NOTA 1: Todos los derechos de la serie Neón Génesis Evangelion pertenecen a Gainax/Khara, o quienes les sucedan legalmente en el futuro. Esta historia fue escrita sin fines de lucro, solo como medio de esparcimiento. No me demanden.
NOTA 2: Este capítulo contiene escenas de tipo LEMON (descripciones explicitas de contenido sexual) por lo que no es apto para menores de 18 años.
__________________________________________________________________
Luego de una caminata matutina para relajarse y superar la vergüenza de que medio Tokio-3 supiera que le habían chupado el pene, Shinji Ikari estaba finalmente frente a la puerta del departamento donde todo había comenzado hace solo unos días atrás. Porque sí, antes de que Misato lo descubriera echándose una paja, a Shinji nunca en su miserable vida se le hubiera ocurrido que pasaría por situaciones tan subidas de tono; mucho menos que terminaría recibiendo una mamada por parte de Maya.
"Y tan inocente que se veía" pensó Shinji con una sonrisa traviesa. Miró la puerta del departamento, y luego de pensarlo un momento decidió abrirla y entrar de una vez.
"Ya no hay vuelta atrás" pensó, antes de cerrar la puerta detrás de él.
Tras ingresar al departamento y caminar hasta la sala, miró hacia el cuarto de Misato y la puerta estaba cerrada. Hizo una mueca ante el recuerdo de lo ocurrido la otra noche y decidió que por ningún motivo abriría esa puerta. Luego se percató de que la puerta del cuarto de Asuka estaba abierta, se asomó discretamente y el lugar estaba vacío. Le extrañó un poco, ya que era sábado y ese día no había clases, pero si la pelirroja natural no estaba en casa, mucho mejor. No estaba de ánimo para pelear con ella por pequeñeces.
Un poco más relajado al saber que no tendría que lidiar con problemas pelirrojos, se dirigió a la cocina para prepararse algo de comer.
________________________________________________________________________________
Misato sintió el ruido de la puerta principal y luego alguien caminando por el departamento. Su corazón empezó a latir con fuerza. Asuka dejó una nota ayer avisando que pasaría la noche donde Hikari y que volvería hoy por la tarde, así que la persona que acababa llegar solo podía ser Shinji. Eso le venía bien. Era justo lo que ella necesitaba.
Con ese pensamiento en mente, la mujer se levantó del futón y se paró frente al espejo de cuerpo entero colgado en la pared para contemplar su reflejo. Pese a no dormir mucho la noche pasada esperando a un Shinji que nunca llegó, su apariencia no estaba nada mal. Esta mañana se levantó temprano y tomó una ducha para estar presentable. Solo se había recostado en el futón para descansar un poco, mientras esperaba la llegada del chico que había sido su quebradero de cabeza los pasados días.
Se arregló un poco el cabello y luego posó con una postura algo insinuante, que resultó algo más descarada de lo que hubiera querido. Hizo una mueca. Si hacia esa pose frente a Shinji solo terminaría por asustarlo. Esa es la razón por la que vestía su ropa habitual; no quería que las cosas fueran demasiado distintas para él, cuando tuvieran la conversación que se venía retrasando desde hace demasiado tiempo.
— ¿En verdad voy a hacer esto? — se preguntó a sí misma, mordiéndose un labio.
Estuvo de pie por un momento mirando su reflejo en el espejo tratando de buscar la fuerza mental para responder esa pregunta. No supo si fueron segundos o minutos, pero lo cierto es que ella conocía la respuesta. Iba a hacer esto. Necesitaba hacer esto. Ya no podía posponerlo por más tiempo. Cerró los ojos y dio un largo suspiro antes de volver a abrir los ojos y contemplar su reflejo en el espejo, dando una sonrisa algo torcida.
— Parezco una colegiala antes de su primera cita — comentó, negando con la cabeza.
Sí, se estaba comportando como una colegiala, aunque no es como si ella fuera la señorita madurez. Es muy consciente de que es bastante infantil en algunos momentos y bastante irresponsable en otros. Hizo una mueca ante ese pensamiento y volvió a dar un fuerte suspiro. Era hora de dejar de darle vueltas a este asunto. Era hora de aclarar las cosas con Shinji.
________________________________________________________________________________
Shinji estaba sentado ante la mesa de comedor terminando de comer un sándwich junto con un vaso de jugo de durazno, cuando la puerta del cuarto de Misato se abrió. La mujer salió e ingresó a la sala quedando de pie ahí, contemplándolo fijamente. Tragó el último bocado de su sándwich y contempló a la mujer que había causado todos sus quebraderos de cabeza los últimos días.
Ella llevaba su sedoso cabello suelto cayendo en ondas por su espalda. Vestía una de sus usuales poleras junto con pantalones cortos, dejando ver sus largas y hermosas piernas. Se veía tal cual como siempre; nada ostentoso y sin ningún tipo de maquillaje, solo la misma Misato Katsuragi de todos los días, pero… ¡¡Demonios!! Se veía condenadamente hermosa. Tragó sonoramente.
— Ho, hola, Misato — dijo Shinji tímidamente cuando pudo encontrar su voz.
— Hola Shinji — dijo Misato, con una tímida sonrisa — No llegaste anoche.
— Sí, yo… bien; pasé la noche en NERV — respondió Shinji.
— ¿Y eso por qué? — preguntó la mujer, arrugando el entrecejo.
— Bueno… me sentí un poco mareado por los analgésicos, así que le pedí permiso a la doctora Akagi para dormir ahí — respondió el Tercer Elegido, dejando de lado la mayor parte de la historia, ya que no quería más problemas.
— ¡Oh! Pero… ¿estás bien? — preguntó la mujer con interés.
— Sí, ya estoy bien. No hay problema.
— Me alegra escuchar eso — dijo Misato, un poco más tranquila.
Luego de ese corto intercambio se produjo un tenso silencio. Ninguno de los dos sabía qué decir a continuación. Misato trató de buscar las palabras adecuadas para seguir la conversación, al igual que Shinji, pero ninguno parecía estar más cerca de resolverlo. Finalmente fue Misato la que dio un pesado suspiro antes de animarse a tomar la palabra.
— Shinji… tenemos que hablar.
El Tercer Elegido se sobresaltó ante esas palabras. Luego de todo lo que había pasado entre ellos y ese casi beso en NERV, era obvio que debían hablar.
Misato decidió que era hora de poner las cosas en marcha, por lo que fue a sentarse en el sillón de tres cuerpos en la sala, miró fijamente a Shinji y dio unos golpecitos con una mano en el espacio junto a ella en el sillón. Comprendiente la solicitud, Shinji asintió con la cabeza, se puso de pie y fue a sentarse junto a su tutora. Ambos se quedaron sentados uno junto al otro por algunos tensos segundos, hasta que Misato rompió el silencio.
— Me llamaron de la escuela. Me informaron que fuiste suspendido de clases por una semana. Dijeron que estabas espiando a las chicas — comentó la mujer.
— ¡¡Por supuesto que no!! — dijo Shinji, sonrojado — Fue un accidente. Yo estaba arrancando de los chicos en ese momento y…
— Terminaste de panza en el suelo, justo entre las piernas de Asuka — completó Misato, con una sonrisa divertida — Solo a ti te podría pasar algo así.
Shinji se sonrojó visiblemente ante ese comentario de la mujer, y al recordar la tentadoramente hermosa y apretada entrepierna de Asuka. "¿Será tan dulce como el coño de Maya?" se preguntó, perdiéndose momentáneamente al tratar de imaginar cual sería el sabor de la pelirroja.
— Shinji… ¿Qué piensas sobre lo que ha pasado entre nosotros?
El Tercer Elegido fue sacado bruscamente de su calenturienta ensoñación por esa directa pregunta de la mujer sentada junto a él. Esa había sido una pregunta directa y precisa. Tal vez demasiado directa y precisa.
— Misato… sobre eso, yo… — intentó decir, pero realmente no supo qué responder a eso.
La mujer esbozó una pequeña sonrisa, comprendiendo el apuro en el que puso al joven Piloto EVA. Imaginó que de estar en su lugar tampoco sabría qué responder, por lo que ella decidió iniciar la conversación.
— Debo comenzar pidiéndote disculpas.
Shinji fue tomado fuera de guardia por esas palabras y le dio una mirada sorprendida a la mujer. Era evidente que no se esperaba algo como eso. Misato no pudo evitar una pequeña sonrisa.
— Esa vez que te vi masturbándote fue por culpa mía. Llamé a la puerta, pero no esperé a que respondieras antes de entrar. Yo… perdón por eso — dijo ella con un leve sonrojo.
Los ojos de Shinji casi salían de sus órbitas ante las palabras de una sonrojada Misato. ¿Ella en verdad se estaba disculpando por lo corrido ese día?
— En todo caso, luego quedamos a mano cuando tú me viste masturbándome a mí — añadió Misato, un poco más sonrojada, pero arreglándoselas para brindarle una sonrisa divertida.
Este fue el momento que a la vergüenza de Shinji; que se había multiplicado al recordársele su propio desliz, se sumó también la incredulidad. Misato estaba abordando el tema abiertamente y sin ningún eufemismo. Se estaba tomando la incómoda conversación de forma muy seria, pero esto era conveniente para él. También habían cosas que quería aclarar con ella, y esta Misato sorpresivamente receptiva y sincera, le haría las cosas mucho más fáciles. Suspiró pesadamente en un intento por calmarse, buscó las palabras adecuadas y dijo su parte.
— Yo también debo pedir disculpas. No debí ingresar a tu cuarto en mitad de la noche. Es cierto que llamé a la puerta y creí escuchar que respondías, pero no estaba del todo seguro. Debí esperar en vez de abrir la puerta así sin más. Yo… Perdón por eso.
— Disculpa aceptada — dijo Misato, con una sincera sonrisa en los labios.
Shinji miró sorprendido a la mujer por esa rápida aceptación para hacer las paces, pero solo pudo ver sinceridad en sus ojos. Eso lo hizo sentirse bien, junto con experimentar un calorcito que se asentó en el corazón.
— Yo… también aceptó tu disculpa — dijo Shinji, esbozando una sonrisa.
Ambos se contemplaron a los ojos por unos segundos luego de ese intercambio, hasta que se vieron en la obligación de apartar la mirada repentinamente avergonzados, pero aun con una sonrisa en los labios.
Permanecieron así por un momento más, sin poder verse a la cara, ambos sonrojados pero curiosamente en un cómodo silencio. Fue esta situación de calma y la confianza de haber abordado con respeto el peliagudo tema de sorprenderse mutuamente masturbándose, lo que le dio a Shinji la fuerza para hacer la pregunta que carcomía su mente desde que todo esto comenzó.
— Ejem… Misato, ¿puedo hacerte una pregunta? — dijo, aun con algo de nerviosismo.
— Por supuesto — dijo ella, dándole una pequeña sonrisa.
— Bien; es sobre… lo que pasó la otra noche — dijo Shinji con una sonrisa nerviosa, apartando la mirada mientras se rascaba la mejilla con un dedo — Quiero decir… me preguntaba… bien…
— ¿Quieres saber por qué me estaba masturbando la otra noche? — pregunto directamente Misato, al ver como Shinji se quedaba estancado a media pregunta.
— ¡Perdón! No tienes que responder. Fui muy descarado al intentar preguntar eso — se disculpó de inmediato un espantado Shinji, recién cayendo en cuenta de que tal vez fue demasiado lejos.
— No te preocupes. No estoy enojada. De hecho, esperaba que hicieras esa pregunta — reconoció Misato.
El Tercer Elegido se sorprendió al ver como ella se veía bastante tranquila y para nada molesta con la pregunta; de hecho, parecía que en verdad estaba esperando que le hiciera esa pregunta.
— Te sorprendió verme en esa situación, ¿verdad? — se animó a preguntar la mujer.
Nuevamente Shinji fue impactado por la sinceridad de su tutora; pero eso mismo le hizo recordar que todos esos accidentados incidentes que habían ocurrido entre ellos eran de carácter sexual, por lo que no se podían ir por las ramas aquí. Misato lo comprendía y por eso era tan directa al hablar. Era necesario que él también estuviera a la altura de la situación.
— Bueno, es que yo… bien… nunca imaginé que tú… necesitaras masturbarte — comentó Shinji, con las mejillas sonrojadas.
Misato sonrió. Pese a estar bastante avergonzado, Shinji estaba participando de la conversación; y más que eso, se atrevió a preguntarle algo muy personal. Eso estaba bien, necesitaba llegar a esto. Era lo que inició todo, lo que llevó a que ella… Suspiró.
— Solo hago lo necesario para sobrevivir. Igual que tú — respondió finalmente Misato.
Esa respuesta sorprendió a Shinji.
— Pero… ¿por qué? Lo entiendo de un virgen como yo, pero… tú eres una mujer hermosa. Podrías tener al hombre que quisieras — dijo el joven Piloto EVA, realmente sin compren a la mujer.
Misato se emocionó ante ese cumplido que salió tan naturalmente de boca de Shinji. Ahora sabía lo que él pensaba de ella. Le gustó eso.
— Las cosas no son tan simple como parecen — reconoció Misato, encausando la conversación nuevamente — Es verdad que podría tener compañía en la cama cada noche si quisiera. De hecho; hubo un tiempo años atrás cuando era más joven e inconsciente, en que iba de cama en cama, pero lo dejé. Llegó el momento en que maduré lo suficiente, como para darme cuenta de lo que estaba haciendo, y de que esa conducta era insana. También era muy peligroso. Por fortuna no contraje ninguna enfermedad — añadió con una mueca.
Shinji no dejó de sorprenderse por ese pedazo de información. Nunca imaginó que el pasado de Misato fuera tan escabroso, pero por fortuna logró corregir esa conducta y cambiar para mejor antes de que algo malo pasara. Se alegró por ella.
— Aun así, necesito sexo — reconoció Misato, atrayendo nuevamente la atención de Shinji — Me gusta el sexo; me gusta mucho, pero no puedo darme el lujo de caer en la cama de cualquier hombre solo por echar un polvo. Ya no soy ese tipo de mujer. Por eso me masturbo.
Shinji se sonrojó. Esa última fue una afirmación muy vergonzosa, pero ella lo admitió así sin más. Admiró eso de ella. Le gustaría ser así de decidido, pero eso le dejó una nueva interrogante.
— ¿Y qué pasa con Kaji? — preguntó Shinji casi sin pensar, arrancado una mueca de la mujer.
— Kaji dice que me quiere, pero no tiene problemas para meterse entre las piernas de cualquier mujer que se le cruce por delante. Incluso tuvo una aventura con Maya — dijo Misato, dando un fuerte suspiro — La verdad ya dejé de insistir con él. Tanto Kaji como yo sabemos que lo nuestro nunca funcionará.
Esa fue una nueva sorpresa para Shinji. Nunca imaginó que las cosas fueran así entre esos dos, pero de ser así, podía comprender a Misato. De estar en su lugar, tampoco se sentiría cómodo estando con una mujer que podía aterrizar en la cama de un hombre distinto cada noche.
— Como puedes ver, no somos tan distintos tú y yo. Ambos terminamos solos por las noches, masturbándonos como único consuelo — dijo Misato con una mueca — Somos patéticos, ¿verdad?
— Sí, lo somos — reconoció Shinji, dando una pequeña risita.
Misato también se unió a Shinji con una risita. De pronto, ambos estaban riendo alegremente por lo miserable de su situación. Luego de un rato lograron calmarse y las risas cesaron, quedando ambos en un cómodo silencio, que dio paso a un ambiente relajado y distendido.
— Bien, creo que es hora de continuar con las disculpas — dijo de pronto Misato.
— ¿Eh? — fue todo lo que pido decir Shinji, sin comprender.
— Me refiero a lo que pasó cuando yo… bien; cuando… cuando te masturbé — dijo Misato furiosamente roja — La verdad no sé qué me pasó en ese momento. No debí perder el control de esa forma. Perdóname.
Shinji se sonrojó hasta las orejas ante esa declaración. Eso fue algo que jamás podría olvidar, y que definitivamente le encantaría volver a experimentar. Entonces sus afiebrados pensamientos fueron drenados al ver a una visiblemente avergonzada y arrepentida Misato sentada junto a él.
Espera. ¿Ella se arrepentía eso?
Ese pensamiento complicó a Shinji, sobre todo por la actitud que él tuvo en ese momento. Sí, lo disfrutó mucho. ¿Qué hombre no disfrutaría ser masturbado por la mano de una bella mujer? Ciertamente él lo disfrutó, pero luego salió arrancando como un cobarde. Eso podía prestarse para malas interpretaciones. No quería que Misato se sintiera avergonzada y arrepentida. No quería ver esa expresión en su lindo rostro. Necesitaba hacerle saber cómo se sentía. Su boca se movió antes de pensar.
— No tienes que sentirse arrepentida por eso. ¡¡Me gusto que lo hicieras!!
Shinji se congeló luego de que esas palabras salieran de su boca, y al ser consciente de lo que estas significaban. ¡¡Le dijo a Misato que le gustó ser masturbado por ella!! Se sonrojó hasta el infinito y más allá.
Por su parte, Misato estaba igual de sonrojada ante esas sinceras palabras, que parecían haber salido en el calor del momento. Palabras que contrastaban con lo ocurrido ese día en que Shinji huyo de ella luego de correrse. Entonces él…
— ¿No estás molesto conmigo? ¿En verdad… en verdad te gustó? — preguntó ella, esperanzada.
El sonrojo de Shinji pasó a ser fosforescente ante esa directa pregunta. Sentía las mejillas ardiendo, pero la mirada esperanzada de Misato logró calmarlo un poco. Ella en verdad estaba esperando una confirmación a sus palabras; confirmar que le gustó ser masturbado por ella. Tragó sonoramente.
— Sí… me gustó… mucho — logró decir un nervioso Tercer Elegido.
Luego de ese revelador intercambio, ambos quedaron atrapados en los ojos del otro, contemplándose sin poder apartar la vista. Misato pudo ver cariño, añoranza y deseo en los ojos del joven frente a ella. Por su parte, Shinji pudo ver exactamente lo mismo en los ojos de Misato, causando que un escalofrío le recorriera la espalda.
Ambos quedaron totalmente ausentes del resto del mundo en ese momento, simplemente viéndose a los ojos. Tan ausentes; de hecho, que ninguno de ellos se percató que la distancia que los separaba se había acortado. Solo fueron conscientes de esto cuando sus labios se encontraron. Fue un contacto suave y delicado; no más allá que un roce de labios, pero fue algo que los estremeció por entero, algo de lo que ni ninguno quería escapar.
Fue así como los sentimientos de sorpresa o vergüenza, que deberían dispararse al darse cuenta de la situación en la que estaban, fueron dejados de lado y simplemente se entregaron al momento, disfrutando de los labios del otro.
La pareja se besó por largos minutos, entregados por entero a esa íntima caricia y tomándose su tiempo para conocer los labios del otro. Fue así como con el correr de los minutos aquellas caricias fueron inexorablemente subiendo de nivel, hasta que sus lenguas se encontraron, comenzando a masajearse mutuamente, explorando la boca del otro, pero sin perder el control. Nunca perdiendo la ternura que los envolvía.
Cuando finalmente se separaron, se contemplaron a los ojos con la respiración agitada, asimilando lo que acababan de compartir. Algo que se venía cocinando a fuego lento desde hace un tiempo y que finalmente explotó con los incidentes de hace unos días. Algo que hasta este momento no habían notado lo importante que era para ambos.
Trataron de hablar, pero las palabras se negaron a salir. Finalmente, con una determinación que ninguno supo de donde salió, quedaron atrapados en un nuevo beso, solo que en esta ocasión fue mucho más intenso que los anteriores. Se abrazaron con fuerza y finalmente se atrevieron a dejar salir todo eso que habían estado conteniendo.
Pronto los besos no fueron suficientes y las manos comenzaron a entrar en acción, tímidas en un inicio pero pronto volviéndose traviesas. Una de las manos de Misato bajó hasta la entrepierna de Shinji, mientras una de las manos de Shinji fue hasta uno de los senos de Misato. Ambos gimieron cuando hicieron contacto, se apartaron y se contemplaron a los ojos.
Al ver la mirada del otro lo supieron. Pudieron verlo en los ojos del otro. Era algo que ambos querían; algo que ambos necesitaban. Curiosamente, ninguno de ellos estaba nervioso o asustado, simplemente era algo que debía ser, algo que ambos querían, algo que ambos necesitaban.
— ¿Estás… seguro de esto? — logró preguntar Misato, apenas encontrando su voz.
El Tercer Elegido contempló a la hermosa mujer frente a él. Una mujer que aún mantenía su mano sobre su dura erección; una mujer a la cual aún le sujetaba un seno. Tragó sonoramente, pero curiosamente no se sentía nervioso ni asustado. En ese momento Shinji Ikari lo supo: No huiría de esto. No huiría de Misato.
— Estoy seguro — respondió, mirando directo a los ojos de la mujer frente a él — Eres más que mi tutora o mi superior. Has sido una amiga para mí; y yo… quisiera que fueras algo más.
Los ojos de Misato se abrieron de golpe ante esa declaración, sin darse cuenta de que contenía la respiración.
— Te quiero, Misato — dijo Shinji, sonrojado pero decidido — No sé si esto que siento es amor. Nunca he estado enamorado antes y no sé cómo se supone que debo sentirme. Lo que sí sé, es que te quiero como nunca he querido a nadie en mi vida.
Shinji sintió como si se hubiera sacaba un peso de los hombros al decirle lo que sentía; al menos hasta que vio lágrimas caer desde los ojos de Misato. ¿Cometió un error al revelar eso? Apartó la mano del seno de Misato repentinamente en pánico.
— Misato… yo… ¿dije algo mal? — preguntó Shinji, temeroso de haberlo arruinado todo; pero repentinamente se vio atrapado en un fuerte abrazo por parte de la emocionada mujer.
— Es lo más lindo que me han dicho en toda mi vida — dijo Misato con la voz algo quebrada.
La mujer se apartó un poco, tomando el rostro de Shinji con las manos, para luego darle un profundo beso, separándose unos segundos después.
— Yo también te quiero, Shinji — dijo finalmente la mujer, remeciendo el corazón del Tercer Elegido.
Ambos se contemplaron a los ojos y sonrieron de felicidad, luego de lo cual un enternecido Shinji tomó el rostro de Misato por las mejillas y le limpió las lágrimas con los pulgares. Ella sonrió y luego le dedicó una seria mirada al joven frente a ella.
— Esto no será fácil — dijo Misato de pronto — Lo que vamos a hacer técnicamente es un delito. Debemos ser muy cuidadosos si queremos estar juntos, Si nos llegaran a descubrir…
Misato dejó la frase en aire, pero ambos sabían lo que eso significaba. Permanecieron en silencio por uno segundos, pero Shinji, determinado a no huir de esta situación, ni de Misato, dijo su parte.
— No pensemos en eso ahora. Si llega a pasa algo por el camino… lo afrontaremos juntos.
Misato contempló con sorpresa al joven frente a ella. Pudo ver determinación y seguridad en sus ojos. La misma determinación que podía ver cuando machacaba al Ángel de turno. Le gustó eso. Le gustaba este Shinji. Esto le hizo darse cuenta de que todas las cosas habían sido aclaradas entre ellos. Shinji estaba decidido y ella también.
La mujer no dudó más. Le dio un repentino beso en los labios al joven frente ella, antes de ponerse de pie. Ante un sorprendido Shinji, se quitó la polera lanzándola a un lado, luego procedió a quitarse el sujetador y dejarlo caer al suelo, revelando sus turgentes senos, junto a una gran cicatriz atravesando su pecho. Finalmente desabrochó sus pantalones cortos, que se deslizaron hasta el suelo, dejando a la mujer vistiendo únicamente unas bragas de encaje blanco.
Shinji contempló embobado a la condenadamente hermosa mujer frente a él, y por momentos sintió que le faltaba el aire. Misato era la definición de la palabra "belleza". Senos grandes y turgentes, areolas de un tamaño preciso y erectos pezones, abdomen plano, cintura estrecha, caderas anchas, junto con piernas largas y torneadas. Su piel a primera vista se veía suave como la seda. Incluso esa fea cicatriz no mermaba un ápice de su belleza.
— ¿No vas a decir nada? — preguntó Misato, expectante.
— Eres… hermosa — logro decir el Tercer Elegido, aturdido por la belleza de la mujer frente a él.
Misato sonrió complacida, entonces notó como Shinji centró la mirada en su cicatriz. Tomó una mano de Shinji y la llevó a ese lugar, posándola sobre la cicatriz. Él se sonrojó, pero no apartó la mano. La mantuvo ahí, sintiendo la piel levemente irregular.
— Es un recuerdo del Segundo Impacto… Te… ¿Te molesta? — preguntó ella, temerosa.
— No. Eses hermosa — respondió él, dándole una sonrisa gentil.
Misato sonrió ante esa respuesta; entonces, movió la mano de Shinji hasta su senos derecho, haciendo que enterrara los dedos en su carne. Cerró los ojos y dio un suave gemido. Al abrir los ojos se encontró con un totalmente sonrojado Shinji, pero podía ver en sus ojos que no había ninguna intención de huir. Aun así, debía asegurarse.
— Shinji; sabes lo que va a pasar si seguimos adelante. Nuevamente te pregunto, ¿estás seguro de esto? — preguntó ella, expectante.
— Estoy seguro — fue la directa y decidida respuesta del joven Piloto EVA — De hecho, yo… lo necesito — añadió con timidez.
Misato levantó una ceja ante esa respuesta, pero al ver la formidable erección que estaba por reventarle el cierre del pantalón, comprendió de inmediato el comentario. Esa erección debía ser bastante dolorosa. Sonrió y llevó la mano de Shinji de su seno derecho a su entrepierna. Pudo sentir como él se tensaba y vio como sus ojos de agrandaban. Nuevamente fue complacida al ver como él no hacía el amago de retirarse. Le gustó eso.
— Yo… estoy mojada — dijo Misato, repentinamente sonrojada — También lo necesito — añadió.
La verdad es que mojada era quedarse corto. Shinji podía sentir la tela de las bragas empapadas y como el íntimo lugar de Misato parecía estar en llamar. Tragó sonoramente disfrutando del momento, manteniendo la mano entre las piernas de la mujer, hasta que ella lo liberó.
Shinji no pudo evitar levantar su mano y mirar sus dedos cubiertos por ese líquido espeso y traslucido que ya estaba conociendo tan bien; un líquido que recordaba tenía un sabor bastante dulce. Antes de ser consciente de lo que hacía, llevó sus dedos a los labios y los lamió. Sí… definitivamente dulce.
— Pervertido — dijo Misato, divertida.
Shinji se sonrojó hasta las orejas ante las palabras de la mujer, y al darse cuenta de lo que acababa de hacer, pero no tuvo tiempo de reaccionar. Su rostro fue atrapado por las manos de Misato, la cual que plantó un profundo beso que lo dejó aturdido y extasiado. Cuando ella se separó con un sonido húmedo, llevó la boca hasta su oído.
— Hay más de donde vino eso — susurró ella.
Shinji se sonrojó de rojo fosforescente. Cuando Misato se apartó y lo vio a los ojos, supo que ella lo quería; no, lo necesitaba tanto como él. Asintió con la cabeza, sin poder encontrar su voz.
— Vamos a mi cuarto. Ahí estaremos más cómodos — dijo Misato sonrojada y visiblemente excitada, arrastrando de una mano a un igualmente excitado Tercer Elegido.
________________________________________________________________________________
Shinji estaba literalmente dejándose llevar por sus impulsos, y todo parecía indicar que no estaba mal encaminado, si tomaba en cuenta los gemidos de Misato. Gemidos que contribuían a su propia excitación. Aun así, no podía afirmar que estaba volando totalmente en piloto automático.
Lo cierto es que pese a ser técnicamente virgen; Shinji sí tenía algo de experiencia. Había visto como Misato se masturbaba antes de que ella se corriera en su cara. Luego la propia Misato lo había masturbado; sin olvidar como literalmente devoró el coño de Maya a lamidas y chupetones, antes de que ella le hiciera la madre de todas las mamadas. Ciertamente no era un completo inocente en estas lides; tal vez esta sea la razón por la que no estaba hecho un ovillo en una esquina de la habitación, llorando de miedo. Muy por el contrario, estaba participando activamente y; demonios, Misato lo estaba disfrutando.
Shinji gimió cuando la lengua de Misato volvió a irrumpir en su boca, buscando tomar todo de él. Sus lenguas se masajeaban y exploraban mutuamente, creando una sensación electrizante; sobre todo cuando ella lo estrechó en un fuerte abrazo, apegando aún más sus cuerpos, aumentando la agradable sensación de piel con piel.
Las ropas de Shinji fueron arrancadas por Misato apenas ingresaron a su cuarto y ahora estaban tendidos sobre el futón, estando ella debajo, mientras un prendido Tercer Elegido le recorría el cuerpo con las manos.
En ese momento él rompió el beso que compartían, logrando que Misato diera un leve gemido de protesta, que pasó a ser un gemido de placer cuando Shinji comenzó a besarle el cuello. En un acto casi primitivo, Misato le clavó las unas en la espalda, haciéndolo dar un leve gemido. Luego comenzó a deslizarle los dedos por la espada, gimiendo y disfrutando de las atenciones a su cuello.
En ese momento un envalentonado y entregado Shinji, dejo el cuello de Misato para comenzar a descender lentamente hasta llegar a sus senos. Contempló esos hermosos y turgentes senos, antes de centrarse en acariciar uno de ellos, arrancando un jadeo de Misato. Entonces no pudo contenerse más y atrapó el pezón con su boca comenzando a chuparlo, arrancando un gutural gemido de Misato.
— Aaaahhh… sí, sí… aaahh…. Chúpalas… chupa mis tetas — gimió Misato, tomando la cabeza de Shinji con una mano, invitándolo a seguir chupando su seno, mientras que con la otra llevaba la otra mano de él a su seno libre, para que lo acariciara y lo masajeara.
Misato gemía y jadeaba pidiendo más, mientras experimentaba una mezcla de placer y felicidad, al estar haciendo aquello que era su placer y su vicio; pero en esta ocasión con una persona que quería con todo su corazón. Por su parte, Shinji se estaba dando el gusto de su vida, disfrutando sin ninguna restricción de los senos de esta mujer que significaba tanto para él.
Shinji besó y chupó ambos pechos, mordisqueó sus pezones, tirando de ellos con los dientes y luego volviendo a chuparlos, acariciándolos, masajeándolos, hundiendo sus dedos en la carne erótica de Misato, disfrutando de la consistencia y de sentir como esos senos eran maleables a sus manos. Aun así, pese a estar chupando y manoseando a conciencia los pechos de Misato, no pudo evitar recordar su momento con Maya y como también disfrutó de esos senos. Pero la joven mujer de cabello corto no se podía comparar con Misato. Los pechos la mujer que estaba disfrutando en este momento son mucho más grandes y esponjosos; son literalmente todo lo que siempre deseó.
Misato dio un nuevo y fuerte gemido cuando Shinji le dio un fuerte chupetón a uno de sus pechos, para luego mordisquear su pezón, tirar de él con los dientes y luego soltarlo, haciendo que el seno de Misato bailara de un lado a otro como un péndulo. A ojos del joven Piloto EVA, ese fue un espectáculo realmente hermoso.
Aun así, pese a lo mucho que estaba disfrutando, pronto Shinji se encontró necesitando algo más. Dejó esos senos que lo volvían loco, para comenzar a bajar besando el abdomen de Misato, hasta llegar a esa diminuta prenda de ropa que lo separaba del paraíso terrenal. Tragó sonoramente y miró a la mujer, que le devolvió la mirada expectante.
— Quítamelos — susurró ella con deseo.
Impulsado por la excitación y una determinación recién descubierta, Shinji tomó la íntima prenda desde los tirantes laterales, mientras Misato levantaba las caderas para permitirle retirar las bragas con facilidad. Él no la decepcionó, retirando las bragas y dejando expuesta la entrepierna de Misato en todo su esplendor. Tragó sonoramente.
Pese a tener el paraíso frente a él, Shinji no pudo evitar darle una mirada las bragas que sostenía en su mano derecha. Estaban empapadas en la lubricación de Misato. Sintió ganas de olfatearlas, tal vez degustarlas y guardarlas de recuerdo. Se maldijo por pensar semejantes estupideces teniendo a la propia Misato frente a él. Apartó eso de su mente y con el dolor de su alma, dejó las bragas a un lado para centrarse en lo realmente importante. Volvió a tragar sonoramente. Misato no estaba siendo para nada recatada. Ella mantenía las piernas abiertas mostrando su lugar íntimo sin tapujos.
El coño de Misato era hermoso, mucho más que el de Maya; o al menos a él le parecía así. Ya lo había visto la otra noche, pero ahora a plena luz del día podía apreciarlo en todo su esplendor. Sus labios mayores se veían carnosos y esponjosos, por los que se asomaban los labios menores, mostrando todos sus pliegue para luego abrirse como una flor, sobre los cuales estaba el clítoris, hinchado y erecto, coronado todo por un cuidado bosquecillo de vellos oscuros. Tampoco podía olvidar que el hermoso coño de Misato se encontraba empapado en sus fluidos, que manaban de entre sus labios vaginales. Volvió a tragar sonoramente.
— Shinji… por favor — dijo Misato, casi con desesperación, levantando un poco la cabeza para mirarlo expectante, deseosa y sonrojada.
El joven Ikari lo deseaba tanto como Misato; de hecho, su erección ya estaba siendo algo dolorosa. Pero por mucho que quisiera follar a esta hermosa mujer, había algo que necesitaba hacer antes de eso. Era algo que ante la vista que tenía al frente, no podía seguir reprimiendo por más tiempo.
Misato enterró la cabeza en la almohada del futón, mientras un gutural gemido de placer dejó su garganta cuando sintió la lengua de Shinji deslizarse por su coño. Se deslizó desde abajo hacia arriba, degustando sus fluidos. Juntó las piernas por reflejo aprisionando la cabeza de Shinji, a la vez que tomaba la cabeza con las manos y la presionaba aún más contra su coño.
Esa acción solo pareció entusiasmar al joven Piloto EVA, que de inmediato comenzó a profundizar las lamidas, sintiendo como él atrapaba y degustaba los jugos que se escurrían por entre sus labios vaginales. Luego sintió como la boca de la Shinji cubría y comenzaba a meter su lengua en su vagina, buscando sacar más de sus jugos. Fue en ese momento en que Misato explotó.
La Directora de Operaciones de NERV fue estremecida por el más brutal orgasmo que había experimentado en mucho tiempo. Enterró la cabeza en la almohada y gimió en éxtasis al sentir como este joven la había llevado al clímax usando solo su boca. Incluso ahora, presa de los estragos del orgasmo, él seguía trabajando con su lengua, saboreándola descaradamente.
Misato amó eso. Amó que Shinji le comiera el coño de esa manera, que la saboreada y la degustara de esa forma tan descarada. Quería decirle lo bien que lo hacía, lo mucho que lo disfrutaba, pero solo escapaban gemidos desde su boca mientras apretaba las piernas y mantenía atrapada la cabeza de Shinji, presionándola con las manos.
Por su parte, la boca de Shinii fue inundada por una descarga de fluidos vaginales, que bebió con avidez. Gimió de placer al sentir su boca inundada por ese líquido espeso y almizclado, tan dulce a su paladar, que saboreó y tragó, cumpliendo algo que había añorando desde hace mucho; comerle el coño a Misato, disfrutando y saboreando esa parte tan íntima de ella.
En este punto, Shinji se perdió en el deseo y se abocó a continuar disfrutando del mojado coño de Misato, degustando del manjar que manada de entre sus labios vaginales.
Los siguientes minutos fueron un borrón para Misato, solo supo que de pronto la traviesa lengua de Shinji lamía descaradamente su intimidad, y entraba en ella para buscar más. Para este punto Misato estaba totalmente superada y extasiada por el placer y los orgasmos venían en oleadas, dejándola totalmente aturdida.
Cuando Shinji salió finalmente de entre las piernas de Misato, ella estaba sudorosa, jadeante y totalmente destruida. Shinji contempló a la mujer, aun con las piernas abiertas y el coño chorreante, totalmente aturdida por lo que él había hecho. Tragó sonoramente ante lo que veía, degustando aun en su boca el fuerte y dulce sabor de Misato.
¿Lo habría hecho bien? ¿Habría disfrutado ella? La verdad es que Shinji no era muy experto en eso, por lo que no lo tenía muy claro, pero le pareció que Misato se había corrió algunas veces mientras él se daba el gusto de saborearla como deseaba desde hace un tiempo. Entonces sintió una mano en la mejilla y fue sacado de sus ensoñaciones.
Al enfocar la vista se encontró con una sudorosa y sonrojada Misato sentada frente a él. Su respiración era pesada aun, y su vista algo nublada por el placer que aun recorría su cuerpo que le tenía el coño algo adormecido.
Shinji fue tomado por sorpresa cuando ella le plantó un profundo beso, momento en que la lengua de ella ingresó en su boca, trabándose en un fiero combate. El beso se hizo aún más intenso y parecía como si Misato quisiera sorberle el alma, haciendo que el joven Piloto EVA se sintiera algo aturdido por la intensidad del beso. Tampoco podía dejar de lado el hecho de que su boca estaba impregnada por el dulce sabor de Misato. ¿No tenía ella problemas con eso, al saborearse a si misma?
El beso terminó repentinamente y Shinji contempló a la mujer, que le regalaba una hermosa sonrisa. Ella se acercó y le lamió los restos de sus fluidos de las mejillas; Shinji se sonrojó hasta las orejas por eso, pero Misato solo amplió su sonrisa.
— Gracias por eso — susurró Misato, acariciándole una mejilla — Estuviste increíble. Me hiciste correrme varias veces con tu legua. ¿Dónde aprendiste a hacer todo eso? — preguntó ella, mirándolo curiosa.
Shinji se sonrojó hasta las orejas. No podía decirle que había practicado con el coño de Maya.
— Yo… bien… solo me dejé llevar — respondió, esperando que ella se lo creyera.
Un nuevo beso en los labios fue suficiente para hacerle saber a Shinji que esa fue la respuesta correcta. Entonces gimió al sentir como una mano de Misato se aferraba su dolorosa erección, que había estado tratando de ignorar hasta ahora. Misato terminó el beso y llevó la boca a su oreja.
— Es mi ti turno de devolver el favor — Susurró ella mientras lo empujada de espaldas al futón.
El corazón de Shinji latía desbocado. ¿Ella en verdad iba a hacer esto? La respuesta llegó cuando Misato descendió hasta posicionarse entre sus piernas.
La mujer vio la formidable erección de Shinji y supo que el chico estaba al límite, por lo que esto sería relativamente rápido, aunque ella trataría extender su disfrute lo más posible. Sonrió y acarició es erecto miembro ante sus ojos, antes de estrecharlos al ver algo fuera de lugar.
— ¿Qué te pasó aquí? — preguntó Misato al ver la pequeña herida en el pene de Shinji.
— Un accidente con el… cierre del pantalón — dijo Shinji apenas en un susurro, disfrutando del toque de las manos de Misato.
— Debes tener más cuidado — dijo ella, dándole un suave beso sobre la cicatriz, antes de pasarle pasaba la lengua desde la base hasta la punta.
Shinji gimió de placer al sentir como ella le sujetaba el pene firmemente desde la base, mientras lo lamía como si fuera una paleta de caramelo, para detenerse y atrapar el glande entre los labios y chuparlo lentamente. La sensación era electrizante y desesperadamente placentera.
— Ahhhh… Misato — logró decir Shinji entre dientes.
Misato sonrió.
Shinji no tuvo aviso, simplemente sintió como de pronto se hundió en la cálida y mojada boca de Misato. Echó la cabeza hacia atrás mientras arqueaba la espalda, lanzando un liberador y agónico gemido de placer.
La sensación era increíble. Podía sentir como se deslizaba dentro de la boca de Misato, por sobre su legua hasta tocar su garganta. Entonces ella comenzó subir y bajaba una y otra vez, tragándose su masculinidad, para luego sacarlo de la boca, sujetarlo con una mano por la base y comenzar a lamerlo como si fuera un caramelo.
Ese fue el momento en que Shinji debió retirar sus palabras. Maya no le dio la madre de todas las mamadas, fue una mamada de amateur. Su amiga con ventajas lo había chupado rico, pero estaba a un mundo de diferencia de Misato. Esta mujer sí que sabe lo que hace, y es…. ¡¡Alucinante!!
Misato sonrió complacida al ver como Shinji se retorcía con cada lamida, así que comenzó a lamerlo con más lentitud, buscando extender un poco más el tiempo de su disfrute, pero causó el efecto contrario. En ese momento Shinji era presa de un tormento insoportablemente placentero, que lo tenía en las últimas cuerdas.
— Avísame cuanto estés por correrte — dijo Misato, antes de volver a chuparlo, arrancando más gemidos de Shinji, el cual le sujetó la cabeza con una mano para que ella siguiera en lo que hacía, hasta que finalmente llegó al límite.
— Misato… aaahhh, ya no aguanto más… — dijo entre dientes.
Misato sonrió y con un rápido movimiento, se tragó el pene de Shinji hasta la raíz, causando que este liberara toda la carga en su boca.
Misato saboreó y tragó ese espeso y caliente líquido como si fuera el más delicioso de los manjares, disfrutando de su premio, teniendo cuidado de no derramar ninguna gota. Finalmente procedió a estimular a Shinji con suaves chupadas para sacar los últimos restos de su carga, luego de lo cual lo liberó de su boca, para comenzar a limpiar ese simiente de carne usando su lengua. Cuando hubo terminado su labor, levantó la cabeza y miró a Shinji con una sonrisa traviesa.
— Gracias Shinji. Estuvo delicioso — dijo ella, aumentado su sonrisa traviesa.
Un jadeante Shinji no supo qué responder a eso, aun aturdido por la espectacular corrida que le dio Misato. Solo pudo mirar a los ojos de la mujer y darle una tímida sonrisa.
En ese momento, una prendida Misato comenzó a trepar por el cuerpo de Shinji como si fuera una gata en celo, lo que causó que el joven Piloto EVA comenzara a excitarse una vez más. De pronto estaba atrapado en un profundo y desenfrenado beso de Misato, sintiendo otra vez esa electrizante sensación de piel contra piel. Se abrazaron y rodaron por el futón hasta que Misato quedó debajo de Shinji, mientras seguían con sus besos y caricias.
En ese momento Misato sintió una presión en su bajo vientre y sonrió. Él estaba duro otra vez. Entonces ella abrió las piernas, acomodándose para recibir al que ahora sería oficialmente su amante.
Shinji terminó el beso y sintió como su corazón se aceleraba ante lo que iba a pasar, o ante la posibilidad de fallar y no complacer a Misato. Entonces la palma de una mano en su mejilla lo hizo contemplar a la mujer bajo él, que le regaló una tierna mirada y una sonrisa gentil. Esto lograron tranquilizarlo.
— Estoy lista para ti… tómame y hazme tu mujer — susurró Misato con cariño en la voz.
Esas palabras disiparon todas las dudas del joven Piloto EVA. Con algo de nerviosismo pero con total decisión, llevó su miembro hasta la abertura de Misato. Le dio una última mirada a la mujer y esta afirmó levente con la cabeza. Shinji cerró los ojos y lanzó un potente gemido al sentir como entraba finalmente en Misato.
— Felicidades. Acabas de perder tu virginidad — dijo Misato con una sonrisa, antes de darle un beso a su ahora amante.
Shinji no pudo responder a las palabras de la mujer, totalmente perdido en la sensación más deliciosamente placentera que había experimentado en su vida. Se sentía como un abrazo cálido, estrecho y húmedo. Era como el paraíso en la tierra; un paraíso que aprisionaba su miembro en esa gruta de carne, estrecha, caliente y resbaladiza.
Misato esperó paciente, consiente del mundo de placer que Shinji estaba experimentado, feliz de ser ella la que le entregara eso; y feliz de por fin sentirlo dentro de ella. Era una sensación increíble, pero necesitaba más. Tenerlo dentro no era suficiente.
— Shinji — susurró ella, y el decir su nombre, parece que fue todo lo que él necesito para volver en sí, y seguir adelante.
Un placentero gemido dejó los labios de Misato al sentir como él comenzaba a moverse, algo torpe en un inicio, pero poco a poco le fue tomando el ritmo, hacienda estremecer de placer.
— Sí… así Shinji… más… dame más… más fuerte — dijo Misato entre jadeos.
Tal como le pedían, Shinji comenzó a aumentar el ritmo y la fuerza de sus embestidas, lo que causó que los gemidos de Misato reflejaban un profundo placer por lo que él estaba haciendo. Su respiración se había acelerado hasta convertirse en jadeos y se mezclaban con sus gemidos, cuando ella comenzó a mover sus caderas para aumentar el estímulo. Era una sensación increíble y alucinante.
Misato se aferró con fuerza a su joven amante y comenzó a gemir con cada embestida que recibía, presa del placer que le provocaba ese simiente de carne que entraba y salía de ella. Su excitación aumentó al punto que su entrepierna estaba tan húmeda, que se escuchaba un sonido húmedo y resbaladizo cada vez que el entrada en ella. La sensación era alucinante. Sentía el cuerpo ardiendo y un ligero mareo al experimentar un placer que nunca antes había sentido. Un placer que estaba segura sentía porque era Shinji quien se lo estaba proporcionando. Lloró de felicidad. Finalmente estaba haciendo lo que más le gustaba, con la persona que más quería en el mundo. ¿Podía haber algo mejor?
Entonces, con una profunda y potente embestida, el clímax los alcanzó en forma repentina y al mismo tiempo. Misato experimentó otra vez un placer indescriptible al sentir como Shinji la inundaba con su líquido espeso y caliente, que la quemaba por dentro mientras un potente orgasmo la recorrían por todo el cuerpo, haciéndola enterrar la cabeza en el futón, a la vez que se aferraba a Shinji con su vida, al tiempo que curvaba los dedos de los pies.
Para Shinji la sensación fue indescriptible. Nunca imaginó que el sexo fuera algo tan increíblemente placentero. Podía sentir como su descarga inundaba el interior de Misato, mientras esta estrechaba la presión que ejercía en su miembro, haciendo que la sensación de placer fuera aún mayor. Arqueó la espalda y dio un último y poderoso gemido, antes de desplomarse sin aliento sobre el cuerpo de la que ahora era su mujer.
Ambos se quedaron así por unos momentos, abrazados, jadeantes y con una delgada capa de sudor cubriendo sus cuerpos. Con el tiempo las respiraciones de ambos fueron recobraban la normalidad, momento en que con el dolor de su alma, Shinji salió lentamente de Misato y se dejó caer pesadamente de espaldas en el futón. Inmediatamente sintió como Misato giraba para recostar medio cuerpo sobre él, mientras lo rodeaba con un brazo. Un nuevo beso no se hizo esperar, un beso tierno y suave, como agradeciéndole por el placer que le había dado.
— Eso estuvo… increíble — susurró Misato entre jadeos — ¿Seguro que eras virgen? — añadió, ahora con la cabeza recargada sobre el pecho de su joven amante.
— Muy seguro — dijo él, recobrando él aliento — Y quiero que sepas… que estoy feliz… de que seas tú la que se quedó con mi virginidad — añadió, aun entre jadeos.
Esas palabras tocaron el corazón de Misato. Se sonrojó y se sintió feliz por partes iguales. En cosa de segundos estaba sobre Shinji otra vez, plantándole un profundo y húmedo beso en los labios. Se separaron con un jadeo y se contemplaron a los ojos.
— Ten cuidado Shinji… si sigues hablándome así, harás que me enamore de ti — susurró Misato, con las mejillas sonrojadas — ¿Aceptarías esa responsabilidad? — añadió
Shinji se sonrojó hasta las orejas. ¿Qué responde eso?
— Mientras podamos volver a hacer esto… lo aceptaría sin dudar — respondió, esperando lo mejor.
Al ver la radiante sonrisa de Misato, supo que fue la respuesta correcta. Eso quedó claro para él, cuando sintió la mano de su ahora amante sujetando y acariciando su miembro, el cual comenzó a despertar de inmediato ante el estímulo y estuvo duro en cosa de segundos. La sonrisa de la mujer se amplió un poco más.
— ¡Wow! Ya estás listo para otra ronda — dijo ella, divertida — Parece que te gustó lo que hicimos. Ten cuidado Shinji, o esto podría transformarse en un vicio — añadió, masajeándole el pene.
El Tercer Elegido gimió ante el delicioso estímulo, y le dedico una intensa mirada a la sonriente mujer que seguía masajeando su pene. Entonces supo qué replicar.
— No me molestaría que esto fuera un vicio… mientras que pueda hacerlo contigo — se atrevió a decir, y de inmediato supo que fueron las palabras correctas, si la radiante sonrisa de Misato era un indicativo.
La Directora de Operaciones de NERV nuevamente se movió como gata en celo, trepándose sobre Shinji, mientras guiaba con una mano su dura erección a su húmeda intimidad. En este punto la sonrisa de la mujer era simplemente depredadora.
— Tú lo pediste… no puedes retractarte ahora — dijo ella con voz cargada de deseo, dejando la punta de su pene besando la entrada de coño — Hagamos de esto un vicio.
Con esas últimas palabras, Misato se dejó caer en el simiente de carne de su joven amante, permitiendo que él volviera a hundirse en su estrecha, húmeda y caliente intimidad. Shinji arqueó la espalda, enterró la cabeza en el futón y dio un fuerte gemido de placer.
________________________________________________________________________________
Misato abrió lentamente los ojos dando un gemido somnoliento. Pronto se dio cuenta de que se había quedado dormida, miró a un lado y sonrió ante lo que vio. Shinji estaba plácidamente dormido junto a ella. Le acarició el cabello mientras observaba el desnudo cuerpo del joven Piloto EVA y no pudo evitar centrarse en cierto apéndice igualmente dormido, pero que ella estaría encantada de despertar, hasta que recordó algo importante.
Buscó su reloj despertador con la vista y al ver la hora, supo que no habría tiempo para divertirse otro poco. Ya eran cerca de las 2:00 de la tarde. No creía que Asuka regresara antes de las 4:00 de la tarde, pero era mejor no arriesgarse. Hizo una mueca y decidió despertar a su joven amante.
— Despierta Shinji. Es hora de levantarse — dijo la mujer, revolviéndole el cabello.
El joven Piloto EVA se revolvió un poco en el futón emitiendo sonidos somnolientos, hasta que abrió lentamente los ojos, enfocándolos en la persona junto a él.
— ¿Misato? ¿Entonces no fue un sueño? — preguntó, al ver a su desnuda y hermosa tutora junto a él en el futón.
— Por supuesto que no, tonto — respondió ella entre risas, acariciarle una mejilla con una mano.
— Me alegra eso — dijo Shinji, con una sincera sonrisa.
— A mí también — añadió Misato — Ahora bien; pese a que me encantaría quedarme aquí contigo el resto del día teniendo sexo, ya son las 2:00 de la tarde y Asuka podría llegar dentro de poco. Lo mejor será levantarnos, tomar un baño y ordenar este desastre — añadió, viendo la zona de guerra que era el futón, y la ropa de Shinji desparramada por todo el lugar.
— También deberíamos ventilar el cuarto. El aroma a sexo es tan pesado que hasta me pican los ojos — añadió Shinji, momento en que llegó un almohadón en la cara.
________________________________________________________________________________
La pareja de amantes decidió no arriesgarse a ser descubiertos por Asuka y terminar su prohibida relación antes de que comenzara, por lo que se pusieron en movimiento de inmediato.
Shinji corrió a tomar un baño, mientras Misato se ocupaba de ordenar su cuarto. Lo primero que hizo fue abrir las ventanas para que saliera el olor a sexo que inundaba la habitación, luego recogió la ropa de Shinji y sus empapadas bragas para lanzarlas luego a la lavadora. Entonces miró su futón, cubierto de manchas de dudoso proceder, junto a sospechosas manchas de humedad. Consideró que sería muy vergonzoso de explicar todo eso en la lavandería, así que decidió dejarlo a un lado para darlo de baja, tomando una nota mental de tener más cuidado la próxima vez.
Cuando Shinji salió del cuarto de baño vistiendo solo una toalla en la cintura, fue directo a su cuarto para ponerse algo de ropa y luego encaminarse a la cocina para preparar algo de comer. Estaba muerto de hambre y estaba seguro que Misato estaría en una situación similar; considerando todo el ejercicio que habían hecho.
Mientras la mente de Shinji comenzaba a tener retrospectivas sobre todo lo que había hecho con Misato, la aludida salió de su cuarto con la ropa que iba a meter a la lavadora y unas bragas limpias. A la pasada recogió la ropa que dejó tirada en la sala cuando se desnudó para Shinji y entró apresuradamente al baño para tomar una necesaria y reponedora ducha caliente.
Para cuando Misato salió del baño, Shinji la esperaba con una contundente comida para reponer las fuerzas. Ninguno dijo una sola palabra mientras comían. No fue necesario. Con solo verse a los ojos podían entenderse a la perfección. Simplemente se lanzaban miradas y sonrisas traviesas, mientras devoraban la comida.
Una vez la pareja sació el hambre y recuperó algo de las calorías perdidas, Shinji se dedicó a lavar los platos, mientras que Misato se encaminó a la sala para buscar algo de música en su colección de CDs. Finalmente encontró algo de su agrado y lo puso en su equipo de música. El clásico "I Want To Break Free" del ya desaparecido grupo QUEEN, comenzó a escucharse por todo el departamento.
Contenta con su elección musical, Misato dio un asentimiento de cabeza y fue a sentarse en el sillón de tres cuerpos, para esperar a Shinji y conversar un rato. Él no tardó en unirse a ella.
________________________________________________________________________________
La tarde estaba deliciosa y los rayos del sol se colaban alegremente por el ventanal que daba al balcón. Había una agradable sensación de calidez en el lugar, que sumado a la buena música que estaban escuchando, creó un ambiente bastante acogedor. Tan acogedor; de hecho, que Shinji se estaba tomando una libertad que una semana atrás jamás se hubiera imaginado.
El Tercer Elegido llevaba una camisa negra manga corta, que mantenía abierta dejando ver su torso desnudo, junto con unos pantalones vaqueros de color claro. Estaba con la cabeza apoyada en el regazo de Misato mientras que ella, con una radiante sonrisa le acariciaba el cabello.
— Te ves feliz — dijo Misato, observando la radiante sonrisa del Tercer Elegido.
— Estoy feliz — reconoció él, con los ojos cerrados, mientras disfrutaba del regazo de Misato y las caricias de ella a su cabello — ¿Sabes? Esta es la primera vez en mi vida que puedo decir que estoy feliz — añadió.
— Me alegra escuchar eso — dijo Misato con una sonrisa sincera — Cuando te conocí, eras un niño tímido e infeliz, pero sin darte cuenta, poco a poco te has transformando en un hombre. Y ahora, finalmente te veo sonreír de felicidad. Eso me hace muy feliz.
— Gracias — dijo Shinji, abriendo los ojos y levantando una mano para acariciando una mejilla de Misato — Tú tuviste mucho que ver en esto.
— Me lo imagino. No todos los chicos que rondan los 15 años tienen la posibilidad de estar con una mujer adulta tan hermosa como yo — dijo Misato con una sonrisa de orgullo.
Shinji sonrió y estaba por hacer un comentario divertido, cuando se escuchó un sonido proveniente de la puerta principal. Asuka había regresado. La pareja se separó de un salto y se sentaron de forma menos comprometedora en el sillón. Pocos segundos después la pelirroja hizo acto de presencia en la sala.
Asuka arqueó una ceja apenas dio un vistazo a eso dos. La estúpida de Misato y el causante de todos sus desvelos y masturbaciones, estaban sentados uno junto al otro en el sillón de forma demasiado relajada mientras escuchaban música de antes del Segundo Impacto.
— Hola Asuka. ¿Cómo la pasaste donde Hikari? — preguntó una sonriente Misato.
— Bien. ¿Y ustedes qué se supone que están haciendo? — preguntó la pelirroja cruzándose de brazos, ya que por alguna razón tuvo la sensación de que algo estaba pasando ahí; pero por sus ovarios, no tenía idea de qué era.
— Solo conversamos un rato mientras escuchamos algo de música — respondió Misato, ampliando un poco más su radiante sonrisa.
— ¿Y tú por qué visten así, con la camisa abierta? — preguntó la pelirroja, al ver como Shinji dejaba ver su desnudo torso por completo. No pudo evitar un repentino ardor entre sus piernas ante la vista ante ella.
— Hace calor — respondió Shinji, encogiéndose de hombros.
Asuka tuvo que reconocer que lo que decía el Tercer Elegido era verdad; en realidad hacia algo de calor. Entonces estrechó un poco la mirada al contemplar al chico con un ojo más crítico, y tuvo que reconocer que se vía algo distinto. Se veía más… ¿Adulto?
La pelirroja no estaba segura qué era, pero era definitivo; había algo diferente en Shinji. Esto despertó su curiosidad y la atrajo por partes iguales. Sí, la atrajo. Y es que luego de una noche en vela quebrándose la cabeza, Asuka Langley Soryu finalmente había reconocido que Shinji Ikari le movía el piso. Lo que aún no tenía claro es qué hacer al respecto, aunque en el fondo de su corazón ya lo sabía. Era su orgullo el que le impedía tomar la decisión.
— Bueno, como sea. ¿Pasó algo interesante mientras no estuve? — preguntó la pelirroja, para tratar de pensar en otra cosa que no fuera Shinji.
Shinji y Misato intercambiaron una mirada, como considerando qué responder. Luego de unos segundos miraron a la pelirroja, para responder al mismo tiempo.
— Nada interesante.
Asuka pestañeó un par de veces por esa respuesta, mientras observaba a eso dos con detenimiento. No sabía por qué, pero esta respuesta le hizo reafirmar su suposición de que algo muy importante había pasado aquí. Lo que Asuka no podía imaginar, era hasta qué punto había sido importante lo que ocurrió en este departamento.
Dándole una última mirada a la sonriente pareja, Asuka dio media vuelta y se encaminó a su cuarto para dejar sus cosas, mientras que atrás, Shinji y Misato compartían miradas y sonrisas cómplices, felices como nunca antes en sus vidas.
FIN
________________________________________________________________________________
Notas del Autor: Tal como dice el título de este capítulo, finalmente tuvimos "Sex in Tokio-3".
Con el correr de esta historia Shinji tuvo algunas opciones para perder su virginidad, pero creo que la mujer indicada no podía ser otra más que Misato. Después de todo, es por ella que comenzó todo el enredo que dio origen a esta historia. Es ella quien le movió el piso a Shinji desde un principio. Las demás cayeron solo como daño colateral.
Ahora, les comento que este no es el final de esta historia. Aún falta un "Epílogo", con el que pretendo atar algunos cabos que quedaron sueltos. Estén atentos.
Saludos y nos leemos.