Chapter 27 - XXV: PURIFICACIÓN OSCURA

Según la IA, necesitaba un refugio seguro. Sin embargo, al observar la vasta extensión que se desplegaba frente a mí, me resultó imposible encontrar algo que pudiera considerarse lo suficientemente seguro para ocultarme. Lo único que alcanzaba a ver a la distancia eran las tiendas de campaña…

—IA, ¿crees que esas tiendas de campaña de los hombres lagarto estén contaminadas? —le pregunté, esperando alguna respuesta que confirmara mis sospechas. Pero el silencio se extendió entre nosotras; ni siquiera una advertencia llegó a mi mente.

—¿Crees que si entro en la barrera ocurra algo… inesperado? — insistí. Para recoger esas tiendas y meterlas en mi inventario, tenía que acercarme lo suficiente para cruzar el velo de maná, y la IA permanecía callada, como si no existiera.

—Sin respuesta… —murmuré, frunciendo el ceño. No iba a conseguir nada si me quedaba de brazos cruzados. Fuera como fuera, tenía que acercarme. Tomé una bocanada de aire y, tras activar el hechizo de "Senda veloz", avancé hacia el velo de magia. Al cruzarlo, sentí una extraña sensación, como si estuviera traspasando una capa de gelatina fina y fría que se deslizaba por mi piel. Pero fuera de esa peculiaridad, nada inusual sucedió. Incluso, desde adentro, el domo de maná ya no tenía el color que vi desde fuera; me sorprendí, honestamente pensé que sería como un filtro que teñiría el entorno desde dentro.

Avancé unos pasos, observando el interior del domo: las mismas rústicas construcciones que había visto antes, una fogata apagada que aún echaba humo, aunque ya sin brasas. No tenía idea de cuándo se había extinguido la llama, pero me di cuenta de que no importaba. Mi atención estaba fija en esas tiendas de campaña, en las que ahora sentía una especie de inquietud.

Una vez frente a ellas, un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Algo en esas tiendas me daba muy mala espina, como si también estuvieran contaminadas. Decidí usar "Análisis", pero no obtuve información clara, solo un signo de interrogación junto al nombre "Carpa pequeña de la tribu lagarto azul (?)". Examiné cada una, y tres de ellas parecían distintas: en lugar de "Carpa pequeña" figuraba "Carpa mediana", aunque a simple vista todas parecían iguales.

A pesar de la curiosidad, dudé en acercarme más, ya que cualquier cosa podría estar presente en el aire, oculto a mis sentidos. Por fortuna, tenía mi habilidad de "Purificación", así que decidí no arriesgarme y optar por un cántico más poderoso para asegurarme de erradicar cualquier enfermedad. El primer verso salió de mis labios, y aunque no sucedió nada a primera vista, sentí una extraña y tenue vibración en mi interior, como si algo comenzara a girar en mis entrañas. Al pronunciar el segundo, la sensación aumentó y se expandió como una onda, envolviéndome por completo, y así sucesivamente, hasta que finalmente, pude recitar la tercer estrofa, alcé la mano y pronuncié el nombre de la habilidad:

—[Purificación] —susurré, y en un instante, de mi mano brotó una luz oscura, más densa que las sombras a mi alrededor, como si absorbiera cualquier resplandor cercano. No era la luz blanca y limpia de siempre; esta oscuridad era más densa, casi tangible. —¿Luz oscura? —murmuré, atrapada momentáneamente por el espectáculo de esa energía, como si estuviera descubriendo un lado completamente nuevo de mis habilidades. Y en ese breve segundo, el hechizo se conjuró.

La luz se desplazó con sigilo hacia la tienda, envolviéndola por completo. Creí que había cumplido su propósito, pero al instante, la energía dio un giro, envolvió la tienda y luego volvió hacia mí como una marea oscura. Me quedé paralizada cuando la energía, ahora condensada, me atravesó, y sentí cómo algo ajeno a mi maná se adentraba en mí, golpeando mi interior. El dolor fue repentino e inesperado, tan intenso que casi me tambaleé.

Era como si una fuerza invisible recorriera mi cuerpo, cada pulsación resonando en mi ser. —Due… duele —pensé, sin siquiera poder formar una oración completa en mi mente. No encontraba las palabras para expresarlo, y antes de que pudiera siquiera reaccionar, apareció una notificación frente a mí:

 "Se activa con fuerza la habilidad [Acondicionamiento físico]", "Se activa con fuerza la habilidad [Acondicionamiento mágico]", "Se activa con fuerza la habilidad [Respiración de maná]", "Se activa con fuerza la habilidad [Mejora de asimilación]", "Se fuerza la sinergia [Sincronía potenciada]"

"Se activa la habilidad [Voluntad lunar]".

"Advertencia: la habilidad [Voluntad lunar] no puede activarse, en su lugar será reemplazada momentáneamente por [Voluntad inquebrantable]".

—Ugh, maldita sea... —murmuré, notando cómo el dolor insoportable que me atenazaba comenzaba a disminuir, dándome un leve respiro. Aprovechando que mi mente se aclaraba, activé rápidamente la habilidad "Claridad mental" para deshacerme de la opresiva niebla que se cernía sobre mis pensamientos. Con la habilidad en marcha, la bruma se disipó, y mi mente volvió a funcionar, aunque el dolor aún permanecía, agudo y lacerante, justo en el abdomen. No pude evitar compararlo con los dolores menstruales, aunque más intensos. De hecho, desde que llegué a este mundo, no había experimentado aquellos malestares habituales… Quizás, si se daba la oportunidad, le preguntaría a Era al respecto.

—IA, ¿qué es este dolor tan intenso? —pregunté, aunque dudaba que tuviera alguna respuesta concreta. Sin embargo, no perdía nada por intentar.

—La habilidad "Purificación" se alteró debido al modo de energía oscura y terminó "absorbiendo" la enfermedad —respondió, con su tono frío de siempre.

—¡¿Qué?! —solté, sorprendida— ¡¿Ahora estoy enferma también?!

El pánico se apoderó de mí. Sin perder tiempo, usé la habilidad de "Análisis" en mí misma para verificar el estado de mi cuerpo. Respiré aliviada al ver que no aparecían indicadores como "Enfermo terminal" o "Enfermo". Sin embargo, un pequeño ícono parpadeaba junto a varias estadísticas: "Fuerza", "Defensa", "Defensa mágica", "Resistencia" y "Maná", todas con una flecha ascendente. No obstante, algo no estaba bien… ¡mi vida (PV) estaba disminuyendo!

—O-Oye, IA, mi vida está disminuyendo, y mi maná también...

—Sí, la enfermedad está desgastando tu vida —replicó sin cambiar su tono.

—¡Pero no tengo el estado de "Enfermo"! —exclamé, frustrada. La situación se volvía cada vez más confusa, y nada de lo que decía la IA parecía aclarar mis dudas.

—Correcto. Absorbiste la enfermedad en lugar de infectarte. La habilidad "Purificación", al parecer, tiene dos variantes. La primera es la purificación de la fase luminosa, que dispersa y elimina cualquier maldad o energía negativa; una energía cálida y protectora. La segunda, una purificación oscura, en lugar de dispersar, absorbe la enfermedad o energía negativa y luego la elimina. Son dos enfoques distintos de purificación.

Respiré profundamente y me senté en el suelo, tratando de asimilarlo.

—Entonces… —comencé a decir, procesando cada palabra de la IA—, ¿me estás diciendo que al usar "Purificación" en modo oscuro terminé absorbiendo la enfermedad en lugar de erradicarla? En ese caso, ¿no significa que debería prohibir usar esa habilidad en esta modalidad?

—No necesariamente —repuso la IA—. Aunque tiene sus desventajas, también tiene aspectos positivos. Al absorber la enfermedad, incrementa tu tasa metabólica, lo que permite que uses la enfermedad para absorber maná o energía. Sin embargo, esta vez la enfermedad fue demasiado para que tu cuerpo la procesara, por lo que estás experimentando efectos secundarios. Aun así, esta situación también fuerza a tu cuerpo a romper sus límites, lo que resultará en una ganancia de estadísticas conforme metabolices la enfermedad.

Reflexioné sobre lo que acababa de escuchar, comenzando a ver la situación de manera más estratégica. Bueno, si absorber la enfermedad aumentaba mis estadísticas, quizás incluso debería considerar hacerlo de forma más proactiva. Tal vez esta sería la clave para fortalecerme lo suficiente como para superar este maldito escenario.

—Entiendo, creo que ya me queda claro. Solo tengo otra pregunta: ¿qué hace la sinergia que se activó hace un rato?

—La sinergia "Sincronía potenciada" mejora la velocidad de los procesos combinados en tu cuerpo. Para sintetizar la enfermedad, fue necesario un esfuerzo coordinado entre tu cuerpo y tu magia, lo que activó ambos tipos de acondicionamiento. Como el esfuerzo era demasiado para tu cuerpo, se activó el acondicionamiento máximo, forzando una activación superior. Además, durante ese proceso, estuviste "asimilando" la maldición. Normalmente, solo una de estas habilidades se activa a la vez, pero en este caso se activaron todas, incluida la respiración de maná.

—Es extraño, ¿no? Aún no he usado conscientemente la respiración de maná.

—Estás equivocada. Desde el primer día en este mundo, ya podías usarla. Por eso recuperas maná rápidamente y mantienes una regeneración física acelerada. La respiración de maná es una habilidad que adquiriste en tu vida pasada.

—¿Qué? Eso no puede ser… En mi vida pasada no había maná. Solo usaba una técnica de respiración que me enseñaron: "Respiración del microcosmos" —recordé con nostalgia y desagrado. En el pasado, también había aprendido otras técnicas de respiración: Respiración del cielo y tierra, respiración de la primavera, respiración eterna… ¡Ah! Si aquellos viejos maestros supieran que realmente funcionan en otro mundo, ¡morirían de envidia!

 [Se ha desbloqueado la habilidad "Técnicas de respiración de otro mundo (UR)"]

—¿Qué…?

—…

—¡Estaba bromeando! ¡¿Re-Realmente funcionan en otro mundo esas técnicas raras?! — Espera, si realmente funcionan… ¡Hay algo que debo probar!

Lentamente me pongo en posición de loto, sintiendo cómo cada parte de mi cuerpo se asienta suavemente en el suelo, como si las raíces de un antiguo árbol se extendieran desde mis caderas hacia el centro de la tierra. Con la mente en calma, cierro los ojos y me dejo llevar por la tranquilidad que me rodea. Sí… esto es… "Mi pequeño refugio"

A medida que me concentro en mi respiración, el ritmo se vuelve más lento y profundo. Cada inhalación se siente como un susurro que atraviesa mi ser, llenando mis pulmones y extendiéndose a cada rincón de mi cuerpo. La oscuridad que me rodea se convierte en una presencia palpable, como una bruma suave y espesa que me envuelve.

Comienzo a perder la noción del tiempo. Los sonidos del mundo exterior se desvanecen, y la sensación del suelo bajo mí se vuelve más intensa, me siento pesada, como si la gravedad se multiplicase cada vez más. Mis pensamientos fluyen, cada uno se disuelve en la siguiente inhalación, y la línea entre el aquí y el ahora se difumina.

Siento cómo mi mente se sumerge en un estado profundo de introspección. La oscuridad dentro de mí se manifiesta, tomando forma y sustancia, como un océano de sombras en el que estoy a punto de zambullirme. Este lugar es familiar de mi mundo original; es donde guardo mis pecados, pero también donde habitan "Ellas".

Las sombras se deslizan lentamente a mi alrededor, cubriéndome con su manto oscuro. Sin embargo, de repente, todo se torna violento; siento cómo estas fuerzas me lanzan de un lado a otro, agitándome sin descanso. Aun así, no me importa. Finalmente se calman, y al cesar el movimiento, mis ojos se abren.

Frente a mí se extiende un paisaje familiar: un bosque marchito y calcinado. El mismo lugar de siempre. No obstante, algo está mal. Esta vez no he recibido la habitual bienvenida. Bueno, hace mucho tiempo que no vengo; quizás estén molestas. Pero no hay tiempo para dudar. Debo moverme rápido si quiero mantenerme a salvo. Sin vacilar, activo Senda Veloz y echo a correr. Reconozco cada uno de estos árboles, marchitos y tétricos, en sus mismas posiciones de siempre. El camino hacia su hogar está grabado en mi memoria.

Corro, esquivo, avanzo. Mi respiración se vuelve rítmica y precisa mientras esquivo los árboles en mi trayecto. Finalmente, tras esa frenética carrera, allí está: su casa. Una cabaña de madera junto al lago, inalterable en su apariencia… pero extrañamente distinta.

Toc… toc… toc… Golpeo la puerta. Nadie responde. ¡No tengo tiempo para esperar! Sin dudar, lanzo una patada contra la puerta, y entro. Todo luce… viejo, muy viejo. Hay polvo acumulado y telarañas que decoran cada rincón. El lugar conserva una especie de aura nostálgica, como si el tiempo mismo se hubiera detenido aquí. "Pensar… pensar que al fin volvería…" murmuro para mis adentros, aunque no vine aquí por la cabaña o el bosque, sino por algo mucho más importante: ellas.

—¿¡Hay alguien aquí!? —pregunto, sintiendo cómo la preocupación se entrelaza con la nostalgia en mi voz, resonando en el vacío de aquella cabaña. Ninguna respuesta. Camino lentamente por la habitación, y de repente me encuentro con algo que despierta aún más inquietud: comida mohosa, abandonada, intacta.

—Esto es… —mi voz tiembla. El horror va apoderándose de mí. Comienzo a correr frenéticamente por cada rincón de la casa, desesperada por encontrar una señal de vida. Sin embargo, a donde sea que vaya, solo encuentro el vacío. Los muebles han desaparecido; apenas quedan algunos objetos dispersos, como cuchillos y agujas. La preocupación se transforma en angustia. Esto… esto no puede ser. No puede estar sucediendo, ¿verdad? No me darían una falsa esperanza de esta manera, ¿verdad?

Recorro todas las habitaciones sin hallar a nadie, y el tiempo apremia. Finalmente, decido dirigirme al lago. Tal vez estén allí, aunque mi corazón duda.

Al llegar, me detengo un momento a observar el lago: su agua es de un oscuro azul ominoso, su superficie inmóvil y turbia. El hedor sigue siendo espeso y penetrante, y el lugar se siente inquietantemente familiar en su decadencia. El lago está vacío, como esperaba. Solo hay agua estancada y algunos restos de huesos, pequeños esqueletos de peces… demasiados pequeños. ¿Habrán muerto de hambre? ¡No, no puede ser! Aún quedaba comida en la cabaña, comida que ni siquiera fue tocada y se pudrió. Entonces… ¿Dónde están?

Al ver la escena, siento cómo se desvanece la esperanza que guardaba en mi interior. Estaba segura de que esta vez las encontraría, de que regresarían. Pero… parece que no era cierto.

Con un suspiro pesado y melancólico, abandono este mundo y regreso a la realidad, pero no sin antes dejarles una ofrenda: algo de comida y una nota. Estos objetos no provienen de mi inventario ni de este mundo. Son, en cierto sentido, fragmentos de mi mente. Este lugar es un mundo que creé en mi vida anterior debido a una técnica de respiración fallida: Técnica de respiración: Purificación del pecado. Una técnica diseñada originalmente para ayudar a personas con TEPT a enfrentar y superar sus traumas. Sin embargo, cuando yo la utilizaba, caía en una especie de coma y aparecía en este mundo.

Cada vez que caía en coma, mi cuerpo sufría un desequilibrio extremo. La temperatura se elevaba bruscamente, los latidos de mi corazón se descontrolaban, y de pronto todo se desplomaba. Mi respiración se detenía, y con ella otros factores vitales. Si no hubiera estado en "ese" lugar en ese momento, probablemente habría muerto desde la primera vez. Pero sobreviví y volví a este mundo más de una vez, convirtiéndolo en mi propio método para expiar mis pecados.

Con el tiempo, aquel lugar comenzó a adquirir una forma propia, una retorcida y desolada. Al principio, aparecían espantos y susurros distantes, que eventualmente se transformaron en árboles secos y, después, en el lago. Finalmente, ellas se manifestaron. ¿Quiénes son? Aún no es momento de revelarlo.

Mientras dejo atrás ese mundo solitario, las sombras comienzan a moverse. Criaturas que siempre han estado cerca de mí emergen lentamente, como si estuvieran despertando de un largo letargo. Por mi prisa, 'no noté su presencia', pero siempre estuvieron allí, observando en silencio. Al ver que ya me he marchado, estas criaturas, con sus figuras esqueléticas y débiles, comienzan a llorar con sollozos apagados. Entre lágrimas, susurran en un tono casi inaudible:

—Volvió… finalmente volvió…

—Entonces, ¿podemos crecer de nuevo? Ya no necesitamos escondernos, ¿verdad?

—No tan rápido… esperemos un poco más…

Con paciencia, se acercan a la ofrenda que dejé. A simple vista, se nota cuánto tiempo han pasado sin comer. Sus figuras delgadas y casi espectrales avanzan torpemente hacia la comida, ignorando la nota. "Coman bien, Mizu, Tsuki, pronto volveré… y lo siento…", se lee en la carta.