientos.
— ¿Qué tal si a la Mayor Katsuragi le gustó lo que pasó la otra noche y quiere algo más? O tal vez gracias a eso se dio cuenta de que siente algo por ti.
— ¿¿De dónde sacaste eso?? — rugió Shinji, furiosamente rojo.
— Es solo una idea, no tienes para que alterarte tanto — dijo Maya a la defensiva, antes de darle una mirada de repentina comprensión al Tercer Elegido — No lo puedo creer. Shinji… ¿Te gusta la Mayor Katsuragi?
— ¡Claro que no! — estalló Shinji.
— Pues a mí esa reacción me dice todo lo contrario. No imaginaba que te gustaran las mujeres mayores — comentó Maya con una sonrisa divertida.
— ¡Dije que no! — estalló Shinji otra vez.
— ¿Seguro? — preguntó Maya levantando una ceja.
Shinji no supo qué responder a eso, solo aumentó su sonrojo a un nivel fosforescente.
— Interpretaré tu silencio — dijo Maya triunfante.
El Tercer Elegido dio un suspiro de resignación.
— Realmente no sé lo que siento. Todo esto ha pasado muy rápido — reconoció finalmente Shinji.
— Bien, yo no soy una experta en estos temas, pero te recomiendo que midas cuidadosamente tus pasos a partir de ahora. También sería bueno que hables con la Mayor Katsuragi. Tienen que aclarar todos esos malos entendidos — razonó Maya.
— Es fácil para ti decirlo — se quejó un decaído Shinji.
— Vamos. Arriba el ánimo — dijo Maya, dándole unas palmaditas en la espalda al joven sentado junto a ella — Míralo por el lado positivo. Tuviste el privilegio de observar a una hermosa mujer mientras se masturbaba, y luego ella te masturbó a ti. Sin contar con la vista privilegiada que tomaste del coño de Asuka. No cualquiera puede jactarse de algo así.
— Sí, bien; supongo — dijo Shinji con una media sonrisa, un poco más animado al ver las cosas bajo un prisma diferente — ¿Y qué hay de ti? ¿En verdad te gusta la doctora Akagi?
Maya perdió un poco de su alegría ante la mención de su amor platónico. Hizo una mueca ya que había llegado su turno de sincerarse. Dio un profundo suspiro antes de responder.
— Sí, me gusta… me gusta mucho... tal vez demasiado — reconoció.
— ¿Ella lo sabe? — preguntó Shinji con genuina curiosidad.
— No. Lo mío hasta ahora ha sido totalmente platónico — reconoció con pena la joven mujer.
— ¿Hasta ahora? — preguntó Shinji levantando una ceja.
— ¡Oye! Que no me ha pasado nada como lo tuyo — se quejó Maya — Por desgracia — masculló.
— ¿Por desgracia? — preguntó el joven Piloto EVA con una leve sonrisa divertida.
Maya rodó los ojos y dio un pequeño bufido.
— Está bien, escucha — dijo la mujer y se aclaró la garganta antes de hablar.
Maya comenzó su relato contándole a Shinji desde que conoció a Ritsuko Akagi y cómo toda su admiración por esa gran científica, se fue transformando paulatinamente en un sentimiento del que aún no estaba muy segura; aunque suponía que era amor. Sin olvidar los fuertes deseos que tenía de poseer a esa mujer que le quitaba el sueño.
Shinji escuchó el relato de Maya pacientemente, y totalmente sorprendido por lo que le revelaba esa mujer que siempre había mirado con simpatía. Pese a no conocerla fuera de sus interacciones de trabajo, ahora estaba en su departamento, vistiendo su ropa y escuchando su más íntimo secreto. Esto era algo que nunca se hubiera esperado, pero curiosamente se sentía bien, como si compartir entre ellos estos íntimos secretos estuviera bien; de alguna forma.
Fue en este momento en que una sonrojada Maya finalizó su historia, guardando un prolongado silencio, esperando una reacción de Shinji.
— ¿Y bien? — insistió Maya, al no obtener respuesta.
— Bueno; realmente no sé qué decir. Me tomaste por sorpresa con todo esto — dijo Shinji, aun tratando de asimilar el sorprendente relato de Maya — ¿Entonces no eres lesbiana? — preguntó.
— ¡¡Ya te dije que no!! — estalló Maya, antes de bajar la mirada — O eso es lo que creo al menos. Es complicado. Nunca antes había sentido algo así por otra mujer.
— Sí, imagino que debe ser complicado. Y yo pensé que lo mío era difícil — comentó Shinji haciendo un mueca — ¿Qué vas a hacer?
— Aún no lo sé. Pero no puedo seguir así para siempre. Está claro que lo que siento por ella es más que una simple calentura — razonó Maya.
— Sí, bien, respecto a eso; trataría de que Misato no se entere de lo que pasó entre tú y Kaji —dijo Shinji con una mirada seria.
— Definitivamente — dijo Maya, con un escalofrío recorriendo su espalda de solo pensar lo que le haría la Mayor Katsuragi si se llegara a enterar de eso.
Ambos dieron un suspiro de cansancio y guardaron silencio por unos segundos.
— Somos patéticos. ¿Verdad? — preguntó Maya, derrotada.
— Totalmente — concordó Shinji en un estado similar.
— ¡¡Ya sé!! — dijo Maya de pronto, poniéndose de pie de un salto y corriendo hasta la cocina, para regresar luego con una botella de vino y dos copas — Nada mejor que una copa de vino para pasar las penas.
— Pe-pero yo soy menor de edad — dijo un espantado Shinji.
— Si tú no le dices a nadie, yo tampoco. Además mañana no tienes que ir a la escuela — dijo Maya, sirviendo las copas.
Shinji miró el contenido de la copa frente a él por unos momentos, antes de decidirse.
— De acuerdo — dijo tomando la copa. Lo pensó por unos segundos y con el rostro sonrojado y una sonrisa nerviosa, se atrevió a levantar la copa para un brindis — Por la aspirante a lesbiana.
Maya se sorprendió por el atrevimiento de Shinji con ese brindis, pero después de todo lo que ambos habían confesado de sus vidas privadas, la verdad sería una mojigata si se enojara por eso.
— Por el masturbado — dijo Maya con una sonrisa divertida, levantando su copa y chocándola con la copa de Shinji en un brindis, para luego empinarla y darla de baja de un solo trago — Aaaahh, necesitaba esto.
— Coff, coff, está fuerte — dijo Shinji.
— Esa es la idea. ¿Quieres otro? — preguntó Maya tomando la botella de vino.
— Supongo — respondió Shinji no muy seguro.
— ¿Supones? — preguntó Maya levantando una ceja.
— Está bien. Otro.
— ¡¡Ese es el espíritu!!
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Misato miró el vacío y destrozado cuarto de su protegido y no pudo evitar una mueca de dolor. Shinji no había regresado en toda la noche y su teléfono móvil estaba apagado, por lo que no tenía idea dónde se había metido. Muy a su pesar sabía que era su culpa. Si no se hubiera dejado llevar por la calentura del momento y no lo hubiera masturbado, es muy probable que hubiera podido arreglar las cosas con él. Por desgracia, todo había empeorado. Aún podía recordar los ojos de terror de Shinji, cuando se dio cuenta de lo que ella le estaba haciendo. Tampoco pudo evitar recordar la cara de placer que puso al momento de eyacular, junto con atinarle en la cara por segunda vez.
Misato comenzó a sentir un conocido ardor entre las piernas y dio un fuerte golpe de puño en la pared. No podía estar pensando en eso en un momento así. Suspiró pesadamente y se encaminó hasta la cocina por una cerveza, encontrándose con una seria Asuka en una acción que muy pocas veces la había visto realizar; preparar el desayuno. Misato tomó una cerveza de la nevera y fue a sentarse a la mesa, donde luego de un rato Asuka lazó sin ninguna diplomacia el desayuno, antes de sentarse a comer con muy poco entusiasmos lo que había preparado.
— Deberías hablar con Shinji para aclarar las cosas — dijo Misato de pronto, a lo que la pelirroja respondió dando un fuerte golpe en la mesa.
— ¡No tengo nada que hablar con ese pervertido! — escupió la chica.
— Lo golpeaste muy fuerte en una zona particularmente sensible. Pudiste lastimarlo — dijo Misato con una mirada estrecha.
— ¡¡Se lo merecía!! — gritó Asuka roja de furia y vergüenza, al recordar lo que pasó y lo que ella hizo después en su cuarto.
— Te recuerdo que tú tuviste parte de culpa en esa reacción de Shinji — sentenció Misato, lo que sonrojó aún más a la pelirroja.
— ¡¡Por supuesto que no!! Todo es culpa de ese asqueroso pervertido. ¡¡Lo aborrezco!! — gritó Asuka, antes de salir corriendo rumbo a su cuarto. Poco después salió rumbo a la escuela, dando un portazo que remeció todo el departamento.
— Bien, se lo está tomando mejor de lo que esperaba — dijo Misato con resignación, antes de desparramarse sobre la mesa.
Tenía muchas cosas en qué pensar. Pese a pasar despierta la mayor parte de la noche analizando su situación, no había avanzado mucho en eso. Lo único que tenía claro es que finalmente había tenido el valor para admitir que deseaba a Shinji; lo deseaba como hombre. Lo más aterrador de todo, es que Shinji despertaba cosas en ella que ni siquiera Kaji había logrado despertar. ¿Qué significaba eso? ¿Qué era una profanadora de cunas o que tal vez ella…?
Misato meneó la cabeza, como no queriendo llegar más allá en ese pensamiento. No sabía por qué, pero sentía que aún no estaba lista para explorar más profundo en sus sentimientos; al menos no todavía. Lo que si estaba claro, es que estaba preocupada por Shinji.
— ¿Dónde te metiste Shinji? — se preguntó Misato, hasta que vio la hora en el reloj que estaba colgado en la pared — ¡¡Mierda!! Se me hace tarde para ir a NERV y aun tengo que pasar por la escuela.
Misato se paró de un salto y corrió a su cuarto quitándose la ropa por el camino, para ponerse su uniforme de NERV.
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Misato salió de la oficina del director de la escuela totalmente sorprendida por lo que acababa de escuchar. Shinji se había colado a espiar en el vestidor de las chicas, donde se ganó una paliza, siendo luego suspendido de clases por una semana a causa de eso.
Misato se apoyó contra la pared tratando de entender qué había llevado a Shinji a hacer algo así, siendo que él siempre había sido un chico tranquilo y tímido en todo lo relacionado con mujeres. Incluso dudaba que hubiera visto a una mujer desnuda hasta antes de sorprenderla a ella masturbándose.
Ese pensamiento llevó a Misato a darse cuenta de que lo que había pasado entre ella y Shinji, bien podía haberlo afectado de alguna forma y; de paso, liberando algo que Shinji había tenido contenido dentro de sí por mucho tiempo.
— Tengo que hablar con él, no sé cómo, pero definitivamente tengo que hablar con él — se dijo la mujer, caminando hasta su deportivo azul, sabiendo que vería a Shinji en NERV para las pruebas de sincronización.
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Shinji abrió lentamente los ojos y vio una mancha borrosa frente a él. Enfocó los ojos y se encontró con un techo; un techo desconocido. Se sentó lentamente y ese solo movimiento causó que su cabeza empezara a dolerle como nunca antes en su vida. Enterró la cabeza en las manos dando un silencioso gemido de dolor. Una vez que ya estaba un poco más recuperado, pero con la cabeza aun martilleando salvajemente, se pudo percatar de que estaba durmiendo en un sillón tapado con unas mantas, junto con ver varias botellas de vino vacías por el suelo. Entonces lo recordó.
Luego de encontrarse con Maya, esta lo invitó a su departamento, se contaron mutuamente sus problemas existenciales, tomaron un par de tragos, después dos más, después… no lo recordaba del todo, pero a juzgar por la cantidad de botellas vacías, tomaron varios tragos más. En ese momento Shinji sintió como su estómago se revolvía, a la vez que un sabor agrio subía su por garganta.
"Baño, baño, baño"
Eso es lo que pensaba Shinji, mientras buscaba con desesperación el dichoso baño con una mano en la boca para contener lo inevitable, entendiendo finalmente a Misato y sus carreras al baño cuando llegaba borracha a casa.
Finalmente Shinji encontró la puerta que buscaba. Como estaba tan desesperado, la abrió de una patada sin golpear y se lanzó de rodillas al suelo para meter la cabeza en el escusado, solo que quedó con la cabeza justo frente a… ¿la entrepierna de una mujer?
— ¡¡Kyyaaaaa!! ¿¿Shinji, que demonios crees que haces?? — gritó una histérica y sonrojada Maya, que estaba sentada orinando en ese momento.
Un sorprendido Shinji levantó la cabeza para encontrarse con una sonrojada y enojada Maya que lo miraba en forma fulminante, hasta que…
— ¡¡Buuaaaaagggghhhh!!
— ¡¡KYYAAAA!! ¡¡NO ME VOMITES ENCIMA, PEDAZO DE ANIMAL!!
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Maya ingresó a su departamento luego de bañarse cuatro veces en el baño de su vecina, que se lo había facilitado gentilmente, ya que el baño de Maya no estaba en condiciones al encontrarse cubierto de vómito. En eso vio aparecer a Shinji desde el baño y este se sonrojó inmediatamente, totalmente avergonzado.
— Maya… yo… perdón — se excusó Shinji, visiblemente sonrojado.
— Tranquilo. No debí dejarte beber tanto anoche — dijo Maya con un gesto molesto en el rostro.
— Sí, bueno. Perdón de todas formas.
— Olvídalo. Al menos yo trataré de olvidarlo. Ser vomitada mientras orinas no es algo que quiera recordar — dijo Maya con pesar, sentándose en uno de los sillones.
— Perdón — dijo Shinji nuevamente, sintiéndose miserable.
— Mientras mi baño esté limpio — masculló Maya.
— Totalmente limpio — dijo Shinji.
— No debió ser muy agradable limpiar todo eso — razonó Maya, teniendo una pizca de compasión por el Tercer Elegido.
— Bueno… estoy acostumbrado. Misato llega borracha con frecuencia y no siempre alcanza a llegar al baño a vomitar — dijo Shinji con pesar.
— Son tal para cual — comentó Maya con cara de circunstancia.
El sonrojo de Shinj aumentó un poco más.
— ¿Entonces dices que el baño está limpio? — preguntó Maya, poniéndose de pie.
— Limpio y brillante como un espejo —afirmó el Tercer Elegido.
— Genial. Necesito bañarme otra vez — dijo Maya encaminándose al baño.
— Perdón — gimió Shinji.
— Sí, sí. Mejor te apuras o llegarás tarde a NERV para las pruebas de hoy.
— Sí. Ya me voy — dijo Shinji sin mucho entusiasmo.
— Shinji — llamó Maya.
— ¿Sí?
— Me debes una.
— Sí — respondió derrotado el Tercer Elegido.
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Shinji caminaba por los corredores de NERV rumbo a los vestidores rumiando su mala suerte. Justo cuando estaba entablando una relación de amistad con la simpática Maya Ibuki, él va y la vomita mientras está en el baño orinando. Eso no es lo que se espera de un amigo, pero ella tenía un poco de culpa aquí, después de todo fue ella la que apareció con una botella de vino y lo incitó a beber. Pero tenía que verle el lado positivo, se lo pudo ver a Maya.
Sin dudas fue una hermosa vista. Aunque fuera por unos instantes, pudo ver esa hermosa entrepierna donde el suertudo de Kaji había podido hacer de las suyas. Shinji sintió unas ganas locas de poder hundirse ahí aunque fuera una vez, aunque fuera la sola puntita.
Tan ensimismado estaba Shinji imaginado que metía la puntita del pene en cierta parte de Maya, que no se dio cuenta cuando chocó con Ritsuko Akagi a la vuelta de un pasillo.
— ¿Te vas a quedar todo el día ahí? — preguntó Ritsuko, con una vena punzante en la frente y un tic en el ojo derecho, mirando duramente a Shinji que tenía la cabeza enterrada entre sus pechos.
— Pe-perdón — dijo Shinji reaccionando y dando dos pasos atrás.
En ese momento, Shinji se dio cuenta de algo muy importante, bajo esa bata blanca, la doctora Akagi llevaba únicamente un ajustado traje de baño azul de una pieza, dejando ver su bien formado cuerpo, lo que le hizo comprender por qué las hormonas de Maya se alborotaban al ver a esa mujer en traje de baño. ¡¡Estaba súper rica!!
Ristuko levantó una ceja al ver la mirada que le estaba dedicando Shinji, ya que parecía devorarla con los ojos, hasta que ocurrió algo que era… predecible. Un chorro de sangre salió despedido desde la nariz del Tercer Elegido, quien se llevó las manos a la nariz inmediatamente para contener la hemorragia.
— Perdón — dijo Shinji, antes de salir corriendo por el corredor.
Atrás, una seria y ensangrentada Ritsuko, se quitó sus ensangrentados anteojos y los limpió metódicamente con un pañuelo, antes de ponérselos otra vez.
— No sé si sentirme halagada o enfadada — razonó Ritsuko, antes de ir a tomar un baño.
Continuará…
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Notas del Autor: ¡¡Hola a todos!!
Acá tenemos el cuarto capítulo de esta historia, que estuvo un poco más lento que los anteriores, sobre todo por la conversación entre Shinji y Maya. En todo caso la cosa no estuvo tan falta de acción. Pero no se preocupen, el próximo capítulo será mucho más movido, donde reaparecerá ella, la única e incomparable, Rei Ayanami, que ha estado un poco perdida últimamente.
Saludos y nos leemos.