Chapter 4 - una vida

Advertencia ⚠️ ⚠️ Futuro contenido para mayores 18 leer bajo su propio criterio

Advertencia contenido grafico de violencia y algo de ntr,sex0,amor,libertinajeImágenes y personajes no me pertenece crédito a sus autores. Advertencia este capítulo contiene escenas para mayores y lenguaje bulgar están advertidos que esto es para mayores ok.el persona que utilizaré es un oc (vash pero con cambios) y esta historia poca trama mucha cosa 7w7

Vuelvo a aclarar +18 solamente y lo repito de nuevo (por que hay gente que no lo entiende)

Después de ser acogidos por el gobierno americano, Ady y vash fueron llevados ante las instalaciones del gobierno secreto, Julius asegura que no es nada de que preocuparse. Vash sería llevado a un instituto al ser huérfano y sin registros parentales o familiares conocidos. Nadie sabía mucho sobre el su expediente, fue cerrado por el Propio Julius Robert sin ánimo de que experimentaran más con el pobre chico.

Ady Morpheus fue condecorado Sus seis condecoraciones incluyeron la Medalla Aérea con un racimo de hojas de roble, la Medalla de la Campaña Estadounidense, la Medalla de la Campaña de Europa, África y Medio Oriente con tres estrellas de servicio de bronce, la Medalla de la Victoria de la Segunda Guerra Mundial y la Medalla del Servicio de Defensa. Fue enviado a casa con honores militares y reconocimiento.

Residencia Morpheus, Manhattan distrito de Harlem.

Era tarde, y la luz de la lámpara sobre la mesa del comedor apenas iluminaba el rostro de Ady, que se encontraba sentado con los codos apoyados en la mesa, las manos entrelazadas frente a él. Afuera, la noche caía pesada, y el sonido lejano de grillos era el único eco en la oscuridad. Vash dormía en su pequeña habitación, ajeno a la conversación que estaba por tener lugar.

Isabella, que había estado en la cocina preparando té, entró con una bandeja. Colocó una taza frente a Ady y otra frente a ella, pero él no levantó la vista.

Isabella con suavidad, tomando asiento frente a él—¿Has pensado en lo que te dijeron los agentes? Sobre lo que pasará con Vash.

Ady seguía mirando sus manos. No había dejado de pensar en ello desde la reunión en el gobierno. El niño alemán que había rescatado, el chico al que no había podido dejar atrás en el caos de la guerra, estaba ahora bajo su techo, pero su futuro seguía siendo incierto.

Ady finalmente levantando la vista, con el rostro lleno de dudas—No puedo dejar de pensar… que quizás esté cometiendo un error.-El expediente era incierto y la mención de esa palabra "ewigkeit" lo podría llevar ante una corte marcial.

Isabella lo miró en silencio, dándole tiempo para ordenar sus pensamientos. Sabía que Ady no hablaba de sus emociones con facilidad, pero cuando lo hacía, era porque llevaba días, semanas, tal vez meses, pensando en todo lo que ocurrió.

Isabella preguntó suavemente—¿Qué te preocupa exactamente? ¿Crees que no deberíamos habernos involucrado?

Ady suspirando, mientras frota sus ojos cansados—No es eso. No me arrepiento de haberlo traído. Dios sabe que no podía dejarlo allí… solo, entre las ruinas en...….las cosas que vi no eran humanas...…no podia dejarlo a su suerte. Pero ahora que está aquí… ¿qué puedo ofrecerle? Soy un hombre roto, Isa. ¿Cómo puedo ser un buen padre para él cuando yo mismo no tengo todas las respuestas?

Isabella dejó que las palabras fluyeran en la habitación, observando cómo la tormenta interna de Ady se manifestaba en pequeños gestos los dedos tensos, la mandíbula apretada, los ojos que miraban hacia un pasado lleno de fantasmas.

Isabella con una voz firme pero llena de comprensión—Nadie tiene todas las respuestas, Ady. Ni siquiera los que parecen tenerlas. No se trata de ser perfecto, sino de estar allí para él. Y lo que más necesita ahora… es saber que alguien está dispuesto a quedarse.

Ady soltó una risa amarga, mirando el té que se enfriaba en su taza.

Ady con un susurro—No sé si puedo darle lo que necesita. Mira el estado en el que estoy… Apenas puedo lidiar con mis propios demonios, y ahora él tiene los suyos. ¿Y si no puedo protegerlo? ¿Y si empeoro las cosas para él?

Isabella tomó una respiración profunda. Sabía que, desde que Ady había vuelto de la guerra, sus noches habían estado plagadas de pesadillas, de sombras que lo seguían incluso en los días tranquilos. Pero también sabía que, a pesar de todo, su corazón aún tenía espacio para cuidar de alguien más. Siempre lo había tenido.

Isabella (con voz suave, pero decidida):

—Ady, ya lo estás protegiendo. Lo sacaste de ese infierno, y lo trajiste aquí. Le diste un techo, un lugar seguro. Eso es más de lo que muchos niños en su situación podrían tener. Y… quizás él también pueda ayudarte a ti.

Ady la miró, desconcertado.

Ady pregunto incrédulo—¿Ayudarme? Isa, él es solo un niño. ¿Cómo podría ayudarme a mí?

Isabella esbozó una pequeña sonrisa, llena de ternura.

—Porque te ves a ti mismo en él. Lo que viviste… las cosas que viste allá. Sabes lo que es llevar ese peso, y quizás ayudarlo a él a cargar con el suyo, también te ayude a ti. Tal vez… adoptar a Vash no sea solo por él, sino por ti también. Para que ambos encuentren algo de paz.

Ady bajó la mirada, sintiendo el peso de esas palabras. Nunca había pensado en ello de esa manera, pero ahora, empezaba a ver una verdad en lo que Isabella decía. Vash había despertado algo en él, una necesidad de cuidar, de reparar, que no había sentido desde que volvió a casa solo, sin su hermano. Tal vez, de alguna manera, este niño era su oportunidad de redención.

—¿Y si no soy suficiente para él? ¿Si no puedo darle lo que necesita?

Isabella le tomó la mano, apretándola con fuerza, brindándole un apoyo silencioso.

—No tienes que ser perfecto, Ady. Solo tienes que estar allí. Amarlo como puedas, día tras día. Él no necesita a un héroe… ya te tiene a ti.

Ady sintió que sus defensas comenzaban a ceder. Sus hombros, que siempre parecían cargados con el peso del mundo, bajaron ligeramente, mientras las palabras de Isabella le daban algo que no había sentido en mucho tiempo: esperanza. No estaba seguro de cómo sería el futuro, pero sabía que no podía dejar a Vash solo en medio de ese vacío.

—Lo adoptaremos, Isa. No puedo dejarlo en manos del destino. Si hay algo que puedo hacer para darle una vida mejor, lo haré. Pase lo que pase.

Isabella sonrió con ternura, asintiendo suavemente.

—Entonces lo haremos juntos. No estás solo en esto.

Ady la miró, su corazón finalmente encontrando un momento de paz en medio del caos. Por primera vez en mucho tiempo, sintió que tal vez, solo tal vez, podía construir algo nuevo. Algo mejor.

Esa noche, mientras subían las escaleras en silencio, Ady se detuvo un momento frente a la puerta entreabierta de la habitación de Vash. El niño dormía profundamente, con la respiración suave y el rostro relajado, ajeno a las tormentas que se debatían por su futuro. Ady lo observó por unos instantes, con una mezcla de ternura y solemnidad.

Ady en un susurro, más para sí mismo que para Vash—Voy a cuidarte, chico. No dejaré que te pase nada. No más.

Isabella lo tomó del brazo, y juntos, se alejaron por el pasillo, sabiendo que el futuro traería desafíos, pero también la promesa de algo más grande: la oportunidad de sanar juntos.

Días después la muerte de Adolf llego a todo el mundo siendo suicidio la causa dl final del temible Reich y solo poco después el fallecimiento de Julius R. Oppenheimer dio un duro golpe a las fuerzas de la unión, los detalles de su fallecimiento fueron ocultando de las masas comunes. Pocos sabían lo que de verdad paso, la forma en la que el gran padre de las explosiones había muerto en combate contra el Tercer Reich. Dos usuarios de ewigkeit y candidatos a hadous hegemónicos habían perecido y el balance se había roto. La mesa redonda de obsidiana eran los únicos con el poder arcano. O eso se pensaba, después de todo el hijo siempre tendrá algo de sus padres.

(Nt: si quieren ver la pelea de Adolf y Oppenheimer esta en la historia de "Amor por las explosiones" primer capitulo ;D)

El cielo gris se cernía sobre la escuela de ladrillo rojo en las afueras de la ciudad. La bandera americana ondeaba suavemente, aunque el viento frío no parecía inmutarla. A lo lejos, los gritos de los niños jugando en el recreo llenaban el aire, pero en una pequeña sala de reuniones, todo estaba inmóvil. Ady Morpheus se sentó frente a dos agentes del gobierno, su rostro marcado por los delirios de la guerra y las decisiones difíciles que le habían dejado cicatrices, tanto visibles como invisibles.

La sala olía a papeles viejos y café rancio. Frente a él, los agentes sostenían carpetas, revisando con atención cada hoja. Uno de ellos, un hombre canoso y de ojos duros llamado Agente Thompson, levantó la vista y observó a Ady con detenimiento.

El Agente Thompson con voz seca pregunto—Señor Morpheus, ¿entiende lo que está pidiendo? Este niño… es alemán. Hablamos de un país que hace apenas un año estaba en guerra con nosotros. ¿Por qué quiere adoptarlo?

Ady miró hacia la ventana por un momento, donde vio a los niños jugando en el patio. Vash estaba allí también, tímido, apartado de los demás. Un niño solo en medio de un país que aún lo veía como enemigo. Ady volvió la mirada a los agentes.

Ady con voz ronca, pero firme—Ese niño no es un enemigo. Es solo un chico que ha perdido todo… igual que muchos otros. Yo lo encontré en el caos, en medio de ruinas y hambre. Y no pude dejarlo allí. No después de todo lo que he visto.- No permitiría que estos desgraciados que nunca pusieron un pie en occidente juzgarán a un niño.

El otro agente, una mujer llamada Agente Carter, miró las notas en su carpeta. Su tono era más suave, pero su voz aún llevaba una carga de profesionalismo distante.

Agente Carter con un tono cauteloso—Entendemos, señor Morpheus. Pero adoptar a un niño extranjero, especialmente uno de una nación que fue enemiga, no es un proceso sencillo. Hay muchos trámites, y hay preocupaciones sobre su bienestar y adaptación. Además… él ya tiene un trauma significativo por lo que ha pasado. ¿Está usted preparado para lidiar con eso?

Ady apretó los puños, recordando las veces que había despertado en medio de la noche, sudando, con imágenes de la guerra aún frescas en su mente. Él mismo sabía de traumas. Quizás por eso sentía que podía ayudar a Vash de una forma que nadie más podría.

Ady en voz baja, pero decidido—Nadie está preparado para algo así… pero Dios sabe que yo no voy a dejar que ese chico siga solo. Ya ha perdido demasiado. Si ustedes estuvieran allí… si lo hubieran visto como lo vi yo, sabrían que no es una cuestión de trámites o de papeles. Es una cuestión de humanidad.

Hubo un silencio tenso en la sala. Thompson dejó escapar un suspiro, cruzando los brazos mientras miraba a su colega, claramente incómodo. Carter se inclinó hacia adelante, adoptando un tono más conciliador.

—Sabemos que usted tiene la mejor de las intenciones, señor Morpheus. Nadie cuestiona eso. Pero el sistema es complejo, y hay normas para proteger tanto al niño como a usted. Tendremos que hacer evaluaciones… entrevistas, visitas domiciliarias… todo para asegurarnos de que este sea el entorno adecuado para Vash.

Ady asintió lentamente, aunque la frustración empezaba a burbujear en su interior. Para él, esto no era burocracia; era el futuro de un niño. Un niño que ya había visto demasiado sufrimiento.

Ady con un susurro amargo—¿Y cuánto tiempo más tiene que esperar? ¿Cuánto tiempo más tiene que estar sin un hogar, mientras ustedes llenan formularios?

Thompson se aclaró la garganta y habló en un tono más severo, pero con algo de respeto hacia la determinación de Ady.

—Mire, señor Morpheus. No estamos en contra de usted. Solo necesitamos hacer las cosas bien. No se trata solo de adoptarlo porque usted lo quiera. Este es un proceso que afecta al niño y a su futuro. ¿Está preparado para todo lo que implica criar a un niño como Vash? No solo a nivel emocional… sino todo lo demás su adaptación cultural, las secuelas de la guerra… ¿Está usted y su esposa listos para eso?

Ady se quedó en silencio por un momento, mirando sus manos, ásperas y llenas de cicatrices. Recordó a su camarada, quien nunca regresó de la guerra, y cómo se prometió a sí mismo que, si sobrevivía, haría algo por aquellos que también lo habían perdido todo. Vash era su oportunidad para cumplir con ese juramento.

Ady finalmente levantando la mirada, con una mezcla de tristeza y convicción—No hay manual para esto, Thompson. No sé si estoy preparado, pero lo único que sé es que no voy a abandonarlo. He visto suficiente destrucción, suficiente muerte. Ese niño merece una vida. Y si puedo darle eso, entonces haré lo que sea necesario.

Carter lo miró con una mezcla de respeto y empatía. Era evidente que Ady no era solo otro veterano con un caso de remordimiento de guerra. Este hombre estaba dispuesto a hacer todo por ese niño. Pero aún así, había procedimientos que cumplir.

Agente Carter hablo con suavidad—Bien. Entonces procederemos con las evaluaciones. Será un proceso, pero lo haremos lo más rápido posible. Quiero que sepa que, aunque haya burocracia, nuestro objetivo es el mismo: el bienestar de Vash.

Ady asintió, aunque el peso de las palabras "procedimiento" y "evaluaciones" le caían como una losa. Se levantó de la silla, y antes de salir, miró hacia el patio donde Vash seguía solo, pateando una piedra con la cabeza baja. Una punzada de dolor atravesó su pecho. Sabía que la espera sería difícil, pero no había vuelta atrás.

Ady en voz baja, mientras se giraba hacia la puerta—Lo esperaré. Haré todo lo que me pidan… solo no lo hagan esperar más de lo que ya ha esperado.

Afuera en el patio

Vash estaba solo, viendo a los otros niños reír y jugar. No entendía la mayoría de lo que decían, y aunque Isabella le había explicado algunas cosas en inglés, las palabras aún se le escapaban. Se agachó para recoger una piedra del suelo, y comenzó a patearla distraídamente, pensando en todo lo que había perdido.Las voces que algunas gritaban cesaron, dejaron de gemir y empezaron a murmurar sueños, metas, pasatiempos, de todo tipo de cosas nostálgicas, muchas de las cuales jamás vio o experimento. No existía un manual que le dijese como debía actuar, Josef siempre se encargó de eso.

De repente, sintió una mano firme pero cálida en su hombro. Era Ady. Vash lo miró, sin decir nada, pero sus ojos reflejaban una mezcla de incertidumbre y esperanza. Ady no era de muchas palabras, pero cuando habló, su voz fue suave, casi paternal.

Ady con voz grave pero tranquila—Vamos a casa, chico. Esto va a tomar tiempo, pero… te prometo que no vas a estar solo.

Vash asintió, entendiendo solo parte de lo que Ady decía, pero sintiendo el calor en su tono. No sabía si el lugar donde estaba sería su "hogar" algún día, pero por primera vez en mucho tiempo, empezaba a creer que tal vez, solo tal vez, podría llegar a serlo.

Vash Stampede, de solo 10 años, se sienta en el asiento trasero de una vieja camioneta, observando los campos abiertos de Estados Unidos. Aún lleva consigo el peso de la guerra los recuerdos de bombardeos, los días del entrenamiento, y el miedo constante. Frente a él, conduciendo, están Ady e Isabella Morpheus, el hombre y la mujer que ahora son su familia.

Extraño

Pero le gustaba

Isabella mirándolo por el espejo retrovisor—Vash, cariño, llegaremos pronto. ¿Estás bien?

Vash en voz baja, con un marcado acento alemán—Sí… estoy bien, señora Isabella.

Isabella sonriendo con dulzura—Llámame Isabella, o Isa si prefieres. No necesitas ser tan formal.- Siempre quiso un hijo y este pequeño adorable le agradaba lo suficiente con su cabello rubio ojos de un verde cautivante tez clara y un pequeño lunar debajo de su ojo.

Ady sigue conduciendo en silencio, con su mirada fija en la carretera, como si estuviera más cómodo con el sonido del motor que con las palabras.

Al llegar a la residencia, Vash baja lentamente, mirando a su alrededor. El lugar es amplio, con una casa de madera acogedora, Harlem si mal no recuerda el nombre del distrito. Para él, todo se siente extraño. Estaba más acostumbrado a cuartos de aislamiento, campos y hospitales.

Tal vez vivir los sueños de las voces sea el primer paso para el sentido que buscaba.

El viento frío del otoño golpeaba la ventana de la vieja camioneta mientras Vash Stampede observaba los campos abiertos de Estados Unidos. Todo era demasiado vasto, demasiado silencioso. El ruido de la guerra aún resonaba en su cabeza, pero aquí, lo único que escuchaba era el motor del vehículo y el susurro del viento. Había conservado su apellido por extraño que parezca era lo único no clasificado de su archivo aunque el nombre completo fue negado por los agentes argumentando motivos de seguridad y protección.

Isabella estaba tejiendo a su lado mientras él sostenía un estambre de hilo—Vash…. ¿Cómo te sientes?

Vash bajó la vista, jugueteando con los bordes de su chaqueta desgastada. No entendía bien todas las palabras en inglés, pero sabía lo que ella preguntaba. No se atrevía a decir la verdad.

Vash en un susurro, con su acento alemán—Estoy… bien.-era tranquilo aunque Harlem fuera una ciudad en crecimiento la zona en la que vivían estaba un poco alejado casi en un campo pero lo bastante cerca para escuchar el bullicio de la ciudad.

Isabella le sonrió, aunque sus ojos reflejaban una mezcla de compasión y tristeza. Sabía que no era cierto. Ningún niño que hubiera pasado por lo que él vivió podría estar "bien".

Le había pedido ayuda a  Vash como forma de tenerlo cerca y entablar una conversación. El aire olía a tierra fresca, pero algo en el paisaje tranquilo lo inquietaba. La paz le resultaba extraña, casi incómoda.

Isabella hablándole suavemente—Este es tu hogar ahora, Vash. Ven, te enseñaré la casa.-dejo de tejer para levantarse animada.

Vash asintió, pero no se movió. Sus ojos se quedaron fijos en un árbol cercano, todo envuelto en un cielo gris. Parecía demasiado lejano de lo que recordaba, aunque no sabía si eso era algo bueno o malo.

Ady, que se mantenía un poco atrás, finalmente habló, su voz  directa, pero sin brusquedad.

—Vas a estar bien aquí, chico. Vamos, Isabella te mostrará todo.

Entraron en la casa, y el crujir del suelo de madera resonó bajo sus pies. Las paredes tenían fotografías en blanco y negro, recuerdos de una vida anterior a la guerra, una vida que para Vash parecía imposible.

Isabella lo llevó a una pequeña habitación en el segundo piso, simple pero acogedora. En la cama había una colcha tejida a mano, y una ventana que daba al campo abierto.

Isabella sentándose en el borde de la cama, con voz calmada—Sé que debe ser difícil… todo esto. Pero quiero que sepas que estás a salvo aquí. ¿De acuerdo?

Vash asintió, pero sus ojos no podían esconder ese sentimiento. Sus manos apretaron los bordes de su abrigo, y tras un momento de duda, levantó la vista hacia ella.

—¿Por qué… me trajeron aquí?

Isabella lo miró con ternura, tomando una respiración profunda antes de responder.

Isabella con suavidad, casi en un susurro—Porque nadie debería estar solo, Vash. Y porque… todos merecen una segunda oportunidad.

Ady, que había estado observando desde la puerta, se aclaró la garganta y habló, su tono más tranquilo, pero no por falta de compasión, sino porque las palabras no le salían fácil.

Ady mirando a Vash con dureza, pero sin crueldad—La guerra te quita muchas cosas… A mí me quitó a mi hermano. Pero cuando te vi allí… tú eras solo un niño. Ningún niño debería cargar con las culpas de los adultos. Lo único que importa ahora es que estás aquí. Con nosotros.

Vash no dijo nada. No sabía cómo responder a eso. Se sentía agradecido, pero al mismo tiempo, el peso de todo lo que había vivido le impedía sentir alivio.

Vash casi para sí mismo—… mi casa.

Isabella le puso una mano en el hombro, ligera pero firme.

Isabella con una sonrisa triste—Lo sé, cariño. Pero con el tiempo, quizás este lugar también pueda ser tu casa. No tiene que ser hoy. Solo… cuando estés listo.

Vash no estaba seguro de si alguna vez estaría listo, pero en ese momento, la suavidad en la voz de Isabella fue suficiente para hacerle sentir, al menos por un momento, menos solo.

La mañana siguiente llegó demasiado rápido. El uniforme escolar que Isabella había conseguido para él le quedaba algo grande, y el nudo de la corbata era un desastre. Frente al espejo, Vash trataba de ajustarlo, pero sus manos temblaban, no por nerviosismo, sino por la ansiedad que le causaba lo desconocido.

Isabella entrando en la habitación con una sonrisa tranquila—Déjame ayudarte. Estas cosas pueden ser complicadas la primera vez.

Con manos suaves, desató el nudo desordenado y volvió a atarlo con facilidad, mientras Vash la observaba en silencio. Había algo en su forma de ser que lo tranquilizaba, aunque su mente aún estaba lejos de sentirse en paz.

Vash con voz baja—No sé si quiero ir… a la escuela.- Ya tenia una madurez mental muy diferente...…..eso supondría un problema.

Isabella se agachó hasta quedar a su altura, y le sonrió con calidez.

—Lo sé. Sé que debe parecer aterrador… pero no estarás solo. Habrá otros niños, y estoy segura de que harás amigos. ¿Recuerdas lo que hablamos anoche? Aquí nadie va a hacerte daño. Esta es una oportunidad para empezar de nuevo.

Vash la miró a los ojos, buscando alguna señal de duda en sus palabras, pero no encontró ninguna. Finalmente, asintió lentamente.

El primer día en la escuela fue....peculiar. Desde el momento en que cruzó la puerta del salón, Vash sintió las miradas sobre él. No comprendía bien lo que decían, pero las risas burlonas estaban muy presentes.

Niño desde el fondo del salón, burlón—¡Miren! ¡El nuevo chico ni siquiera sabe hablar!

Como si la mudes fuera una gracia, pero lo que más dolía era la risa. Vash bajó la cabeza, deseando desaparecer. Sin embargo, una voz suave se alzó por encima del bullicio.

Lily una niña pequeña con una mirada decidida—¡Déjenlo en paz! Ni siquiera lo conocen.

(lily)

Una mano lo ayudo a guiarse por el salon lirio una chica de tez clara ojos azules como el cielo y cabello negro tan largo que le llegaba a su espalda.

-'Creo que puedo vivir con esto'- Fue su último pensamiento antes de comenzar son su vida.

Los años pasaron, y Vash había cambiado mucho desde aquel niño tímido y asustado que llegó a Estados Unidos. Aunque todavía guardaba cicatrices de su pasado, el cariño de Ady e Isabella había sido un refugio seguro. Pero la vida escolar seguía siendo complicada. Su acento alemán lo hacía diferente, y la guerra dejaba un eco en su presencia que no todos podían ignorar.

Ahora, Vash estaba en la preparatoria. Sus hombros más anchos, su mirada más madura, pero aún alegre. En la cafetería, se sentaba casi siempre solo, hasta que Lily, su única amiga de confianza, se unió a él con su bandeja.

Lily con una sonrisa suave, mientras se sienta—Te vi en clase de historia, te quedaste muy callado cuando hablaron de la guerra. ¿Estás bien?

Vash movió el tenedor por el plato, sin levantar la vista. No había día en que la guerra no surgiera de alguna forma. Y aunque había aprendido a vivir con su pasado, ciertos temas aún le pesaban.

Vash en voz baja, con un leve acento—Siempre es lo mismo… La guerra, Alemania, los enemigos. Y todos me miran como si yo fuera uno de ellos.-aunque equivocados no estuvieron del todo, si fue casi creado para una guerra.

Lily lo observó con compasión, sabiendo que había una profundidad en Vash que los demás no veían. Para la mayoría de sus compañeros, él seguía siendo "el chico alemán", sin conocer lo que realmente había vivido.

Lily hablosuavemente—No todos piensan eso, Vash. Solo los que no te conocen. Y si te conocieran como yo, sabrían que no tiene nada que ver contigo.

Vash mirando finalmente a Lily, con un esbozo de sonrisa triste—Pero soy yo el que carga con todo eso, ¿no? Ellos no lo entenderían.

Lily suspiró, sabiendo que no podía cambiar lo que los demás pensaban, pero quería que Vash supiera que no estaba solo.

—Bueno, si algún día deciden hablar contigo, descubrirán que eres uno de los buenos. Aunque tengan que pasar por mí primero.

Vash soltó una risa suave, agradecido por la levedad que Lily traía a sus días. Ella había sido una constante en su vida desde la secundaria, la única persona que lo aceptaba por lo que era, sin juzgarlo.

—Gracias, Lily. No sé qué haría sin ti.

En casa, esa misma tarde

Cuando Vash llegó a casa, el sol comenzaba a ocultarse detrás de los árboles del patio trasero. El hogar de los Morpheus siempre tenía un ambiente acogedor, con el aroma de comida casera flotando en el aire. Ady estaba sentado en su sillón, leyendo el periódico, mientras Isabella cocinaba en la cocina.

Vash dejó caer su mochila en el suelo junto a la puerta y caminó hacia la cocina, donde Isabella le sonrió al verlo entrar.

Isabella con una sonrisa cálida—¿Cómo te fue hoy, cariño? ¿Todo bien en la escuela?

Vash encogiéndose de hombros, apoyándose en la barra de la cocina—Lo mismo de siempre. Clase de historia… hablaron de la guerra. Todo el mundo me miró otra vez.

Isabella dejó de revolver la olla por un momento y caminó hacia él, colocando una mano suave sobre su hombro.

—Lo siento, hijo. Sé que no es fácil, pero eso no te define. Lo sabes, ¿verdad?

Vash asintió, aunque por dentro seguía sintiendo que nunca podría escapar completamente de las sombras de su pasado. Isabella lo abrazó suavemente, transmitiendo el calor maternal que siempre le daba consuelo.

Ady desde la sala, levantando la vista del periódico—¿Te molestaron? Si alguien te está causando problemas, hazles lo mismo. No tienes que enfrentar eso solo.si te golpean defiendete.

Vash mirando a Ady, con una sonrisa leve—No, papá. Nadie me molesta directamente. Solo… se siente como si nunca pudiera encajar del todo.

Ady dejó el periódico a un lado y se levantó, caminando hacia su hijo. Se paró junto a Isabella, y juntos formaron un pequeño círculo de apoyo alrededor de Vash.

—Escucha, chico. El mundo no es siempre justo, y la gente va a hacer suposiciones. Pero eso no cambia quién eres realmente. Has recorrido un largo camino, y estoy orgulloso de ti. No dejes que lo que los demás piensen te controle.

Vash miró a su padre adoptivo, sintiendo una mezcla de gratitud y algo de tristeza. Sabía que Ady siempre había estado allí para él, desde el primer día, pero el peso de su pasado a veces era demasiado para compartir.

—Gracias, papá… a veces solo desearía ser alguien más. Alguien que no tuviera una historia como la mía.

Ady intercambió una mirada rápida con Isabella, sabiendo que esas palabras venían del lugar más profundo del corazón de su hijo. Se acercó y le puso una mano firme en el hombro, mirándolo directamente a los ojos.

Ady con algo de  seriedad, pero con cariño—Vash. No es algo de lo que debas avergonzarte. Lo que has pasado… lo que hemos pasado juntos, es parte de lo que te hace fuerte. Pero no define quién eres hoy, ni quién serás mañana. Eso lo decides tú.

Vash asintió, aunque el nudo en su garganta seguía ahí. Había días en los que sentía que su pasado era una sombra que nunca lo dejaría ir, pero en momentos como este, con Ady e Isabella a su lado, esa sombra parecía un poco menos abrumadora.

Días antes de la graduación

Vash y Lily caminaban por el campo de fútbol de la preparatoria al atardecer. Las gradas vacías eran un reflejo de los días que se acababan; pronto, la graduación marcaría el fin de su vida escolar, y el futuro seguía siendo un abismo incierto.

Lily mirando el cielo anaranjado—¿Ya sabes qué vas a hacer después de la graduación? ¿Has pensado en ir a la universidad?

Vash pensativo, pateando una piedra—No estoy seguro. Tal vez debería quedarme un tiempo en casa… ayudar a mis padres. No sé si quiero irme todavía.

Lily mirándolo con una ceja levantada—¿Estás diciendo que quieres quedarte en este pueblo para siempre? No me lo creo, Vash. Siempre has querido ver el mundo, hacer algo más grande.

Vash con una sonrisa tímida—Quizás, pero… ¿y si no estoy listo? He pasado tanto tiempo tratando de encajar aquí. ¿Y si allá afuera es peor?

Lily le dio un empujón suave en el brazo, sonriendo.

—Allá afuera puede ser difícil, pero también puede ser increíble. Además, no tienes que enfrentarlo solo. Siempre estaré aquí. Y quién sabe, tal vez acabemos en la misma universidad.

Vash la miró, agradecido de tener a alguien que creía en él cuando a veces ni él mismo lo hacía.

Vash con una leve sonrisa—Supongo que tenerte cerca haría las cosas un poco más fáciles.

Lily sonriendo con picardía—Claro que sí, soy la única que puede soportar a este chico misterioso con extravagantes gustos en color.-se rio cuando vash sintió que una roca le caía encima no era su culpa que su apego a su abrigo rojo, que es uno de sus rasgos más distintivos. El abrigo tiene un diseño algo simple, con detalles en azul por dentro. Su color vibrante resalta entre el paisaje.

Camisa y Pantalones: Debajo del abrigo, suele llevar una camisa de tonos más oscuros (generalmente negra o gris), que le permite moverse con facilidad. Los pantalones también son de un material resistente, adecuados para su estilo de vida aventurero.

usa botas de combate, que son prácticas para el terreno difícil algo que Ady aprobó y sigue usando.

Sus gafas de sol redondas de un color azul no solo protegen sus ojos del sol desértico, sino que también ocultan parte de su expresión, añadiendo un aire de misterio.

Ambos rieron mientras el sol se ocultaba en el horizonte, marcando el final de otro día, pero el comienzo de una nueva etapa en sus vidas.

El verano se deslizaba hacia su fin, y la preparatoria se preparaba para recibir a los estudiantes nuevamente. Vash, con su energía reprimida, pasaba sus días después de clases entrenando en un claro alejado del campus. La combinación de su fuerza sobrehumana y el control de la gravedad le permitía desafiar las leyes de la física, un secreto que guardaba celosamente.

Mientras el sol comenzaba a esconderse tras los árboles, Vash estaba de pie en medio del claro, concentrándose. La brisa se movía a su alrededor, y su cuerpo parecía vibrar con energía. Extendió la mano, y pequeñas esferas carmesí comenzaron a levitar en el aire a su alrededor, mientras él se concentraba en la gravedad.

Vash murmuraba para sí mismo—Vamos… controla esta cosa. No dejes que se escape.

A medida que se centraba, las esferas comenzaron a girar en círculos, danzando como si estuvieran atrapadas en un campo magnético. La concentración en su rostro era palpable, pero al mismo tiempo, había una chispa de alegría. Este poder le daba una sensación de control que a menudo le faltaba en su vida diaria. Después de tanto tiempo lo que Mengele trató de hacer se había estado perfeccionando.

De repente, un ruido detrás de él lo hizo girar. Lily apareció en el claro, con su cabello al viento y los ojos abiertos de par en par.

—¡Vash! ¿Qué estás haciendo?

Vash rápidamente hizo que las esferas se disiparan, tratando de ocultar su sorpresa.

—Oh, solo… eh, practicando un poco de… ammmmm…..ejercicio.

Lily no se dejó engañar. Había algo en la forma en que los objetos flotaban que no podía ser casualidad.

Mirándolo fijamente—No me mientas. Eso no es un ejercicio normal. ¿Qué estás haciendo realmente?

Vash sintió un nudo en el estómago, un miedo repentino de ser descubierto. Su vida siempre había sido complicada, y aunque Lily había sido su amiga más cercana, la idea de que supiera la verdad sobre sus poderes lo llenaba de ansiedad.

—Está bien…-sobándose su nuca se reprendió por su pequeño descuido-'Genial casi seis años ocultando esto y es ella la que me descubre'-

Lily frunció el ceño.

-Solo...no te asustes-volvio a juntar sus palmas y el brillo carmesí volvio a florecer.

—Wow  Eso es increíble. Pero, ¿por qué no me lo dijiste antes?-notando como la energía empezaba a fluir.

Vash se sintió dividido entre la alegría de que Lily lo entendiera y el miedo a que la verdad los separara.

—No quería que me miraras de manera diferente. No estoy seguro de cómo manejar esto. A veces, siento que soy un monstruo.

Lily se acercó, colocando una mano en el brazo.

—No eres un monstruo, Vash. Eres… diferente. Y eso no tiene por qué ser algo malo. Pero deberías dejarme ayudarte.

Vash miró a Lily, y por un instante, vio la aceptación en sus ojos.

—¿Realmente crees que puedes ayudarme?

—Claro. Pero tienes que dejarme ver lo que puedes hacer.

Con un leve asentimiento, Vash se preparó para mostrarle lo que podía hacer. Con un movimiento de su mano, levantó varias piedras del suelo y las hizo flotar en el aire.

—¡Eso es impresionante! Pero… ¿puedes hacer algo más grande?

Vash sintió un cosquilleo en su cuerpo. Hace tiempo que no usaba esto.Se concentró más intensamente, dejando que la energía fluyera a través de él. Las piedras comenzaron a crecer en tamaño, y rápidamente hizo que un árbol pequeño se levantara del suelo, suspendido en el aire, desafiando la gravedad. Rojo funcionando como sus núcleos haciéndolos parecer pequeños cuerpos celestes.

Vash con un tono de advertencia—Ten cuidado, Lily. Esto… es más difícil de controlar.

Lily sin poder contener su emoción—¡No puedo creerlo! Esto es genial.-Los pequeños planetas se movían en rotación como si imitaran al sistema solar.

Vash sonrió, sintiendo una mezcla de orgullo y miedo. Era la primera vez que alguien lo veía por lo que realmente era, pero el temor de perder esa conexión seguía presente.

—Pero, si alguien se entera… podrían asustarse. Podrían…-

'denk nicht darüber nach'

'sei du selbst'

'Die Welt war nie wichtig'

Su ewigkeit la eternidad...…... .tuvo tiempo para saber que era.

—¿Entonces me acompañaras?

—Por supuesto. Pero solo si prometes no hacer  nada demasiado grande. No quiero que me echen de la escuela por destruir algo.

Ambos rieron, y Vash sintió una oleada de alivio. Al compartir su secreto, no solo se había liberado de una carga, sino que también había ganado un aliado en su viaje. La idea de entrenar juntos lo llenaba de emoción y propósito.

Unas semanas después

Vash y Lily se reunían en el claro casi todos los días, entrenando juntos y riendo. Con el tiempo, Vash comenzó a dominar sus habilidades, y su confianza creció. Sin embargo, a medida que se acercaba la graduación, la presión aumentaba. Los rumores sobre su "diferencia" comenzaron a circular en la escuela, y Vash temía que sus habilidades pudieran atraer problemas.

Lily una tarde, mientras se sentaban en el suelo del claro—Vash, ¿has pensado en lo que haremos después de graduarnos?

Vash mirando al horizonte, perdido en sus pensamientos—No lo sé. Quiero seguir entrenando, pero… no sé si debería. A veces siento que mis poderes pueden lastimar a las personas.

—!Pero también puedes ayudar. Puedes hacer cosas que nadie más puede.

Vash se quedó en silencio, dándole vueltas a esas palabras. La lucha entre su deseo de ser normal y su necesidad de ser él mismo pesaba en su corazón.

—Si solo pudiera encontrar un equilibrio.

Lily se acercó y le tomó la mano.

Lily con una voz suave—No tienes que hacerlo solo. Siempre estaré a tu lado, Vash.

Vash mirándola a los ojos—Gracias, Lily. Significa mucho para mí.

Buenos Aires, Argentina.

En un laboratorio subterráneo, escondido entre la maleza y el eco de los antiguos edificios coloniales, el Dr. Josef Mengele trabajaba frenéticamente en su última creación. Con su cabello desordenado y sus ojos brillantes de locura, parecía más un alquimista de antaño que un científico moderno.

Josef murmuraba para sí mismo mientras mezcla extraños líquidos en tubos de ensayo-La humanidad ha llegado a un punto crítico, un callejón sin salida. ¡Pero yo! ¡Yo puedo cambiarlo todo! La Raza Humana Perfecta... está a mi alcance.-

La risa de Josef resonaba en las paredes de su laboratorio. Había llegado a Argentina tras huir de un oscuro pasado en Alemania, donde sus experimentos fueron considerados peligrosos y lo llevaron a la locura. Pero la magia de Ewigkeit, que había descubierto en sus años de investigación, le otorgaba un poder inusual podía manipular el concepto de la perfección, una habilidad que ahora aplicaba a su búsqueda de la perfección humana.

Un día, mientras manipulaba un nuevo compuesto, una figura familiar apareció en la puerta. Era Emma, su asistente, una simple marioneta,imperfecta....Por el momento. A pesar de su extraña conducta, había decidido quedarse con ella.

El prototipo de su fallo.

-Sir Josef, ¿ha estado descansando? Tiene que descansar….-

Sin apartar la vista de sus experimentos-Descanso, dices. Pero, querida, ¿no ves? El mundo está lleno de imperfecciones. Necesitamos una raza que supere las limitaciones humanas. ¡Piensa en el potencial de la raza aria!-

-Lo entiendo Sir Josef-Su figura ya no era la de antes su tez clara ahora era más pálida, su uniforme se reemplazó por un vestido azul debajo de este una camisa blanca abotonada y guantes en sus manos su figura parecía perfecta. como una muñeca de porcelana inmaculada.

Girándose de repente, su mirada desenfocada-¿Y qué somos, entonces? ¡Meros humanos, condenados a repetir los mismos errores! Los misterios me han mostrado el camino. Debemos avanzar, incluso si eso significa sacrificar lo que conocemos.-

Su entusiasmo, a veces casi contagioso, se entrelazaba con un aire de desquicio. Emma solo miraba sin cambiar su expresión.

-¿Y qué pasará con los que no cumplen sus criterios de perfección? ¿Los eliminará?-

Una sonrisa torcida floreció en su rostro-No, no, querida. Solo los transformaremos. Les daré un nuevo propósito. La humanidad necesita una guía, y seré yo quien les muestre el camino.-

Josef completó su experimento más ambicioso una fórmula que combinaba ADN humano con las propiedades mágicas de Ewigkeit. Creyó que, con ella, podría crear seres que fueran fuertes, inteligentes y emocionalmente equilibrados. Llevaba anos asindo eso aunque siempre fallaba una y otra y otra vez.

otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra ves.

Algunos tubos de ensayo explotaron cuando su energia fluyo sin control suspiro y se sentro en ver algunos apuntes reconsiderando la idea de tocar el Gjallarhorn o incluso poder usar la espada Angurvadal , que significa "corriente de angustia" en nórdico antiguo, era otra espada mágica. Según la mitología nórdica, estaba grabado con letras rúnicas que ardían en tiempos de guerra, pero brillaban sólo tenuemente en tiempos de paz. Según la mitología nórdica, perteneció a Frithiof, hijo del héroe Thorstein Vikingsson.

Sus reliquias sagradas.una Reliquia Sagrada única que refleja su personalidad, historia y estilo de combate. Algunas de las Reliquias más importantes siendo estas las que mayor impacto tengan en la historia humana.

Características principales:

Conexión con las almas: Las Reliquias están imbuidas con las almas de personas que han muerto de manera violenta o trágica, lo que les da un poder inmenso. Las almas son usadas como fuente de poder.

Simbolismo religioso: Muchas de las Reliquias están relacionadas con el cristianismo o tienen un trasfondo espiritual, como cruces, espadas benditas o artefactos con referencias a figuras religiosas o leyendas.

Fuente de inmortalidad: Los usuarios de estas reliquias pueden alcanzar un estado de inmortalidad, lo que los hace prácticamente indestructibles a menos que las Reliquias sean destruidas o desactivadas de alguna manera.

Josef miro ambas reliquias una siendo capaz de traer el apocalipsis y calamidades y la otra darle la habilidad de luchar contra cualquier enemigo.-¡Es el momento! ¡La primera prueba de la nueva humanidad!-

Josef, en su desesperación, hizo un último intento de controlar la criatura. Pero la magia de Ewigkeit, aunque poderosa, era impredecible. La criatura se volvió contra él, y en un instante, todo su laboratorio fue envuelto en un caos de luz y sombra.

Cuando la tormenta finalmente se calmó, el laboratorio estaba en ruinas. Josef, ahora despojado de su cordura, se quedó solo, observando lo que había creado y lo que había perdido.

Josef: (susurrando al vacío) "¿Acaso esto era el destino de la humanidad? ¿Un ciclo interminable de desesperación?"

Sin embargo, en su corazón, había una chispa de esperanza. La búsqueda de la perfección no había terminado. Quizás, en su locura, todavía quedaba un atisbo de razón.

-¡No, esto no es el fin! ¡La historia de la humanidad apenas comienza!-

Así, el Dr. Josef Mengele siguió su camino, ahora más que nunca decidido a desafiar los límites de la humanidad, siempre buscando la chispa de la perfección, incluso en su propia locura. La magia de Ewigkeit, para bien o para mal, había sellado su destino.

Fórmula que combinaba ADN humano con propiedades mágicas, algo que podía convertir a los seres humanos en criaturas superiores. Pero en su búsqueda de la perfección, no podía ignorar el precio que debía pagar.

Josef: (mirando los frascos con avidez) "¡Debo hacer sacrificios! El progreso no es gratuito. Las almas de los imperfectos serán el combustible para la creación de la nueva humanidad."

Con manos temblorosas, comenzó a preparar una nueva mezcla. La sala estaba impregnada de un olor a químicos y algo más; un hedor a muerte que lo envolvía en su locura. Sin poder resistir, se lanzó a un frenesí creativo, usando su propia sangre como ingrediente. Su corazón latía con una mezcla de miedo y emoción.

La tormenta afuera retumbaba, y con cada trueno, el laboratorio parecía cobrar vida. Josef sonrió, sintiendo la magia de Ewigkeit pulsar a su alrededor.

-¡Hoy, la humanidad renacerá! ¡Hoy, seré su dios!-

Mientras mezclaba, la luz de su creación comenzó a chisporrotear y a brillar con un tono verdoso. Una sombra oscura emergía del fondo de la sala, una figura retorcida que parecía contener todas las pesadillas de la humanidad.

De repente, un grito desgarrador resonó en la oscuridad. Era el eco de sus propios temores, la advertencia de que jugar con la vida y la muerte tiene consecuencias.

-¡No puedo detenerme ahora! ¡Debo continuar! ¡La perfección está al alcance de mi mano!-

Con un movimiento frenético, introdujo la mezcla en una cápsula que pulsaba con energía. Al instante, la criatura comenzó a formarse. Una amalgama de carne y magia que se retorcía y aullaba en agonía, como si cada célula estuviera pidiendo clemencia.

-¡Mira, creación mía! ¡Eres el futuro! ¡Eres el camino a la perfección!-

Pero la criatura, en su sufrimiento, se volvió hacia él con ojos vacíos y llenos de odio. Josef sintió un escalofrío recorrer su espalda mientras la criatura se liberaba de las ataduras de la creación.

La criatura lanzó un grito desgarrador, un sonido que resonaba con la desesperación de todas las almas que Josef había sacrificado. En su locura, había creado un ser que no solo desafiaba la vida, sino que se alimentaba de su dolor.

La habitación se llenó de una luz cegadora y, en un instante, todo se volvió oscuro. Cuando la luz se disipó, Josef se encontró en el centro de una sala en ruinas, rodeado de los ecos de los gritos de sus creaciones fallidas.

En su locura, se dio cuenta de que su búsqueda de la perfección lo había llevado a una prisión de su propia creación. La magia de Ewigkeit no solo le había otorgado poder, sino que también había desatado una oscuridad que no podía controlar.

Con la risa maníaca de quien ha cruzado el límite, Josef se levantó entre las sombras.

-¡No, esto no es el fin! ¡El ciclo debe continuar! ¡La historia de la humanidad apenas comienza!-

Así, el Dr. Josef Mengele, atrapado entre la locura y la magia, siguió su camino hacia lo desconocido, decidido a desafiar los límites de la vida, incluso si eso significaba abrazar la oscuridad que había desatado. La perfección lo llamaba, y él estaba dispuesto a pagar el precio.

Era una noche oscura y tormentosa en las profundidades de la selva argentina, donde la naturaleza parecía absorber los gritos del pasado. En un laboratorio subterráneo, entre las sombras y los ecos de antiguos experimentos, el Dr. Josef Mengele trabajaba solo. Su cabello enmarañado y sus ojos desorbitados reflejaban una mente en constante agitación, atormentada por el deseo de crear la Raza Humana Perfecta.

Con una mezcla de frenesí y locura, Josef manipulaba tubos de ensayo llenos de líquidos brillantes. Cada uno de ellos representaba años de trabajo y sacrificios, y ahora, el tiempo apremiaba.

-La humanidad ha alcanzado su límite. Un ciclo de fracaso y sufrimiento. ¡Yo seré el que los salve! La magia de Ewigkeit me ha otorgado el poder de transcender la mediocridad humana.-

En su mente, una voz oscura susurraba, alimentando su ambición. Recordaba las noches en su laboratorio en Alemania, donde sus experimentos eran considerados aberrantes. Pero ahora, en la soledad de la selva, podía dejar que su locura floreciera sin restricciones.

Josef había estado trabajando en una fórmula que combinaba ADN humano con propiedades mágicas, algo que podía convertir a los seres humanos en criaturas superiores. Pero en su búsqueda de la perfección, no podía ignorar el precio que debía pagar.

-Debo hacer sacrificios! El progreso no es gratuito. Las almas de los imperfectos serán el combustible para la creación de la nueva humanidad.-

Con manos temblorosas, comenzó a preparar una nueva mezcla. La sala estaba impregnada de un olor a químicos y algo más; un hedor a muerte que lo envolvía en su locura. Sin poder resistir, se lanzó a un frenesí creativo, usando su propia sangre como ingrediente. Su corazón latía con una mezcla de miedo y emoción.

La tormenta afuera retumbaba, y con cada trueno, el laboratorio parecía cobrar vida. Josef sonrió, sintiendo la magia de Ewigkeit pulsar a su alrededor.

-¡Hoy, la humanidad renacerá! ¡Hoy, seré su dios!-

Mientras mezclaba, la luz de su creación comenzó a chisporrotear y a brillar con un tono verdoso. Una sombra oscura energía del fondo de la sala, una figura retorcida que parecía contener todas las pesadillas de la humanidad.

De repente, un grito desgarrador resonó en la oscuridad. Era el eco de sus propios temores, la advertencia de que jugar con la vida y la muerte tiene consecuencias.

¡No puedo detenerme ahora! ¡Debo continuar! ¡La perfección está al alcance de mi mano!-Su espada fue empuñada y se alzó con la energía retumbando en el mundo.

Con un movimiento frenético, introdujo la espada en una cápsula que pulsaba con energía. Al instante, la criatura comenzó a formarse. Una amalgama de carne y magia que se retorcía y aullaba en agonía, como si cada célula estuviera pidiendo clemencia.

-¡Mira, creación mía! ¡Eres el futuro! ¡Eres el camino a la perfección!-

Pero la criatura, en su sufrimiento, se volvió hacia él con ojos vacíos y llenos de odio. Josef sintió un escalofrío recorrer su espalda mientras la criatura se liberaba de las ataduras de la creación.

Retirando la espada dejó que su obra se viera de frente. Era alta su cuerpo era humanoide tenía alas en su espalda y líneas parecidas a runas. Su rostro era...…... .parecía una escultura tallada en mármol sin imperfecciones era pálido pero con un cuerpo definido y fuerte.

(V@/%¥€|A)

La criatura lanzó un grito desgarrador, un sonido que resonaba con la desesperación de todas las almas que Josef había sacrificado. En su locura, había creado un ser que no solo desafiaba la vida, sino que se alimentaba de su dolor.

Josef solo río apreciando la perfección-¡Si! al fin lo descifre-el módulo de control de su briha ha alcanzado su auge.

La habitación se llenó de una luz cegadora y, en un instante, todo se volvió oscuro. Cuando la luz se disipó, Josef se encontró en el centro de una sala en ruinas, rodeado de los ecos de los gritos de sus creaciones fallidas.

Josef susurrando al vacío-¿Es este el precio de la perfección? ¿Acaso la humanidad está condenada a repetir sus errores? jeje HAHAHAHHAHAHAHA-

En su locura, se dio cuenta de que su búsqueda de la perfección lo había llevado a una prisión de su propia creación. La magia de Ewigkeit no solo le había otorgado poder, sino que también había desatado una oscuridad que no podía controlar.

Con la risa maníaca de quien ha cruzado el límite, Josef se levantó entre las sombras.

-¡No, esto no es el fin! ¡El ciclo debe continuar! ¡La historia de la humanidad apenas comienza!-

Josef se dedicó a recolectar más "material" para sus experimentos. Sus andanzas lo llevaron a aldeas cercanas, donde en las noches más oscuras se deslizaba entre las sombras, robando almas perdidas, seres marginados de la sociedad que, en su mente, eran simples piezas en el gran rompecabezas de su obra maestra.

Una noche, mientras se preparaba para salir, se encontró con un antiguo diario que había traído de Alemania. Sus páginas amarillentas estaban llenas de notas sobre la magia de Ewigkeit y los experimentos que había realizado.

Josef leyó en voz alta-El tiempo es un ciclo. La eternidad no es lineal. Si manipulo el tiempo, puedo reescribir la historia... No solo crear la perfección, sino preservarla para siempre.- Si dios hizo al hombre a imagen y semejanza, entonces el fallo en su visión por lo tanto es un dios obsoleto.

Sus ojos brillaron con una mezcla de locura y determinación. Comenzó a experimentar con la manipulación, soñando con un mundo donde sus creaciones no solo fueran perfectas, sino también inmortales, dioses. En su mente, visualizaba un ejército de seres superiores que cambiarían el destino de la humanidad.

-¡Imagínalo, Josef! Un mundo donde cada ser es una obra de arte, un reflejo de la belleza y la fuerza. Un mundo donde no habrá más sufrimiento, solo evolución.-

Sin embargo, con cada experimento, la oscuridad que había desatado crecía. Las criaturas que había creado se volvían más intolerables. Algunas de ellas, aún retorcidas por el sufrimiento, comenzaron a manifestar una inteligencia oscura, capaz de razonar y cuestionar su existencia.

Una noche, mientras revisaba sus frascos, una de sus creaciones emergió de las sombras. Tenía una apariencia grotesca, pero en sus ojos brillaba una chispa de entendimiento.

-¿Por qué, creador? ¿Por qué nos condenas a este tormento?-

Josef se quedó paralizado, la risa se apagó en su garganta. Había creado seres que no solo podían sentir dolor, sino que también podían cuestionar su propósito.

-Porque eres un paso hacia la perfección.Un sacrificio necesario para el futuro de la humanidad-.Apenas y le prestó atención a la criatura no interesado en algo imperfecto.

-¿Sacrificio? ¡Estamos atrapados en tu locura! Si la perfección está en el sufrimiento, entonces no eres un dios, sino un monstruo.-

*rugido*

La criatura se abalanzó sobre Josef tratando de herirlo.

*cortar*

-Soy el que controla el destino de la humanidad-Su briha activo el campo de perfección cortando y eliminando a la aberración atomo por atomo reemplazando lo que era innecesario pero antes de alcanzar algo perfecto estalló en pedazos.

(Josef)

La criatura retrocedió, pero no antes de que su voz resonara en la mente de Josef, dejándole una cicatriz en su psique. A partir de esa noche, el laberinto de su mente se tornó aún más oscuro y retorcido. Sus delirios se intensificaron, y cada vez más comenzaba a perder el sentido de la realidad.

Josef decidió que necesitaba expandir su obra. Si bien sus experimentos habían sido en gran parte un desastre, había un grupo de desilusionados y perdidos en la ciudad que se sentirían atraídos por sus ideas. Se convirtió en un orador en las sombras, encontrando seguidores entre aquellos que también deseaban un mundo nuevo.

Josef estaba frente a un pequeño grupo de personas en una cueva oscura-Escuchen! La humanidad ha fracasado. Viven en la oscuridad de sus limitaciones. ¡Juntos, podemos crear una nueva raza, un nuevo destino! ¡El futuro está en nuestras manos!-

Los rostros de sus creaciones reflejaban una mezcla de miedo y fascinación. Algunos eran vagabundos, otros eran marginados de la sociedad, todos buscando un propósito. Los convenció de que debían sacrificarse por el bien mayor, que su dolor y sufrimiento eran simplemente pasos necesarios hacia la gloria.

Los meses pasaron y la cueva se llenó de susurros de locura y devoción. Josef organizó rituales extraños,

Emma solo se paró a su lado inmutable como debería de ser viendo la mentira que Sir Josef acababa de decir. No planeaba tener a una raza inferior en sus filas. Simplemente necesitaba más sujetos de prueba.