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Yo No Te Olvido

DaoistmApEmV
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Synopsis
Stefania Hayden es una mujer de 25 años con una vida aparentemente tranquila y feliz, pero con muchos secretos que provienen de un pasado tormentoso. Un pasado que volverá a su vida, gracias a su proyecto más codiciado pero que luego llegara con más fuerza, cuando ella comience a recordar cosas que había olvidado por culpa del accidente que sufrió hace diez años atrás. Recuerdos que la llevaran a investigar para descubrir verdades que le fueron negadas desde su infancia y que la llevaran hacer justicia, una justicia que no tuvo ni ella ni su madre en su momento y que gracias a la posición que tiene ahora podrá intentar conseguirlo. Pero su camino no será nada fácil, porque tendrá que enfrentar sus más profundos miedos y enfrentar a las personas que más le hicieron daño, en especial su verdadera familia. Dándose cuenta de que nadie es lo que parece, pero aún así, estará dispuesta hacer lo que sea necesario para que los culpables caigan sin imaginarse tampoco que el amor de su vida que conoció desde pequeña volverá a hacerse presenta y que al igual que ella, él sentía lo mismo o lo siente aún después de creerla muerta por diez años...
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Chapter 1 - CAPÍTULO 1: SORPRESA.

Stefania.

 

Termino de enviar el último correo electrónico que tenía pendiente cuando alguien abre la puerta trasera del auto del lado derecho para entrar.

 

- Hola amor, cómo estás?, me extrañaste?... - Dice el hombre que se ha subido al otro lado del auto.

 

- Claro que sí papá, te extrañe mucho, cómo te fue en tú viaje?. - Le respondo al bajar la pantalla de la laptop.

 

Él se acerca arrastrándose por el asiento trasero hacia mí para darme un abrazo y un beso en la mejilla.

 

- Stefania... amor, son las siete de la noche y aún estás trabajando. Me gusta que seas muy disciplinada, pero la vida no es solo trabajo, ya te lo he dicho. - Me dice al tomar mi laptop y entregársela a Max, quien es su mano derecha y amigo prácticamente de toda la vida.

 

- Papá!!!... - Le reclamo por quitármela.

 

- Está confiscada, por lo menos hasta mañana. Ahora vamos a ir a cenar a tu restaurante favorito y allá te cuento como me fue en el viaje de negocios y en el recorrido que hice por algunos lugares. Vamos Max... - Le dice a este para que él le dé la orden al chofer de arrancar y hacia donde nos dirigimos.

 

Ya en el restaurante mientras cenamos, mi padre y yo conversamos sobre lo que hicimos en todo este tiempo en el que no estuvimos juntos por su viaje de negocios. Incluso, quería que le repitiera lo que ya le había contado en las llamadas que habíamos tenido. 

 

- Parece que estuviste bastante ocupada, amor... tienes que dedicarte a hacer otras cosas que no sean solo de trabajo, salir y divertirte...

 

- Como estoy, me siento bien papá. - Le contesto sonriéndole.

 

- Nunca me cansare de decírtelo, a ver si algún día me haces caso... - Yo solo me rio ante su comentario y su cara de frustración de niño pequeño.

 

- Bueno, en fin... cambiemos de tema y pongámonos serios amor. En mi recorrido por las empresas, me llego una propuesta proveniente de una constructora en Londres para la nueva naviera que quiero abrir en Europa, fui una semana para hablar con ellos y mirar con profundidad su propuesta y me han convencido...

 

- Eso es estupendo papá, desde hace algunos años es lo que has querido hacer. – Le respondo muy contenta.

 

- Si y esta empresa londinense, me ofrece todo lo que quiero para construir nuestro proyecto como lo hemos planeado, así que voy a necesitar amor que te vayas a vivir a Londres por una larga temporada. Por lo menos, hasta que nuestra naviera ya esté en funcionamiento y si nos va bien con ellos, podríamos contratarlos para el proyecto de Sudáfrica...

 

- Papá... yo no puedo ir a Londres... - Digo interrumpiendo abruptamente su charla.

 

- Qué?... por qué no puedes?...

 

- Porque ya tengo cosas acá de las que me tengo que hacer cargo...

 

- Ya lo sé hija, pero de esas cosas yo me voy a hacer cargo junto con Gregor mientras tú te ocupas de la naviera que además ha sido idea tuya y tu proyecto principal desde que trabajas conmigo. Tú tienes que estar ahí, te necesito allá en Londres...

 

- No me pidas eso, yo no te dije que la construyéramos en Londres.

 

- Yo sé, pero es una gran idea hacerlo allá, además ya firme el contrato con la constructora y ya no puedo retractarme. - Me dice algo molesto.

 

- Lo siento, pero yo no puedo ir a Londres papá... - Me levanto de la mesa y salgo del restaurante, dejando a mi padre atrás. Tomo un taxi y me voy sola a la casa.

 

En cuanto llego, me dirijo hacia mi habitación. Cambio mi ropa por un traje de baño y de inmediato me voy hacia la piscina a hacer un poco de ejercicio para distraer mi mente y calmar un poco el miedo y la frustración que están creciendo dentro de mí. Después de un tiempo, comienzo a sentirme algo cansada por lo que me detengo, acercándome a uno de los bordes de la piscina para salir y así poder ver la hora en el celular que lo he dejado en la mesa al lado de los parasoles. Veo que son las diez de la noche, por lo que me doy cuenta de que llevo una hora haciendo ejercicio sin parar, luego siento como alguien me coloca algo en mis hombros. Me giro para ver quién es y miro a Max, quien trata de colocarme una bata de baño en los hombros para abrigarme, le sonrío y luego él me ayuda a terminar de colocármela. 

 

- Muchas gracias, Max.

 

- De nada señorita Stefania, pero he de decirle que me tenía un poco preocupado al ver que llevaba mucho rato nadando y nada que se detenía.

 

- Si, lo sé y mi padre?.

 

- Él quería venir a verla y hablar con usted en cuanto regresamos del restaurante, pero yo le dije que era mejor esperar a que usted se calmara un poco y pensara mejor las cosas, que no debía presionarla.

 

- Muchas gracias, tú siempre piensas en todo.

 

- Es mi trabajo, señorita.

 

- Bueno, pero para nosotros eres como de la familia o por lo menos yo lo considero así y sé que mi padre también.

 

- Y ustedes también lo son para mí y ahora aprovechando que estamos hablando de eso, yo quiero decirle algo si me lo permite.

 

- Por supuesto... te escucho Max. - Le respondo al sentarnos el uno frente al otro mientras él llena una taza con un poco de chocolate caliente para luego dármela.

 

- Señorita... yo creo que usted debería aceptar ir a Londres, ha sido su idea, su proyecto desde que esta con el señor Jhonatan y se convirtió en su mano derecha para los negocios, es su amada hija...

 

- No sé Max... yo no creo que este lista para volver a esa ciudad...

 

- De qué tiene miedo señorita Stefania?. - Lo miro a su rostro esperando a que me confirme lo que yo ya sé.

 

- Usted es ahora Stefania Hayden, una mujer completamente diferente a la que era antes, tanto física como mentalmente. Una mujer decidida, inteligente y muy fuerte, use esa fortaleza que antes nunca imagino que tendría para afrontar lo que venga, para no dejar que nada ni nadie vuelva a lastimarla ni alejarla de sus objetivos. Piénselo, no vale la pena seguir teniendo miedo cuando usted está ahora bajo otras condiciones para defenderse...

 

Mientras sigo mirando a Max, siento en mis piernas algo peludo y algo mojado, miro hacia abajo y es Dastan mi perro. Un hermosos Husky Siberiano de ojos azules claros como el cielo, con pelaje gris y blanco.

 

- Hola amigo... - Lo saludo al acariciarle su cabeza y sus orejas.

 

- Piense en lo que le acabo de decirle señorita Stefania, descanse y buenas noches... – Me dice Max para luego levantarse.

 

- Lo haré, gracias Max y buenas noches para ti también.

 

Me quedo por un rato observando el agua de la piscina mientras sigo acariciando a Dastan, pensando en cada una de las palabras que Max me acaba de decir hasta que comienzo a sentir algo de frio.

 

- Ven, ya es hora de descansar. - Le digo a mi perro.

 

Me doy un baño y luego me coloco el pijama, me preparo para dormir cuando veo unas carpetas encima de la mesa de noche de mi habitación y una nota encima de ellas.

 

- " Creo que la información que se encuentra en estas carpetas, le puede ser de utilidad y ayudar a tomar una decisión, Max. ".

 

La verdad, es que no pude aguantarme las ganas de saber el contenido de aquellos documentos, por lo que me acomodo en mi cama y comienzo a leerlos uno por uno. Al cerrar la última carpeta, observo la hora y me doy cuenta de que son las tres de la mañana, por lo que tomo un poco de aire y luego me acomodo en la cama para tratar de dormir, pero por más que lo intento, lo único que hago es dar vueltas. Le hago señas a Dastan para que se suba a la cama y se acurruque a mi lado para así calmar mi ansiedad al acariciarlo.

 

No sé en qué momento me logré quedar dormida, porque siento cuando Dastan coloca su cabecita en mi estomago esperando a que me levante. Abro los ojos y me estiro, vuelvo a ver la hora y observo que son las seis de la mañana, me levanto y salgo de la habitación hacia el jardín con Dastan después de pasar por la cocina, servirme un poco de té y darle de comer a mi compañero peludo más hermoso del mundo.

 

Mientras bebo un poco de mi té, veo pasar a mi padre hacia su estudio por uno de los ventanales de la casa, por lo que decido arreglarme para luego ir a comunicarle mi decisión. Me arreglo con rapidez y luego toco la puerta de su despacho, anunciando mi presencia.

 

- Adelante... - Me responde aún desde adentro, por lo que de inmediato abro la puerta.

 

- Hija... pasa por favor, creo que debemos hablar. - Me dice mi padre al verme.

 

- Yo creo que las cosas están bastante claras y solo te comunico que acepto irme a vivir a Londres el tiempo que sea necesario. - Le digo para luego tratar de cerrar la puerta.

 

- Cariño, espera... - Me dice para evitar que termine de cerrar la puerta e irme.

 

- Si tú no quieres ir… no vayas, no quiero que te sientas obligada...

 

- No voy a negarte que en parte si me siento así, pero ahora también tengo otros motivos para ir a Londres. Solo espero que no te importe que me tome el resto de la semana para terminar unos pendientes que tengo y para deliberar tareas que tengo a mi cargo antes de irme a Londres la próxima semana.

 

- Stefania... ven hablemos...

 

- Creo que es mejor dejar las cosas por ahora así papá, no quiero terminar diciendo cosas de las que me pueda arrepentir después, pero lo que si tienes que tener claro, es que trataré de no volverte decepcionar como lo hice anoche, porque la persona que soy ahora es gracias a ti y nunca debería cuestionar nada de lo que me digas o me pidas así no me agrade, así que perdón por eso. Que tengas un lindo día... - Le digo para luego irme y cerrar la puerta a mis espaldas.

 

- Stefania... - Escucho como mi padre vuelve a llamarme a través de la puerta cerrada.

 

- Buenos días, señorita Stefania... - Me dice Max al encontrármelo en el pasillo.

 

- Ocurre algo?.

 

- Buenos días Max. No, no ocurre nada malo, solo calma a mi padre y dile que no se sienta incomodo porque acepté ir a Londres, finalmente él no me lo impuso, yo solo he aceptado porque no es justo que después de todo lo que ha hecho por mí, solo me pida una cosa y la rechace de esa manera tan grosera.

 

- Me alegra que haya decidido a ir...

 

- No te hagas Max, que tú nunca haces una jugada sin pensar, esto es también obra tuya... sabías que si me dabas la información de las carpetas y yo la leía, me darías razones para ir y así lograr que me decidiera ir a Londres.

 

- Señorita... no se sienta...

 

- Qué?... obligada, pues de alguna manera los dos me han obligado a volver al infierno al que no quería regresar nunca más...

 

- Pero esta vez, usted tiene la fuerza, la ventaja y los recursos para enfrentarlos y detenerlos. Usted debe tener en cuenta que es Stefania Hayden, una mujer totalmente distinta a la de antes y a la que conocieron. Además... estoy completamente seguro de que ni siquiera la van a reconocer, pero hay algo que marca mucho la diferencia en este momento. - Sigo quedándome en silencio, esperando a que termine.

 

- Usted ahora no está sola, me tiene a mí. Yo voy a ayudarla en todo lo que usted necesite y no permitiré que nadie le haga daño o la vuelvan a lastimar, eso se lo prometo.

 

- Mi padre aún desconoce... 

 

- Cómo usted me lo pidió y seguirá siendo así hasta que usted lo quiera. 

 

Le agradezco con un gesto y salgo del pasillo sin decir nada más.