- Ya hemos llegado señorita Stefania. - Me dice Max cuando detiene el automóvil en la entrada de la compañía Hoffman.
Respiro profundamente, tratando de calmar un poco mis nervios. Espero a que Max le dé la vuelta al auto para que me abra la puerta y así poder salir. Caminamos hacia la entrada y luego Max se me adelanta para hablar con la recepcionista, apenas Max le comunica quienes somos, la mujer de inmediato se pone de pie para acompañarnos hacia donde será la reunión.
Mientras subimos por el elevador y luego caminamos por algunos pasillos, puedo darme cuenta de que es una empresa muy exitosa, aunque ya lo sabía por el informe que había leído sobre ella y por eso no pude culpar a mi padre por preferirlos a ellos para la construcción de la naviera, el contrato es excelente. El problema, es que precisamente los haya escogido a ellos habiendo más empresas que podían hacerlo, pero una vez más, el destino me está jugando una mala pasada.
- Permítanme, los anuncio en la sala de juntas. - Nos dice la mujer al llegar a una gran puerta de madera muy elegante con adornos dorados. Después de unos segundos, la mujer nos hace una señal para entrar.
- Muchas gracias... cuál es tú nombre?. - Le pregunto a la mujer, quien me mira algo sorprendida.
- Ángela, a sus órdenes.
- Nuevamente, muchas gracias Ángela y es un placer conocerte. - Le digo al sonreírle.
- Igualmente. - Responde y se va por donde ingresamos.
- Porque me miró de esa manera?. - Le pregunto a Max.
- Porque la mayoría de los ejecutivos y de la gente, no tratan a los empleados como usted lo hace y mucho menos saben sus nombres o los preguntan.
- Me parece una tontería pensar así, porque el éxito de una compañía son los empleados que trabajan en ella. - Max se sonríe al escucharme.
- Lista?... - Me pregunta y yo solo le confirmo afirmativamente moviendo mi cabeza.
Ingresamos y de inmediato un grupo de hombres se levantan de sus asientos, luego uno de ellos camina hacia nosotros.
- Buenas tardes señorita Hayden, es un placer conocerla y tenerla aquí con nosotros. Mi nombre es Scott Hoffman y soy el dueño de esta compañía. - Me dice al extender su mano para estrechar la mía mientras se presenta.
- El placer es todo mío señor Hoffman, le presento a Max mi acompañante para esta reunión y nuestra mano derecha, tanto mía como la de mi padre.
- Es un gusto. - Responde el señor Hoffman al mirar a Max y estrechar también su mano.
- Para mí es un placer. - Contesta Max.
Luego damos algunos pasos cuando el señor Hoffman vuelve a hablar.
- Les presento a mi hijo Terry Hoffman, él es encargado de la relaciones internacionales y exteriores de la empresa.
- Un placer conocerlo señor Hoffman. - Le digo al estrechar su mano.
- El placer es mío señorita Hayden.
- También déjeme presentarle a mi mejor amigo, administrador y contador Mark Hazzard. - Me dice el señor Scott.
- Encantado de conocerla señorita Hayden. - Me dice al estrechar mi mano.
- Un gusto conocerlo señor Hazzard...
- Y por último, déjeme presentarle a su hijo Joey, es el encargado del departamento de recursos humanos. - Me dice de nuevo el señor Scott.
- Señor Hazzard... un placer conocerlo. - Le digo al estrechar su mano.
- Señor Hazzard no, dígame Joey y el placer es todo mío, créame... es usted una mujer muy hermosa. - Me dice sin dejar de mirarme de arriba abajo y sin soltar mi mano.
- Joey, estas incomodando a la señorita Hayden con tu actitud depredadora, devuélvele la mano. - Dice una voz que proviene de atrás de nosotros.
Todos los presentes nos giramos y miramos hacia el lugar de donde proviene la voz que acaba de salvarme de una situación bastante molesta.
- Christofer... - Susurra Joey mientras me suelta la mano algo molesto.
- Hermano, que bueno que lograste llegar a tiempo para acompañarnos. - Dice Terry Hoffman al acercarse al hombre que acaba de llegar.
- Les pido una disculpa por la tardanza, pero al parecer tuve un problema con mi auto y tuve que llegar en un taxi. - Dice el hombre mirando a Joey Hazzard, quien levanta un poco sus hombros y desvía su mirada.
- Lo importante, es que ya estas acá hijo. Señorita Hayden, le presento a mi hijo menor, el arquitecto Christofer Hoffman quien se hará cargo del diseño de su naviera.
- Un placer conocerla. - Me dice al estrechar mi mano.
- El placer es mío. - Le respondo.
Luego de todas las presentaciones, nos sentamos y comenzamos la reunión, por lo que de inmediato tomo la iniciativa.
- Les reitero que para mí es un placer conocerlos y espero que este negocio sea tan rentable para ustedes como para nosotros, por lo que voy a entrar de inmediato en lo que me interesa. - Les digo al abrir la laptop que Max me entrega. Todos los hombres me miran como si tuviera dos cabezas y en completo silencio, pero no me importa, ya que quiero terminar con esto lo antes posible.
- Vamos a comenzar señores. Primero, quiero conocer la cantidad de personas contratadas que estarán en la obra, los horarios, salarios, condiciones de trabajo como la alimentación, el tipo de protección que usarán, en fin... toda la información pertinente. Segundo, tenemos unas peticiones que deben ser incluidas en el diseño, por lo que queremos que se tengan en cuenta para nuestra naviera. Tercero, queremos tener en nuestras manos todos los permisos pertinentes según las legislaciones del país y de la ciudad, para no llevarnos ninguna sorpresa después con las autoridades. También quiero tener los presupuestos y costos muy bien definidos para revisarlos, y creo que por el momento eso es todo, lo suficiente como para comenzar. - Todos los hombres me observan con los ojos abiertos como platos.
- Alguna pregunta?. – Digo porque nadie dice nada.
- Necesitamos señorita Hayden, una lista con todos los puntos que usted necesita para que no se nos olvide nada sobre sus peticiones. - Me contesta Christofer Hoffman.
- Por supuesto señor Hoffman, acabo de enviarles por correo electrónico a cada uno de ustedes lo que necesito, punto por punto según la información que manejan en su departamento. En caso de que tengan alguna duda con los requisitos que acabo de enviarles por escrito a su correo, les solicito que me envíen uno de vuelta con las preguntas que tengan cada uno. Algo más?... - Todos se miran por un momento para que luego el señor Scott Hoffman tome la vocería.
- Creo que no hay más preguntas ni dudas por el momento señorita Hayden.
- Muy bien, espero que seamos un gran equipo para sacar este proyecto adelante y si me permiten señores, me retiro. - Les digo para luego levantarme de la mesa de juntas.
- Un momento señorita Hayden, la verdad es que nos gustaría invitarla a cenar a algún lado para darle la bienvenida. - Me dice Joey.
- Lo siento señor Hazzard, pero tendré que rechazar su invitación, ya que solo llevo en el país un par de horas y hay cosas que tengo que hacer para poder terminar de instalarme, será en otra oportunidad. - Estrecho las manos de todos una vez más, como símbolo de despedida y de cortesía.
- Una cosa más señorita Hayden... - Vuelve a decir Joey cuando me dispongo a salir por la puerta.
- Si... dígame señor Hazzard... - Le respondo mientras me giro nuevamente para mirarlo mientras Max sostiene la puerta esperando a que salga para él hacerlo cuando yo salga de la sala.
- Para cuando es la próxima reunión en donde discutiremos los puntos que nos solicitó?.
- La próxima reunión dependerá de la información que me envíen. La información que les pedí es para mañana mismo y en caso de tener algún inconveniente, les doy cuarenta y ocho horas para hacerlo a partir de ahora, excepto para el señor arquitecto que tendrá una semana para presentarnos algunos bosquejos de prueba sobre lo que le solicitamos para incluir en el diseño.
- Pero eso es muy poco tiempo. - Me contesta de nuevo Joey.
- Lo que les solicite señor Hazzard, no es nada nuevo para ustedes. De hecho, es una información que ustedes deben de manejar con todos sus clientes normalmente como constructora y tampoco creo que le hayan ofrecido a mi padre cosas que están fuera de su control porque siendo así, debo decirles que me dejarían altamente preocupada señores. - Digo para al final observar al señor Scott Hoffman, por lo que este ve a Joey como si quisiera golpearlo.
- Por supuesto que no habrá ningún problema en suministrarle la información que usted nos ha solicitado y a tiempo señorita Hayden, verdad Joey?... - Dice y pregunta al final el señor Scott muy molesto con la actitud que tiene Joey.
- No habrá ningún problema Scott, eso te lo puedo garantizar, verdad Joey?... - Contesta el señor Hazzard por su hijo para luego mirarlo también como si quisiera asesinarlo.
- No, claro que no, solo bromeaba... - Responde Joey totalmente avergonzado.
- Es bueno saberlo y tenerlo todo aclarado. - Digo y luego comienzo a caminar hacia la salida, pero me detengo en la puerta.
- Una cosa más señor Hazzard... no me gustan las bromas y menos cuando se tratan de negocios. - Le digo.
- No se preocupe señorita Hayden, creo que a Joey ya le quedo bastante claro. - Responde por todos los presentes, Christofer Hoffman con una sonrisita un poco burlona hacia Joey.
- En cuanto revise los documentos que ustedes me envíen, programaré una nueva reunión para discutirlos con ustedes. Señores... que tengan un excelente día, hasta luego. - Digo finalmente para salir de ese lugar.
Me subo al auto y en cuanto lo hago, respiro hondo y luego suelto el aire con un poco de ruido mientras Max le da la vuelta al auto para que este no me oiga.
- Muy bien hecho señorita, estoy muy orgulloso de usted. - Me dice Max en cuanto se sube al asiento del piloto y cierra la puerta.
- Estaba muerta del susto. Pensé que él más que nadie, me iba a reconocer... pero que equivocada estuve. Si antes era invisible prácticamente para él, ahora mucho más, ya que mi apariencia ha cambiado mucho desde la última vez que lo vi.
- Yo no estaba preocupado y menos por eso, usted ya no es la misma. Ha cambiado mucho por dentro y por fuera, su aspecto es completamente diferente ahora.
- Parece que si... ya que no fue capaz de reconocer a su... - Digo en un susurro.
- Vamos ahora al pent-house en donde va a vivir para que lo conozca o... - Intenta preguntarme Max, pero lo interrumpo antes de que termine la frase.
- No Max, quiero que me lleves al cementerio...
Sin decir nada más, Max enciende el automóvil para dirigirnos hacia nuestra próxima parada y como él sabe todo de mí y de mi pasado, él sabe hacia donde se tiene que dirigir.
En la entrada al cementerio, compro un ramo grande de rosas blancas y luego comienzo a seguir a Max hasta llegar a una tumba que se encuentra debajo de un árbol completamente abandonada, sucia, llena de hojas secas y con moho.
- La dejo, con permiso. - Me dice Max antes de irse.
Me arrodillo y con la mano libre comienzo a quitar las hojas secas y un poco de la suciedad para tratar de limpiar un poco y así poder ver el nombre del propietario de la tumba, hasta que finalmente ya se puede observar. " Rose Carroll, 1977 - 1997 ".
- Hay mamá, perdóname por tenerte tan abandonada y no haber vuelto durante tantos años. Solo tengo disculpa por los primeros cinco años de los diez en los que he estado ausente sin venir a verte, que fueron los años que dure en recuperarme. Me haces tanta falta y aunque ahora no me siento tan sola como antes porque ahora tengo a mi padre, a Max, a Dastan y a Gregor, muchas veces me siento muy sola sin ti. Sabes mamá... después de tanto tiempo lo volví a ver y él no me reconoció, no reconoció a su hija... definitivamente hay cosas que por más tiempo que pase, nunca cambian...